Contempopránea, mucha música y gritos contra el IVA

Grupos exhiben su malestar por la subida en la segunda madrugada, que cumplió con nota

Los contempopráneos bailan enloquecidos en las primeras filas del escenario del paseo de las Laderas. We Are Standard, con un sonido contundente, está terminando su concierto. Son más de las tres de la mañana y el festival de la escena indie de Alburquerque arde. Es el mejor síntoma de que el corazón de Contempopránea late fuerte, a pesar de los recortes y que parezca que esta era la edición, diecisiete ya, de la que menos se podía esperar.

Pero no. El estupendo ambiente y la calidad de los grupos que desfilaron en la madrugada del viernes al sábado da la razón a los que siguen confiando en el festival. Desde el grupo granadino Niños Mutantes al sevillano Maga, puro virtuosismo con las guitarras, hasta la sideral propuesta de Guille Milkyway y La Casa Azul, que saltó a la arena con un casco de androide y una espectacular puesta en escena multimedia. Con el artista catalán llegó uno de los momentos inolvidables de esta edición cuando sonaba La revolución sexual , su canción estrella que puso a saltar a los fieles en una noche espléndida de verano.

Y como no todo es música, Contempopránea se convirtió también en plataforma reivindicativa para exhibir el malestar de los artistas ante la subida del IVA y el temor de que pueda conllevar la desaparición de festivales como el extremeño. Niños Mutantes fue uno de los que gritó contra la medida, dedicándole hasta una de sus canciones a la diputada Andrea Fabra para que siga callada. Otros como Miguel Rivera, líder de Maga, calificó a los que la defienden de "mamarrachos".

Con más público del esperado a medida que avanzaba la madrugada, Contempopránea cumplió con nota su segunda noche, a la espera que Amaral lograra poner esta madrugada el cartel de lleno --4.000 espectadores de aforo máximo que el viernes se cubrió en más de la mitad-- en la última jornada del certamen.

Una vez más, el apoyo del público y sus ganas de disfrutar deben servir de aliento a la organización, este año menos optimista. La respuesta de los espectadores sigue siendo su mejor aval para continuar adelante.