La Casa Azul

Guille Milkyway y su banda de ficción vuelven a la carga con su disco más trepidante. La Revolución Sexual es un disco de estética retrofuturista, con una esencia vital en su fondo de lucha de sus protagonistas para liberarse de sus propios miedos intentando no ver el futuro en tonos grises. Cuatro años ha necesitado La Casa Azul para entregar su segundo disco, pero la espera ha merecido la pena.

El efecto es el mismo que en entregas previas, una amalgama de estilos y sonidos pop fusionados de múltiples maneras, más acelerados aunque igual de sintéticos y optimistas que en su anterior disco. Los sonidos, claro, porque de nuevo las letras vuelven a hablar de futuros catastróficos, dolor, miedos, ansiedad o ataques de pánico, el contrapunto que siempre ha acompañado a La Casa Azul para viajar entre dos mundos, entre la obviedad de su música (el efecto, no la forma en la que está facturada y producida) y la más que válida postura ante una vida que no está del todo bien, pero que bien vale tratar de observarla con optimismo quitándote la máscara de sonreír por sonreír y cambiando de actitud.

La Revolución Sexual es un disco liberador, estéticamente aséptico, musicalmente bailable y creado desde esa química de un rastreador que no duda en utilizar todos los artificios pop al alcance de su mano filtrados de todas las épocas. Fórmula que Guille maneja a sus anchas sin rubor y con la firme determinación de entretener y de generar estados de ánimo entre la euforia y la reflexión. Triunfando en Japón y Corea, Tres semanas seguidas en la lista de ventas de los discos más vendidos en nuestro país tras su publicación, comenzando además su gira con gran éxito de público y crítica, fabricando sintonías para series de televisión, maquillando y poniendo a bailar a sus androides para un vídeo genial de La Revolución Sexual, es decir, una serie de acontecimientos que dibujan un futuro inmediato de lo más prometedor para La Casa Azul y el efecto que conseguirá con este disco. Lo mejor será que Guille ponga los acentos donde toca. Él es el protagonista de esta nueva Terapia para abandonar los ansiolíticos, el Myolastan y la Doxilamina.

La Casa Azul vuelve por todo lo alto. Después de cuatro años desde Tan Simple Como El Amor. Has estado embarcado en muchos proyectos como músico y como productor pero pocas noticias teníamos de tu proyecto principal a nivel de nuevo disco.

¿Cómo has vivido tú este tiempo que no hemos tenido noticias de La Casa Azul?
Ha sido un período de muchos cambios para mí a nivel personal, y lo he vivido con inquietud, ansiedad y cierto miedo. Al margen de esto, a nivel musical, intento siempre quitarme presión sobre lo que hago en general,… creo que no tiene mucho sentido para mí porque lo paso mal y no sirve para nada. Se trata de hacer canciones sobre las cosas que siento de la manera que las siento. Y ya está. Creo que La Casa Azul es un proyecto para muchos años y de todo habrá en el futuro.

¿Cómo ha influido en este disco tu trabajo en otros proyectos como Milkyway y en la producción de discos como Villa Fir de Kiki D´Akí?
No sé, no soy yo quien deba decirlo me imagino, pero no siento que me haya influido. Cada trabajo tiene su enfoque diferenciado, y todos cubren distintos rincones de mi espectro de preferencias musicales. No sé, me siento realizado con el conjunto de cosas que hago. La Casa Azul, en cualquier caso, es mi proyecto más personal e individual, y quizás por eso resulte el más histriónico.

La Revolución Sexual tiene una marcada intención hacia el baile, bastante más que tus anteriores discos, tiene un ritmo más trepidante que nunca durante todo el disco. ¿Es qué necesitabas expulsar toda la energía por el hecho del largo silencio del grupo y querías toda la notoriedad posible en los clubs?, ¿Cómo has planteado el ritmo de este disco?
Yo creo que, más que hacia el baile, el disco apunta hacia una aceleración en general, hacia la plasticidad, quizás la artificialidad. Más edición y más mezcla de cosas en cada canción. No me he planteado en ningún momento el tema de los clubs…, soy despistado y no suelo pensar en ese tipo de cosas.

    Creo que a muchos de nosotros nos invade a diario esa presión del futuro catastrófico que nos paraliza y nos destruye

Primero fue Tan Simple Como El Amor y ahora la Revolución Sexual, ¿esos dos títulos tienen una relación temporal que se adapta a tu crecimiento vital?
Si lo dices por la contraposición entre amor y sexo, no. Creo que hasta sería al revés…. En cualquier caso el título La Revolución Sexual,  no hace referencia al sexo, sino a la liberación en general, y en ese sentido, claramente sí es algo que ha resultado importante para mí en estos últimos tiempos. El disco habla de lo importante que ha resultado para mí liberarme de ciertos miedos…

Es tu disco más variado, donde podemos encontrar referentes a muchas épocas y estilos, Northern Soul, Sunshine Pop, Disco, Shibuya-Kei, Bubblegum, Punk-Pop, Easy Listening, que ya estaban ahí en anteriores trabajos pero que esta vez filtras y mezclas de una manera más llamativa. ¿Cómo describirías tú lo que contiene este disco de destacable y diferente, en relación a tus dos anteriores trabajos?
Bufff…. No sé muy bien, yo creo que quizás en lo que se diferencia este disco del anterior es en que todo está llevado un poco al extremo, intencionadamente más artificial, más editado y, como te decía antes, quizás un poco más histriónico. Creo que hay más mezcla de estilos dentro de cada canción, y eso yo creo que conforma cada vez mejor el sonido de La Casa Azul. Yo me siento muy cómodo en esa mezcla de cosas intentando crear algo compacto, personal y que me haga sentir identificado… Pero bueno, no sé, a mi es que me cuesta mucho hacer este tipo de análisis sobre mi trabajo,… me cuesta hacerlos hasta de los discos de los Beatles o de los Beach Boys, después de 40 años y 30.000 escuchas, como para hacerlos de un mísero disco de La Casa Azul…

La producción es muy detallista, creo que es un disco estudiado al milímetro. ¿Como has planteado la producción de este disco, te has inspirado en algún referente?
No mucho creo. Bueno, me siento identificado con muchas de las cosas que se están haciendo actualmente en Japón dentro de la música pop. Me gusta ese afán de huir de la ortodoxia, pero aplicando una disciplina impecable… Pero bueno, en cualquier caso, sigo pensando que todo tiene su lugar, pero la canción y la emoción suelen estar un punto por encima en importancia a la producción y los arreglos, que en cierta medida potencian la sensación buscada.

Los personajes de tus canciones tienen que superarse siempre a sí mismos sabiendo que sus problemas están siempre dentro de ellos, aunque la vida no se lo pone fácil, al final por la construcción de las canciones siempre parece que se puede alcanzar la felicidad. ¿Es la ilusión que quieres trasmitir con tus canciones?
Por supuesto. Es algo evidente y que no tengo ningún problema en no esconder. Creo que a muchos de nosotros nos invade a diario esa presión del futuro catastrófico que nos paraliza y nos destruye. Intento desquitarme con la música y por eso hago canciones que, de forma más o menos directa, nos ofrecen la ilusión de un futuro liberador. Aún así, el disco, en general, creo que deja esa sensación agridulce de asumir que eso es un escenario un poco irreal seguramente pero que, quizás, aunque el futuro finalmente sí resulte catastrófico realmente, nos podamos enfrentar a él con un ligero cambio de actitud.

    Yo creo que, más que hacia el baile, el disco apunta hacia una aceleración en general, hacia la plasticidad, quizás la artificialidad

En algunas letras haces referencias a síntomas de la ansiedad (como trastorno), supongo que tienes alguna relación con este tema. Un problema que está muy extendido en nuestra sociedad y que ya mucha gente entiende. ¿Componer, tocar, crear es algo que te libera de esos problemas o es un elemento que utilizas en tus letras sin que tenga mayor trascendencia?
No no, claro que tiene trascendencia para mí. Y por supuesto que resulta liberador. Es como hablar de un desengaño amoroso, o hablar de que el perverso sistema capitalista hace aguas por todas partes, o hablar de que Blossom Dearie es importante en algún momento de incapacidad emocional. Son cosas que conforman nuestras vidas y que al cantar sobre ello uno se siente mejor. Aunque no sirva para mucho más. Es como ir a tomar una caña con unos amigos.

En el estupendo video-cilp de La Revolución Sexual trasmites una imagen retrofuturista. Esa es también la estética del diseño del disco, supongo que la estética en tus futuras actuaciones. ¿Qué te trasmite esa estética, es la que provoca tu música?.
Bueno, me interesaba, como te decía antes, desmitificar la idea del futuro catastrófico. Creo que hacerlo aséptico nos quita cierta presión.

Pocos grupos nacionales pueden presumir de haber hecho una gira por Corea y Japón con gran éxito, parece que tu lo has conseguido. ¿Qué sensaciones y anécdotas te ha provocado esta gira?
Japón sobretodo, pero también Corea, son lugares en donde yo me siento muy cómodo, porque me encanta esa manera tan sin prejuicios de enfrentarse a la música y al arte en general. Me gusta la inocencia con la que se recibe el mensaje artístico porque es la clave para poder percibirlo tal y como es, sin juicios previos. Me siento identificado con eso. Aunque por supuesto es una forma de verlo, no la única.

De todos tus proyectos uno que me llama la atención es el de haber hecho la banda sonora de la serie de televisión Gominolas. ¿Cómo surge este proyecto y que significa para ti?
Bueno, Gominolas es un trabajo más, de algunos que hago en ocasiones para publicidad o televisión. La música por encargo no suele ser algo que me guste hacer en general y en lo que me sienta más realizado. Aún así, todo lo que decido hacer, lo hago porque me interesa por una razón u otra. En el caso de Gominolas, para mi resultaba divertido poder recrear un grupo musical infantil de los 80. Creo que es un género altamente infravalorado y devaluado y me hacía mucha ilusión poder hacer algo lúdico que creara la ilusión de un grupo de la época. También era muy interesante la contraposición entre la aparente felicidad infantil y la absoluta desgracia adulta. No sé, es un proyecto que me resulta interesante.

Tus primeros conciertos en la presentación de este disco están teniendo una gran repercusión, hace poco has llenado el Sol en Madrid dos días seguidos. ¿Qué supone esto para ti, cómo afrontas los conciertos ahora que la repercusión es tan grande, teniendo en cuenta que sigues actuando solo?
Bueno, me sigue costando un mundo enfrentarme a los directos. Me sigue impresionando mucho y depende un poco del día. En general no ha cambiado nada, para mí es igual de difícil actuar delante de tres que de mil. Es gratificante pero a la vez te mueres de miedo. No sé. Creo que estoy mejorando en cualquier caso.

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