Moosic [Sp]: Sala Noise, Valencia [15-12-2012], Concert review
Valencia se rinde ante La Casa Azul y su fiesta universal
La Casa Azul edulcoró una abarrotada sala Noise (antigua Mirror) de Valencia, donde se congregaron numerosos fans con edades comprendidas entre la quincena y pasada la treintena con una puesta en escena y sonido más que sobresalientes. Ya han pasado las 21.40 y el público grita impaciente, todas las luces de la sala se desvanecen, abróchense los cinturones: comienza el viaje al universo brillante, espacial y efervescente de La Casa Azul. Bienvenidos a La Polinesia Meridional.
Tras la intromisión a través de estímulos audiovisuales producidos por una gran pantalla aparece un trío de androides capitaneados por un soberbio Guille Milkyway con su característico casco ciberespacial. Comienza a sonar “los chicos hoy saltarán a la pista” seguida de “chicle cosmos“, consiguiendo transmitir desde el primer minuto una energía y ganas de quemar las zapatillas en la pista que no decayó en ningún momento durante las casi dos horas y media de espectáculo.
Con la intención de “controlar eso de los tiempos en un concierto” tras la primera descarga de energía, Guille se sienta al piano y empieza a tocar una versión más intima de la galardonada “Y yo también”. Si el resto de los grupos intercalan hits movidos entre su setlist para que su público no se duerma y pierda el hilo del concierto, La Casa Azul debe alternar temas a piano con el fin de evitar la muerte por extenuación de aquellos valientes que osen bailar cada vez que una canción lo requiera. Sin embargo el resultado no es del todo el esperado puesto que al piano Guille se deja el alma con cada tema y su público no se queda atrás.
Y de esta manera continuó la noche a través de un ritmo de acelerón y parada en seco, con más rompepistas presentes en La polinesia Meridional y hits atemporales dentro de su universo, como ”Colisión inminente”, “Terry Peter y Yo”, Cerca de Shibuya, Galletas, Ces fini o haciendo suyos temas como “Take on me” de los suecos Aha, pero salpicadas con momentos de complicidad con luz tenue y piano, En ellos Guille mostró su lado más humano, confesando sus sentimientos y emociones, jugando con su falsa timidez y dejándose literalmente la vozdado su estado de salud. En más de una ocasión incluso se permitió el lujo de equivocarse interpretando temas que consideraba oportunos para la velada y no estaban en el guión ¿pero a quien le importa si enfrente tienes cientos de personas que se saben tus canciones mejor que tú?
Para poner el broche de oro a un concierto apoteósico, una nueva dosis de su repertorio más conocido con ”Europa superstar”, “Superguay”,” Los chicos malos” o “La revolución sexual”, con la que el público terminó de enloquecer.Final de nuevo con Guille al piano, buscando temas para poder seguir unos minutos más con su público y demostrando que realmente siente lo que canta e intentando exprimir todo del cariño y calor incondicionales que recibe encima del escenario. Y es que da igual que consideres algo edulcorado y ñoño lo que Milkyway compone y produce, en directo es incuestionable: son pocos los que consiguen generar tal corriente circular de alegría, sentimiento y buen rollo entre escenario y público.
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