Después de estirar casi hasta el máximo el experimento sonoro con el tándem que supusieron “Monólogo interior” (Elefant, 2010) y “Anexo” (Elefant, 2012), Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz se propusieron un cambio radical de cara a este tercer disco de Single, un disco que llegaba ya hace unas semanas y que tenía el sugerente título de “Rea”, precisamente como el primer avance que escuchamos del mismo. Ya desde la portada de Teresa convertida por obra y gracia de Aramburu en un león sin corazón el resultado se nos antojaba como algo más cercano, aunque la verdad, el término cercano no debería tener demasiado sentido tratándose de estos dos.

Basándose en las canciones lovers, en el reggae y algo, poco, en la música de baile,Ibon y Teresa han compuesto nueve canciones para este nuevo trabajo, nueve cortes algo más heterodoxos y, aunque de primeras con menos conexión entre ellos, pero que pronti cobran sentido como un todo que es “Rea”, el álbum. Así, desde “Modo B” hasta “Palmeras” asistimos a nueve clases magistrales de estilo y elegancia, donde las letras se enmarcan a la perfección en unos ritmos pizpiretos y a veces incluso alocados. Con una Teresa Iturrioz rozando la perfección sobre todo a la hora de cantar, tenemos claro desde la primera escucha que con este trabajo hemos llegado a una cima del grupo, a un momento de no retorno en el que solo podemos ya adorar a Single por encima de todas las cosas.

Mención aparte merecen dos cotas de este disco y ya de la carrera del grupo como son “Me enamoré”, con esa potentísima oda a los pelazos donde han echado mano del amigo Garbanzo para meter un estudiado rap y “La moto”, una versión del uruguayo Leo Mesliah que han sabido llevarse perfectamente a su terreno, un terreno que vuelve a abrir puertas a todo lo inimaginable y que los sitúa en lo más alto de un nuevo pop de aquí exigente y sin complejos. Parece que recordaremos “Rea” durante mucho tiempo, y eso, hay que hacerlo motivo de celebración.