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01/02/2012

Vanidad [sp]: "La Polinesia Meridional" interview



Guille canta, escribe canciones, cuenta historias, baila y celebra la belleza de las realidades cotidianas. Hablamos con el chico detrás de uno de los grupos nacionales de más éxito, “La Casa Azul”, sobre melancolía, confesiones a bocajarro y la rutina bien entendida

   

¡Hola Guille! ¡Qué alegría poder conocerte finalmente! En nuestra redacción llevan años sonando tus discos y analizamos sin parar tus letras evocadoras...

Como sabes, Vanidad no es una revista estrictamente musical por ello nuestras preguntas no se ceñirán estrictamente a este ámbito...

Sí, si... lo sé, perfecto... lo que vosotros veáis...      

 

Pues serás el primero en decirnos que sí tan rápido...

¿Crees que a los ídolos hay que expresarles abiertamente lo que sientes por ellos o eso es una intimidación absoluta?

El fenómeno fan lo he vivido yo respecto de otros y de otros respecto de mi. Desde la distancia, cuando se lo ves haciendo a otros, se puede percibir como algo ridículo, cuando lo vives tú, lo sientes tú, adquiere todo el sentido del mundo. Se puede llegar a pensar que el groupie o la groupie es alguien “tontín” y yo creo que todo lo contrario, has de ser muy seguro. Yo de pequeño tuve la oportunidad de estar delante de algún músico que me encantaba como Paul McCartney y por mi inseguridad no fui capaz de decirle nada. Hay una cosa que me obsesiona y es la de la separación del artista de la obra. La admiración creo que se debe dirigir siempre a la obra, si admiras a la persona, que sea siempre en relación con su obra. Ocurre que hay gente que escribe cosas increíbles y luego es detestable.       

 

En general, ¿por qué crees que a la gente le cuesta tanto verbalizar sus sentimientos y quien lo hace es calificado como de “desequilibrado”?

Es cultural, se “prohíbe” el llanto desde que somos pequeños, hay como un sentimiento de culpabilidad. Nos han enseñado que no es la forma de proceder. A medida que vas creciendo te vas rodeando de gente que te entiende y que te consiente ser natural.       

 

¿El problema es que hay gente que verbaliza mal o es que hay malos interlocutores?

No hay gente que verbalice mal, hay malos interlocutores, no se atreven o te abandonan. Confesar lo que sientes es propio de gente fuerte y segura. Lo que no puede ser es que por decir en una canción algo como “te quiero” de una forma directa, sencilla y llana, te critiquen y te tachen de algo. ¿Qué pasa? ¿que yo a la persona a la que quiero no le puedo decir “te quiero”? Precisamente por esta incomprensión me he pasado yo la mitad de mi vida artística justificándome.    

 

Nos interesa mucho tu opinión sobre el amor...

Yo concibo el amor como vía para manifestarse en la vida. Abrazar a una persona en un momento dado es mucho más sencillo y directo que entablar una conversación de media hora. El amor es mi forma de expresarme. Creo mucho en el amor.      

Aunque no de manera evidente, las canciones de La Casa Azul esconden un poso melancólico y de tristeza infinita que se contrapone a esas melodías tan luminosas... o por lo menos así es cómo lo vemos nosotros... ¿Cómo explicarías tú, con tus propias palabras, esta compatibilidad entre nostalgia y luz?

Estoy de acuerdo, ese es uno de los pilares fundamentales de La Casa Azul y creo que en este disco he exagerado un poco eso pero no de forma premeditada. Aunque quede muy bien decir que se trata de una decisión creativa se trata más bien de una incapacidad para hacerlo de otra manera. Personalmente, en mi vida, tiendo en exceso al catastrofismo, al dramatismo y a tener cierta facilidad para entrar en bucles jodidos, siempre he sido así y en la música es en lo que trabajo para huir de eso. No es nada nuevo, por otra parte, en los 60 se hacía mucho: utilizar músicas súper alegres con un poso trágico. A quien le guste bien pero a quien no, hasta le puede parecer un poco forzado, está claro que o conectas o no. A mí me parece extraordinario y tremendamente metamórfico estar bailando en un club eufóricamente un tema catastrófico, lo encuentro súper romántico.      

 

Por tus letras se deduce también que eres un gran observador, narras realidades muy cotidianas, sentimientos diarios con los que es muy fácil identificarse. ¿Qué tipo de observador dirías que eres?

Yo observo mucho de forma poco sútil. Cuando he quedado con alguien para cenar, lo primero que hago es fijarme en las mesas de alrededor para ver si la noche va a ser guay. Es horrible hacer eso y la persona de enfrente está incómoda porque no me centro en el tema de conversación. No puedo evitarlo y es muy feo...      

 

¿Son letras verosímiles que responden a tus verdaderos estados de ánimo o no necesariamente? Mis canciones se ubican siempre en un plano costumbrista pero que hago girar en torno a mi, soy incapaz de explicar historias ajenas, solo sé hablar de mi realidad, de mi entorno. Trabajo mucho para que esas realidades de las que hablo estén contadas de forma megasimple, directa, ésta es otra de las cosas que definen al grupo.       Si quisiéramos convertirnos en alguno de tus “androides”, ¿a qué pruebas nos someterías?

A ninguna, sólo les exijo que sean amorosos, buena gente, que no tengan prejuicios. Tiene que haber una conexión emocional fuerte, tiene que ver con ser amigos. Siempre he estado tan feliz con todos ellos...      

 

¿Harás pronto un nuevo casting?

No.      

 

Ejemplos de indulgencias para combatir un mal día...

Me conformo con poco. Creo que soy una persona un poco aburrida, si tuviera que cumplimentar un formulario de estos de encontrar pareja con mis aficiones, nunca la encontraría.      

 

¿No hay nada que te guste hacer en especial? La rutina en si es un elemento que me ha salvado mucho la vida y me da mucha estabilidad. Lo que hago ahora es levantarme muy pronto, cojo mi bici, me voy al estudio con el sol de frente... Una cosa pequeña y tonta pero que me da mucha felicidad. Me encantan las cosas rutinarias, la misma cafetería cada mañana, ver mi partido de fútbol una tarde... Realidades ritualísticas... Me encanta coleccionar discos y estoy pendiente de las subastas... Yo he hecho girar mi vida alrededor de la música.      

 

Si tuvieras que huir a algún lugar de clima cálido, ¿Cuál sería?

La Polinesia septentrional.  

 

Guille Milkyway acaba de publicar el último trabajo de La Casa Azul titulado “La Polinesia Meridional” con Elefant. La Casa Azul estará actuando en directo el 2 de marzo en Valencia, el 24 en Madrid (Sala But) y el 31 en Barcelona (Sala Apolo). Consulta la web del grupo para más fechas, info y merchandising estupendo en elefant.com/grupos/la-casa-azul 

 

 

  

 

 


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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