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20/12/2010

"Mon?logo interior" interview



Tras la disolución de Le Mans, Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin comenzaron su particular aventura con Single.
Desmarcándose del minimalismo que elaboraron durante un lustro, los donostiarras epataron con un collage de
sonidos que iban del pop al reggae, del funk al hip hop, convirtiéndose en una de las propuestas más frescas y
originales del momento. Tras cuatro Ep’s y el maravilloso “Pío Pío” (Elefant, 2006), vuelven con “Monólogo Interior” un
trabajo introspectivo que los sitúa en el plano opuesto del que, parecía, era su lugar.
La reacción del público no se ha hecho esperar, así que no dudé en citarme con la elegante Teresa, para que me
contara las entretelas de este -también- precioso álbum.

SINGLE
Folclore Moderno, Musical Castizo

Acabáis de publicar “Monólogo Interior”, un trabajo que rompe con todo lo anterior y que parece haber desconcertado a más de uno...
Sí... (Risas)

La anterior referencia a este álbum es el EP “Mr.Shoji” (Elefant, 2009), que seguía en la misma línea de “Pío Pío”. ¿A qué se debe el cambio de estilo?
Somos lentos trabajando. Todas estas canciones son de 2008. Con “Pío Pío” nos dio muy fuerte con el reggae, después quisimos hacer algo nuevo y salió “Mr. Shoji”, pero ya estábamos trabajando las canciones de “Monólogo Interior”. Como “Mr. Shoji” no tenía nada que ver con las demás y nos gustaba mucho, decidimos sacarla como single. Si publicáramos discos cada año se dibujaría una tendencia, pero al pasar tanto tiempo pasa eso.

El cambio resulta chocante, pero si “Monólogo Interior” hubiera sido vuestro primer trabajo después de Le Mans, tal vez no habría habido tanta sorpresa. Es un disco que, de no ser por las programaciones de Genís Segarra, suena muy lemansiano.
Estoy de acuerdo. Cuando Genís nos contactó fue un alivio porque nos parecía que lo que habíamos compuesto era demasiado Le Mans y no nos apetecía volver a lo mismo. Cuando formamos Single, la idea era hacer canciones comerciales. Hacer algo diferente. No sé si con este disco se nos ha olvidado todo esto.

¿Por qué lo dices?
Porque es de todo menos comercial. (Risas). Hay gente que incluso ha dicho que hemos querido ir de algo, que es una tomadura de pelo, pero está hecho con muchísimo cariño, seriedad e interés. No es ninguna tomadura de pelo.

Si hay alguna similitud entre Single y Le Mans es precisamente la ausencia de estribillos fáciles y pegadizos. Intento pensar en una canción comercial sin una melodía y estribillo fácil, tarareable, y... ¡No se me ocurre ninguna!
¡Tienes razón! (Carcajada). Cuando hablaba de música comercial, me refería a canciones fáciles que nos gustaran. Hay mucha música que es fácil y nos encanta. Las canciones pegadizas son estupendas. Ésa era la idea. Lo que nosotros entendemos por comercial es algo deformado, no tiene que ver con el concepto en sí.

Aunque las canciones de “Monólogo interior” no sean fáciles, tienen algo que no esperas. Me da la sensación de que buscáis sorprenderos a vosotros mismos.
Claro, si no, ¿qué sentido tendría todo esto? Si llevase cinco años haciendo lo mismo no sólo me aburriría, también me enfadaría. Igual
dentro de 20 años estoy encantada de cantar las canciones de Le Mans, pero ahora mismo va en contra de mi voluntad.

Este disco me remite al pasado; tiene cierto aroma a antiguo, pero sin oler a rancio. Un poco como Vainica Doble.
Suena antiguo, pero no me importa porque a su vez es muy de nuestro tiempo. Nuestra música tiene algo en común con la de Vainica Doble. Ellas eran muy modernas porque eran muy libres, hacían lo que les daba la gana. Si en algo quisiera parecerme más a ellas es en la libertad a la hora de hacer canciones. Cuando surgieron estos temas escuchábamos mucha música antigua como Brigitte Fontaine o Ingrid Caven y las canciones del Antitheater.

Puede que además esa percepción esté justificada con un guiño a la música tradicional o, incluso, al folclore. Hay
canciones que me recuerdan a las típicas orquestas de pueblo.

Sí, Fotos o Monólogo Interior son como pasodobles. Nos imaginábamos el disco como con... ¡Los músicos de la cabra! (Risas). Una idea sencilla. Nos hubiera gustado contar con una orquesta de pueblo, pero no tuvimos acceso. (Más risas).

Pues es una pena, porque algunas hubieran sonado como zarzuelas. Por ejemplo Posponías, que tiene un punto de musical castizo. De hecho, el musical también lo veo muy presente.
No está hecho deliberadamente, pero sí que es cierto que nos ha salido algo así...

Tal vez tenga que ver con cómo están cantadas las canciones. Hay mucha interpretación vocal, juegas mucho con las palabras...
Me apetecía intentar salir del cantar con la vocecita suave y esa especie de languidez que, en el fondo, también es una impostura.
Es la performance de la naturalidad. En este disco quería hacer la performance de la performance: intentar soltarme un poco e ir un paso más allá sabiendo las limitaciones de mi voz. Quería salirme de la nota lisa sin vibrar...

Siempre has arriesgado mucho. Aún recuerdo la primera vez que escuché Pío Pío y te oí rapear. Cuesta pensar que esa voz fuera la misma que hacía los coros en Le Mans...
Siempre he tenido mucha cara. En aquel momento escuchaba mucho a todas estas negras como Missy Elliott que hacían cosas maravillosas y pensaba: “yo quiero ser como estas chicas”, pero a la vez sabía que era blanca y además vasca, que es justo la antítesis de todo esto (Carcajada). ¡Me apetecía emularlas desde mis muchas limitaciones! Creí que probando eso podía salir algo distinto.
Y salió... Sí, de hecho en “Pío Pío” apenas rapeo, pero me gustaría seguir rapeando. Es algo que voy a seguir haciendo...

Tienes la oportunidad de hacer un cameo con Haploide, mitad de Diploide, quien os telonea en vuestro próximo
concierto en Valladolid.

¡Le estropearía el show! (Risas) Tiene muchísimo talento y unas letras divertidísimas, algo que echo de menos en la música que se está haciendo ahora.

Volviendo al disco, veo que abunda el piano. Antes hablábamos de orquesta de pueblo, pero también es muy de piano bar. ¡Ojalá pueda escuchar estas canciones dentro de unos años en el Toni 2! (Famoso piano bar de Madrid).
(Carcajada) ¡Eso sería maravilloso! Hay súper abundancia de piano conscientemente. A Ibon le da mucha pereza oírse con la guitarra. Le parece que pertenece al pasado, se aburre tocándola. De hecho, la idea del disco en un principio era que voz y piano estuvieran en un primer plano y el resto de los instrumentos sonaran sutilmente por detrás, pero los arreglos de Genís nos trastocaron los planes.

¿Y qué me dices de la versión de Gracias A La Vida de Violeta Parra? Me asombra ver cómo habéis deconstruido una canción tan trascendental, que su autora escribió en su lecho de muerte.
Ese mérito no es nuestro. Nosotros hemos adaptado la canción a raíz de la versión que hizo en su día Joan Baez. Partimos de su versión...

Hablando de versiones, es raro que no hayáis colaborado en el recopilatorio homenaje a Carlos Berlanga, cuando, precisamente Ibon fue quien produjo su disco “Impermeable” (Elefant, 2001).
Nos lo propusieron, pero estábamos tan inmersos en el disco que no nos queríamos dispersar. Igual algún día se nos ocurre hacer una versión para los directos o lo que sea.

Habéis dedicado el disco a Josetxo Anitua, líder de Cancer Moon y fiel colaborador en vuestros proyectos. 2008 fue un año muy triste para la música vasca, ya que también falleció Mikel Laboa de quien, con Le Mans, hicisteis una versión de Ama Hil Zaigu. ¿Se ha quedado Euskadi huérfana de genios?
Espero que no. Ahora mismo no se me ocurre nadie, pero seguro que hay alguien que se me pasa. ¡No puede ser que ocurra eso! Laboa era un genio universal y Josetxo una persona con una inteligencia y una capacidad de ideas que no he visto en nadie. Era un sol, un sol mañanero.

Sergio Romero

 





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picture: Archivo Elefant



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picture: Archivo Elefant

 


 

 

 

 

 

 

 

 

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