La Casa Azul
Entrevista "La revoluci?n sexual"
La Casa Azul, ¡toma pastilla!
Guillermo Milkyway, autor del famoso «Amo a Laura», lanza un disco sobre la ansiedad
Víctor Lenore
Este compositor ecléctico y autocrítico presenta disco y el directo más ambicioso de su carrera. Ojo al arranque de la canción «Prefiero no» de «La revolución sexual»: «Todo el mundo necesita respirar/no hay quien pueda permitirse no parar/demasiada incertidumbre, demasiada autosuficiencia».
Hoy en día es fácil identificarse con las inseguridades de Guille Milkyway. Su proyecto La Casa Azul se cimenta en una enorme cultura musical: defiende Eurovisión, reivindica la grandeza de The Housemartins y nos descubre la escena Shibuya kei (subgénero pop originado en un distrito de Tokio). No le asusta que una melodía se parezca a Aqua, pero también adora el pop clásico de Dusty Springfield, Nina Simone o Astrud Gilberto. Ahora vuelve con su espectáculo más ambicioso, transformando en robots a los cinco personajes que ha utilizado como imagen: «Siempre he visto a La Casa Azul como algo a medio camino entre la fantasía y la realidad».
-Antes de componer el disco, ¿tenía una idea de lo que quería lograr?
-Respecto al sonido, buscaba forzarlo todo un poco más: que fuese más artificial, más plástico, más histriónico... En las letras no me hice ningún planteamiento especial. De lo único que sé hablar es de lo que me pasa porque no soy buen letrista.
-Entonces, ¿este giro histriónico no ha tenido que ver con nada personal? ¿No ha salido más a bailar este año?
-No, no salgo de casa. No he salido nunca.
-Hay algunas letras que no comprendo del todo. Por ejemplo «No más Myolastán». ¿De qué trata?
-Estuve mucho tiempo trabajando en una multinacional, acabé harto y muy enganchado a un ansiolítico y relajante muscular llamado así. Dejar aquello fue una liberación.
-La canción que da título me recuerda a Carlos Berlanga. ¿Es un homenaje intencionado?
-No, no ha sido algo buscado, pero salió así. Soy muy «fan» de Carlos Berlanga. Además, el final de la canción es muy Dinarama.
-¿Cree que hace falta una revolución sexual?
-Sí, todo el mundo cree que eso es algo que está superado, pero está claro que no. Hace falta algún tipo de cambio. Hay 30.000 tabúes mayores o iguales de los que había hace treinta años. La gente está retraída, tiene muchas fantasías y poca realización personal.
-¿Qué ha sido lo más complicado en este álbum?
-Quizá me ha costado un poco más verbalizar toda la ansiedad en la que yo estaba inmerso el año pasado. Siempre he querido llevar al extremo la contraposición de una música que te transporte a un mundo feliz con esos sentimientos malignos de la ansiedad profunda. El resultado ha quedado un poco vago o poco veraz respecto a lo que yo sentía.
-¿Qué es más difícil: cantar sobre desamor, como hacía hasta ahora, o sobre la ansiedad?
-El desamor es muy agradecido para escribir canciones directas y pop porque es un sentimiento universal que te permite situarte en el papel de víctima. Es más difícil hacerlo con temas más complejos como la ansiedad o la hipocondría.
Recuperar el estilo de «Barrio Sésamo»
Guillermo Milkyway es autor de la música de «Amo a Laura», ese hito del márketing viral que tuvo a media España bromeando sobre las ventajas de la virginidad. «La MTV pidió al equipo de La Casa Azul. Entonces, en principio, lo cogimos con reparos, en plan “¿es así como se percibe al grupo?”. Domingo González (responsable de los vídeos) y yo lo tomamos como vamos a pasarnos un poco de la raya». Compuse un estribillo pegadizo, un poco “retro”, que tuviera gracia». Ahora Milkyway se encarga de poner música a «Golosinas», la serie de Cuatro. «El sonido de los grupos infantiles de los 80 es ultradenostado, pero a mí me interesa. Uno de mis discos imprescinbles de esa década es el de una niña llamada Carmen Pascual». Más ilusionado se le nota con su aportación a «Yo Gabba Gabba!», programa infantil de Nickelodeon. «Es una serie para preescolar recuperando el estilo de la primera parte de “Barrio sésamo” americano.Tiene unos personajes infantiles muy bien trabajados. Nunca me han gustado “Los Teletubbies”, son como un analgésico para los niños, aquí hacen lo contrario. En cada capítulo ellos enseñan cuatro cosas y terminan con una canción que resume todo lo que han aprendido. Estéticamente es una pasada.
La Casa Azul [La Raz?n]
foto: Archivo Elefant
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