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05/02/2015

El Mundo [Es]: La nueva Asturias pop



  • Entrevistamos a la emergente tercera generación del 'indie' de Asturias y analizamos esta nueva edad dorada del rock, pop, folk y electrónica alternativos

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  • Hace algo más de veinte años, coincidiendo con la explosión juvenil del indie en España, se puso de moda la etiqueta Xixón Sound. De aquella supuesta escena de la ciudad asturiana (en parte real, en parte mediática) salieron lemas como "Córtate el pelo, cambia de vida" y, sobre todo, grupos como Manta Ray, Penélope Trip, Australian Blonde, Nosoträsh, Undershakers o Eliminator Jr. Aunque la leyenda circunscriba a los noventa su época de eclosión, en realidad, su apoteosis creativa, su momento de madurez, se produce una década después: es entre 2001 y 2003 cuando Manta Ray y Nosoträsh entregan sus mejores trabajos, se consolidan grupos como Mus o Pauline En La Playa, y también es la época en que Nacho Vegas se emancipa de Manta Ray y, abonándose a la canción de autor, cambia el mapa y la estrategia del indie español para siempre.

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  • Se puede decir que, ahora mismo, no sólo en Gijón sino en toda Asturias, ha emergido una tercera generación del indie. Estamos ante una nueva edad dorada del rock, pop, folk y electrónica alternativos, no tanto a nivel de popularidad como de creatividad. De tierras astures surgen algunos de los artistas más venerados por la crítica especializada del momento: del personal folk oscuro de Pablo Und Destruktion y Fee Reega al rescate de la canción tradicional de Lorena Álvarez, de los sonidos industriales enraizados en el terruño de Fasenuova, HUIAS y .tape.; al garage de Chiquita y Chatarra, el punk pop de No Fucks y Axolotes Mexicanos, el indie pop de Lavandera o Los Bonsáis y el post-rock de One For Apocalypse, sin olvidar las nuevas encarnaciones de supervivientes de los noventa, como Elle Belga, La Villana, Nacho Álvarez y El Quarteto Bendición o Matrimonio. Incluso un santón del techno comoÓscar Mulero, actualmente afincado en tierras asturianas, está creando desde allí, enraizando igualmente su sonido a orillas del Cantábrico.

    Después de tantos años

    "Seguimos quedando todos", afirman Mar y Alicia Álvarez, ex Undershakers, y todavía en activo con Pauline en La Playa. "La mayoría de los que empezamos en los noventa todavía hacemos cosas relacionadas con la música o lo artístico. Eso quiere decir que lo importante no era el momento, el postureo y todo eso, sino la gente, que siguió siendo creativa". Sintomático, además, de las dinámicas a las que invita el paso del tiempo, es que Mar Álvarez, junto a Covadonga de Silva (Nosoträsh), Pedro Vigil (Penélope Trip, Edwin Moses) y Lara González (Undershakers) ha creado el muy exitoso grupo Petit Pop, destinado al público infantil. Subrayan las hermanas Álvarez que Gijón "sigue siendo un lugar muy rico, pero además ahora hay una gente que va por una línea que no es tanto la música como las performance, el audiovisual o los fanzines, gente que proviene de Bellas Artes, que no vivieron el Xixón Sound, han llegado más tarde pero le imprimen un nuevo carácter. Hay otro sentido de lo alternativo -añaden-, porque cuando nosotras empezamos a hacer música los medios se hicieron eco, se empezó a crear una industria que metió mano en el indie a imagen y semejanza de las grandes discográficas, y quizás eso fue lo que la mató. Ahora, en cambio, hay un ambiente alternativo enorme más basado en la autogestión, aunque también mucho menos profesionalizado".

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    Pablo Und Destruktion, telonero de Nacho Vegas en su última gira, y cuyo álbum Sangrín ha ocupado los puestos altos en prácticamente todas las listas de lo mejor del año pasado, es, probablemente, la cabeza más visible de esta nueva generación. El inclasificable músico, que incide en "un interés poético por distintos aspectos de la vida, desde el sentimiento de terruño hasta conflictos emocionales, políticos, filosóficos o sensuales" y en crearse su propio espacio de libertad, subraya la coexistencia de varias generaciones: "La escena actual recoge a personas de 50 años y a otras de 20, y creo que esa es su gran virtud. No obedece a géneros o edades y, en cierto sentido, se ha vuelto al origen de la música popular. Yo creo que esta unión se debe, entre otras cosas, a la tremenda emigración que hay. Si hubiera más gente joven en Asturias es probable que no necesitáramos tanta comunicación y que no estuviéramos abiertos a determinadas colaboraciones".

     

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    Natalia Quintanal, vocalista de Nosoträsh, creó en 2008 La Villana, un proyecto pop que, en sus palabras, "tan sólo pretende cantar las historias de otros, y existe para poder seguir escribiendo y cantando canciones, no busca ninguna reivindicación mayor". Ella se encuentra dentro del sector optimista en lo que respecta a la renovación generacional: "No sé a qué se debe, pero desde luego es muy esperanzador. Hubo unos años en los que pensaba que la gente había perdido las ganas, no sólo en la música, sino en cualquier actividad creativa. Lo veía incluso en las dificultades que las personas de mi entorno se encontraban en su propio desarrollo profesional, pero creo que en Asturias seguimos teniendo ese ímpetu inconformista, que es lo común hablemos de la década que hablemos y del ámbito creativo en general". La cantante destaca, por ejemplo, aLorena Álvarez, de quien dice que "te apega a la tierra incluso cuando tienes ganas de renegar de ella".

     

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    De una generación bastante más joven son María Lastra, Rubén Ondina y Alejandro Santana (HUIAS), un proyecto electrónico que ha creado un sutil equilibrio entre la influencia rural y la urbana, y quienes añaden la importancia de eventos como el festival LEV o la programación de la sala La Lata de Zinc en Oviedo. "Eso ha ayudado a culturizar la región, aunque en Asturias siempre ha habido gente haciendo ruido y con inquietudes, y por eso salen cosas interesantes", apuntan.

     

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    Tiempos nuevos, tiempos no nostálgicos

    Pero otros muchos artistas se muestran más críticos con las filiaciones con antiguas escenas, o incluso con la posibilidad de que exista algo parecido a eso. Nacho Álvarez, además de haber sido bajista de Manta Ray, regenta el bar La Plaza, en activo desde 1993 y considerado el epicentro del Xixón Sound. Ahora se encuentra al frente de un nuevo grupo, Nacho Álvarez y el Quarteto Bendición, que, en sus palabras, "gira alrededor de la idea de canción tradicional y popular en algunas de sus formas, desde el bolero hasta el blues, desde el tango al folk. Todo ello bajo un punto de vista espiritual, irreverente, dramático, iconoclasta y humorístico". "No soy consciente de que haya una proliferación de grupos interesantes en Asturias, cosa que, por otra parte, me alegra mucho", recalca. "Algunos jóvenes que tienen la suerte de tocar en las grandes urbes allende "el Negrón" me dicen que siempre les inquieren por nombres y bandas de los noventa de aquí, así que me imagino que algo sí les verán en relación con aquella supuesta escena, pero, si no fuese así, no deberían preocuparse mucho. Si quieren triunfar en la cosa de la música es mejor que no tengan a nadie de aquella época como referencia, la verdad".

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    Juan Carlos Fernández fue componente de Penélope Trip y ahora divide su tiempo entre proyectos de pop heterodoxo y minimalista como Matrimonio, Baladista o Dos Gajos. Él se muestra más crítico todavía. "Me temo que no comparto ese tipo de enfoque territorial que tanto gusta al periodista musical. La procedencia geográfica del músico me resulta irrelevante y no creo en la existencia de escenas. Lo del Xixón Sound siempre me ha parecido un despropósito, sinceramente".

     

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    Del sello Discos Humeantes, uno de los más activos dentro de la nueva escena independiente astur, provienen grupos como los enigmáticos Balcanes, cuyo hardcore-noise-punk oscurantista tiene, de momento, una única pero prometedora referencia, el 7 "Plataforma". "No nos interesan en exceso las bandas que aparecieron o se cobijaron bajo la etiqueta Xixon Sound", explican ellos. "El momento social, económico, político y la propia industria del disco actual, hace que las motivaciones y el sentir general sea diferente a entonces, por lo que es difícil establecer una relación más allá de una simple influencia musical y en esto, tampoco consideramos que esas bandas hayan trascendido a su propia época y hayan influido a nadie más que a sus propios protagonistas". "La relación será en cuanto a que estos grupos también empezaron de cero, pero ellos proliferaron en un momento en que el movimientogrunge estaba de moda e igual eso los ayudó", añaden Amelia Díaz y Patricia Álvarez, componentes de Chiquita y Chatarra, un grupo degarage-punk que, como ellas mismas dicen, lleva una trayectoria "modesta pero intensa". Además de ser un grupo muy valorado en la escena garajera, tuvieron cierta notoriedad al acompañar al grupo La Carnicería Teatro de Rodrigo García durante dos años, tocando por varios lugares de mundo.

     

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    "Aquí siempre ha habido cultura de grupos, y sí, quizá la más importante fue la de los noventa, pero no creo que tenga relación con lo que está pasando ahora. Queda lejos, en Gijón la alcaldía es de FORO, las generaciones son otras, los bares han dejado de cumplir su función... es un contexto totalmente diferente", apunta Luis Sánchez, del trío Lavandera, dedicado al pop indie de vieja escuela y relativamente debutante: acaban de editar un primer álbum homónimo pero están curtidos en otros grupos anteriores.


     

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  • De novísima generación son Axolotes Mexicanos y No Fucks, abonados a un punk pop desenfadado, muy juvenil y con un punto provocador, que también comparten a algunos de sus componentes. Nacidos en los noventa, como ellos mismos subrayan, no vivieron escenas anteriores pero tampoco creen en la existencia de una actual. "En Asturias siempre se dice que hay muchos grupos pero en realidad que estén en activo casi no hay. De hecho, nosotros nos hemos ido a vivir a Madrid", indican.

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    Queda una última perspectiva, la del aislamiento total, que es la que esgrimen Fasenuova. Formados en Mieres en 2006, Ernesto Avelino y Roberto Lobo han desarrollado un sonido electrónico industrial en que las oscuridades y lo atávico parecen convivir en tensión con la tierra, la humedad y las ruinas de la minería y la siderurgia. "No podemos explicar bien del todo esa proliferación de la que hablas, tampoco somos muy conscientes de ella, vivimos dentro de nuestra burbuja de aislamiento y buscamos, ahora más que nunca, el confinamiento total", explica Avelino. "Fasenuova es la expresión de nuestra libertad puesta a la vista de los demás de tal manera que se produce una especie de comunión banda-público que es obsesiva y compacta. Queremos hablar de nuestro fuego interior y de la combustión de ese fuego en el mundo. Nuestra trayectoria es el rastro de este viaje crematorio, a base de impulsos. Una especie de recorrido místico y danzante de nuestro mundo interior".

     

    Tierra y libertad creativa

    En cualquier caso, independientemente de filiaciones a tradiciones, escuelas y generaciones, sí puede tener sentido pensar que el operar en un lugar como Asturias, con sus características históricas, ambientales, demográficas y sociológicas, sea importante a la hora de crear un caldo de cultivo para que hayan emergido músicos tan personales. No hay asideros ni referencias externas que se puedan aplicar, por ejemplo, a Elle Belga, el grupo formado por otro ex Manta Ray, el vocalista José Luis García, junto a Fanny Álvarez. "Nos gusta pensar que somos una banda de rock empeñada en deformar la dinámica, integrando los silencios como un elemento más, buscando la intensidad sin la estridencia", explican ellos.

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    Apunta Pablo Und Destruktion que "aquí la vida es más barata que en las capitales artísticas, la gente tiene bastante cultura general y es fácil entablar conversaciones interesantes que te ayuden a pensar y a componer. Además, al ser mi propia tierra me pone en conflicto con mi pasado y me obliga a recordar. Por otra parte -añade- creo que lo peor de Asturias es su excesiva vejez. Somos la región del mundo más vieja, solo comparable a ciertas áreas de Japón y a Galicia. Eso se nota y te crea cierta sensación de hipocondría".

     

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    En términos similares se manifiestan Balcanes. "Vivimos tiempos jodidos a nivel global, es una realidad, pero en una provincia pequeña y envejecida como Asturias, ser joven puede llegar a ser aún peor. Resulta difícil no dedicar unos minutos al día a pensar en cómo son las cosas que te rodean. Balcanes es la respuesta a lo que pasa por nuestras cabezas en esos momentos, y el sonido del grupo, la máxima expresión de nuestro descontento".

     

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    "El contexto geográfico está muy presente en nuestro hacer musical", admite Elle Belga. "Muchas de nuestras melodías son herederas de nuestro pasado y de nuestro entorno. Nos han hecho muchos comentarios al respecto, como si a través de nuestras canciones se colasen la humedad y el frío". "Asturias es un lugar donde la lluvia abunda, el Cantábrico rompe cerca y el paisaje post-industrial siempre está presente", añaden HUIAS, "y eso acaba influyendo de alguna manera en nuestro sonido. Es un gran condicionante pero que vemos como algo positivo. Nosotros, además, nos tomamos las cosas con mucha calma".

     

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    Procedente de un entorno rural y sin conexiones previas con ninguna escena musical, Lorena Álvarez ha retomado de un modo muy personal el folclore de su tierra, llegando incluso a acuñar de modo jocoso el término "tradicional sexy" para referirse a él. Así explica ella cómo empezó a crear desde el aislamiento:

     

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    "En realidad, en mi pueblo (San Antolín de Ibias), el folclore siempre ha estado presente y no era fácil conseguir música, no había tiendas de discos ni tampoco llegan bien la radio y la tele. Tampoco es que me pasase todo el día escuchando gaitas y tambores, pero sí es cierto que acabé prestándole más atención. Más que la música, me han influido las historias que cuenta la gente en los pueblos, siempre hay mucha idealización del pasado cuando se reúnen a comer o lo que sea. Hace un tiempo todo era igual y ahora ha cambiado muy rápido. Ahora investigo más, leo y escucho muchas cosas". Y dejamos las últimas palabras para Nacho Álvarez, de nuevo desmarcándose de la línea general con una personal causticidad: "El año pasado, cuatro rumanos ataviados con trajes de buzos estuvieron robando durante varias noches las monedas de la fuente de La Virgen de La Santina en Covadonga, y en el barrio de La Calzada, en Xixón, fue localizada una serpiente pitón de más de cinco metros de largo que era la mascota de una familia, ¡y la sacaban a pasear! Ese tipo de cosas me inspiran enormemente y dicen mucho de una sociedad tan absurda, injusta y estúpida como ésta".

     


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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