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13/03/2008

Sala Joy Eslava concert [Madrid] review



En noches como las de Joy vuelvo a brillar
13.03.08 Joy Eslava

Texto: Isaac Lobatón
Fotografía: Sara Navarro

Tras la altísima expectación suscitada por su participación en Eurovisión, La Casa Azul retomó la vida cotidiana el lunes por la noche en Madrid, gracias a un concierto que hizo vibrar a un público conformado mayoritariamente por seguidores de siempre.

A veces, los aforismos se ajustan a la realidad. Por ejemplo, cuando se dice que después de la tempestad viene la calma. No siempre es así, pero los días posteriores a la final del concurso para la elección de representante eurovisivo y su grotesco resultado deben de haber constituido un valiosísimo bálsamo mental para un Guille Milkyway que, desde el principio, manifestó sentirse superado por el fenómeno.

Así que, después de tanto ajetreo, la frase pronunciada el lunes por la noche en Joy Eslava (vamos a lo de siempre, que es lo nuestro...) adquirió ese tono tan propio del que retorna a casa tras un viaje lleno de aventuras.

Sobre un escenario dominado por las cinco pantallas destinadas a la visualización de las famosas proyecciones que caracterizan los directos de La Casa Azul, compareció un Guille exultante que no dudó en escoger La revolución sexual como tema de apertura de un concierto tan rotundo como emocionante. Podría decir que, desgraciadamente, los problemas técnicos rompieron el ritmo, pero es que daba igual. La entrega total y sin condiciones de una concurrencia absolutamente eufórica sustituyó, como si de un concierto de Hombres G se tratase, la temporal ausencia de watios.

Como si de un concierto de Hombres G se tratase... El cuarteto oficial del pijerío madrileño llamó a la puerta de mis neuronas, al menos en dos ocasiones. La primera, por un motivo superficial, material… literalmente tangible, como que al público tradicional se sumaron pijos y modernos, algo que, como todos sabemos, ha hecho temblar a cierto sector de la militancia indie. Pues sí, ahí estaban, pero el nivel de molestia no fue mayor que en ocasiones donde el auditorio es presuntamente más exquisito, culto y sensible. Como esto es algo que parece importarle a bastante gente, añadiré que también había osos, mods y hasta gente que no parecía ir de nada. Total, un público bastante variado y heterogéneo. A mí me enseñaron de pequeño que eso mola...

La segunda ocasión en la que pensé en los autores de Venezia viene conformada en realidad por el conjunto de veces que Guille se sentó al piano, donde, tanto voz como melodías, se colocaban en un plano semejante al repertorio de David Summers y cía, claro que con unas letras sensiblemente mejores, pero vaya. En todo caso, un acierto, porque así, transformando sus composiciones rompepistas en baladas, Milkyway despejaba cualquier duda sobre la naturaleza puramente pop de las mismas, al tiempo que el directo adquiría matices, imposibles de otro modo en un cancionero que, por más que nos guste y que valoremos, hay que reconocer que adolece de cierta planicie.

De todos modos, la eficiencia de la colección de canciones con la que, a estas alturas, cuenta La Casa Azul tampoco necesita mayores defensas. Uno trata de alejarse y abstraerse pero, al tiempo que entiende a todas esas personas a las que gusta esta música, “pero sólo para un ratito”, no puede dejar de sentirse secuestrado por el irrefrenable magnetismo de Chicos malos, Superguay o Esta noche sólo cantan para mí.

Mientras, las proyecciones visuales aportan una plasticidad pop sin estridencias, desde las cajas de medicinas de No más Myolastán hasta las geometrías multicolores de Chicle Cosmos, o la escalofriante colección de discos de Siempre brilla el sol, pasando, por supuesto, por la presencia virtual de los no-componentes de La Casa Azul, transfigurados para esta gira en indolentes androides.

Guille demostró un gran sentido estratégico cuando abrió los bises con el tema que, probablemente, pasa por ser el gran clásico de su repertorio, Cerca de Shibuya, para luego dar paso a tres versiones al piano –“no sé por qué me complico la vida, de verdad… a ver qué sale”- de temas tan bailables como Mucho más de lo normal, Viva el amor y Como un fan.

Muy listo. No hubiera sido posible de otra manera desactivar el interruptor del baile, créanme.





La Casa Azul [Heineken.es]
picture: Archivo Elefant

 


 

 

 

 

 

 

 

 

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