Fnac Siero [Asturias] concert
EDITORIAL PRENSA ASTURIANA
Director: Isidoro Nicieza
TV Y ESPECTÁCULOS
«Nosoträsh», siembra y nuevos brotes
Malela, Covadonga, Natalia y Bea, ayer, durante el concierto acústico que ofrecieron en la Fnac.
La banda asturiana presentó ayer parte de su nueva formación en un pequeño concierto acústico en Siero
Siero, Chus NEIRA
El concierto era a las cinco y media de la tarde, una hora muy taurina pero también muy apropiada para el grupo asturiano de pop indie contenido y cotidiano. Hubo retraso y no importó. Bastante público hacía cola tras las cortinas de la Fnac de Parque Principado para ver el regreso de «Nosoträsh». Y aunque ya eran las seis cuando Natalia -sí, ésta creo que la cantaba ella- entonaba algo de un cigarrillo después del café, las paredes frías del centro comercial parecían cobrar sentido.
La propuesta estética de «Nosoträsh», que volvía ayer a los escenarios después de hacerlo en Madrid y ya para quedarse en una dilatada gira, tiene ese raro don. El de abordar la intranscendencia nuestra de cada día y elevarla a metáfora existencial: el sintasol, el sofá, el paseo, la manta, la acera, el mantel, la taza... Y toda esa imaginería se traduce, sobre el escenario, en una música frágil que ayer lo fue más, al tratarse de un concierto acústico.
No presentó la banda, como algunos esperaban, a sus nuevos refuerzos, Mar Álvarez («Pauline en la Playa») y Xabel Vegas («Manta Ray»). Pero sí a la alineación oficial que ya no incluye a Montse y que suma a una ex componente del grupo, Malela. En la propuesta acústica de ayer, ella se encargó de coros, melódica (ahí también le ayudó Cova) y acústica, reforzando los riffs de algunas canciones e imprimiendo cierta fuerza a las composiciones menos hilvanadas.
Pero no tanta como para que «Nosoträsh», en lo musical, perdiera su esencia de rompecabezas de porcelana a punto de hacerse trizas. Sobre ese lecho quebradizo, la voz de Natalia -la de Bea apenas se pudo escuchar por problemas con el sonido- se convierte en milagro preciosista y cierra el círculo estético que plantean las letras.
La mayoría de ellas, pues se trataba de presentar su último «Cierra la puerta al salir», hablaron del volver a empezar, del amor propio y el daño recibido. Aunque ayer aclararon a sus madres, justo antes de cantar «Completamente sola», que, aunque las canciones son «muy tristes», ellas no sufren tanto.
Del último disco también sonaron en esa versión fragilísima del acústico «Vermú», «Dicen», «Puta conciencia» -con excusas previas por la presencia de menores en la sala-, «Luciérnaga», «Planes de batalla» -con recordatorio para promocionar el disco- y «Dando vueltas». De sus trabajos anteriores también hubo pequeña cuota, como «Gloria» y «Arte», pieza de aquel conjunto de haikús pop que fueron los «Popemas».
El sabor de boca que quedó fue el de una tarde en el centro comercial con gusto a primeros días de otoño. Estación que comienza y, las de Gijón, que han logrado reponerse del largo paréntesis del verano para volver a la carretera con ganas y fuerza. Se las veía contentas en el escenario y mucho más cuando anunciaron algunos de sus próximos conciertos. Lástima que la versión mínima de ayer no diera más que para una presentación desnuda de lo que la banda puede llegar a hacer con su nueva formación y en eléctrico. Los mimbres siguen puestos en el mismo sitio y la intención es la de seguir creciendo.
Nosotr?sh [La Nueva Espa?a]
picture: Archivo Elefant