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SINGLE - Monólogo interior
Qué tiempos aquellos de Le Mans. Los primeros grupos de un pop cercano al indie, que iba dejando de lado aquella estela que olía a chotuno de la movida madrileña y la copia dentro de otra copia dentro de otra copia de lo mismo de siempre. Aquellos días donde grupos como Los Planetas, El Inquilino Comunista, Surfin’ Bichos o Manta Ray eran algo nuevo. Todo por descubrir. No tenían ni para de tocar la mayoría, pero qué buen sonido a puro underground. Le Mans eran diferentes. Eran superdotados a la hora de hacer pop y así lo demostraron en un legado críptico, donde la evolución era una máxima, pasando de las escalas mayores y menores y sirviendo de influencia a una horda inagotable de bandas que en los últimos años se alimentaron de aquel legado, donde discos como su primero y homónimo o Saudade eran pura gloria. El problema es simple: Le Mans murió. Y no es que nos alegremos ni tampoco lo contrario, pero hace cuatro años sucedió un milagro: Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin, motor básico de aquellos Le Mans y Aventuras de Kirlian (precedente inmediato de Le Mans), daban vida a un nuevo proyecto que consagró al grupo como la gran esperanza blanca de seguir recibiendo himnos como sardinas de 23 kilos cada una. Pío Pío fue un bombazo. Mr. Shoji cambió el registro del dúo por enésima vez y puso a bailar entre ritmos celtas, rap y electropop avezado al personal y, ahora, Monólogo interior llega cuatro años después de aquel maravilloso debut. Y no defrauda. Para nada, vamos.
Quizás en la primera escucha Monólogo interior pierda fuerza si lo comparamos con piezas enormes como recogía aquel debut Tu perrito librepensador, Señor invierno o Honey son pura gloria, pero si algo tiene este segundo largo es una huida aún más clara de la estructura típica de la canción pop, algo con lo que llevan amenazando desde sus inicios con Le Mans. Y eso hace que el proyecto de las canciones pierdan accesibilidad pero ganen en inteligencia y fogosidad: se acercan desde otros puntos, menos coreables pero más sesudos. Siguen fieles a la experimentación la electrónica y esta vez, como hacen sus alumnos predilectos (Klaus&Kinski o Astrud) juegan con la copla, la orquesta circense de pueblo y guiños al teatro indietrónico hiperexpresivo. En Fotos es donde la feria se hace realidad; en Chinese White se pasea entre el jazz y el indie electrónico a lo Björk; y en la canción que da título al disco Single se convierte en un circo del futuro, moviéndose cerca de las canciones latinas pero con juegos de ruido digital instrumental. Ese aire latino es el que se ve en la versión que hacen del clásico de Violeta Parra que luego popularizaría la recientemente fallecida Mercedes Sosa, Gracias a la vida: una versión en toda regla de una canción que en sí es bastante depresiva dentro del optimismo transformándola en una cumbia de fiesta popular. Destacan piezas como Posponías, corte de difusión del disco y clase magistral de cómo rimar con sencillez y desparpajo (y quizás la canción más accesible), La Ola o La Cama, dos producciones marca de la casa, centradas en los teclados y el texto que se disputa entre el ritmo, la inexpresión y la spoken word con una frialdad realmente sensible. Teresa Iturrioz sigue haciendo de sus cuerdas vocales un arma libre que se mueve alrededor de una música absolutamente adulta (y adúltera, ¿por qué no?: se acuesta con todos los géneros a la vez sin decir ni “mú”) y de todo menos previsible.
Alan Queipo
Single [NoTodo]
picture: Archivo Elefant
Single [NoTodo]
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