La Casa Azul

A finales del año pasado tuvimos la oportunidad de recuperar el descatalogado primer disco de La Casa Azul (El sonido efervescente de la casa azul, Elefant, 2006). Reedición en la que, además de su debut, se compilaban sus tres primeras maquetas y algunas canciones inéditas. Un regalo mientras esperábamos impacientes la publicación de su último trabajo. Y una ocasión para reconquistar nuestras ilusiones, nuestras proyecciones, nuestras imágenes y nuestro corazón desde el ingenio, la agudeza y la chispa pop que se explicita en cada una de sus 23 canciones. Un sonido sin par, pulido, arreglado y, desde luego, no falto de burbujeante efervescencia.

Guille Milkyway, ese prolijo genio del pop español más internacional, después del retoque y puesta a punto en la programación de sus androides, regresa dispuesto a dejarnos muy claro su deslumbrante forma de catalizar la realidad y convertirla en seductores hits de nuestra cabeza y de nuestro corazón. Y lo hace a partir de trece nuevas canciones a la vanguardia del pop mayúsculo y tecnológico. Canciones enérgicas y llenas de color sintético como complejos vitamínicos que tienen a la ansiedad o al equilibrio emocional, a la inseguridad y a las frustraciones, como argumentos hipertensos y nuevos protagonistas. Protagonistas en un alucinante mundo lleno de referencias niponas y análisis súper-actualizados de la sociedad moderna, en el que conviven Ultraman, el Myolastan, Second Life, las golosinas, las modas y el sonido 8bit. Entre el shibuya-key más contemporáneo, el doo wop de los 50, el bubblegum de los 60, el disco de los 70, el tecno-pop de los 80 y el eurobeat de los 90; consigue un producto único que recoge medio siglo de música pop en el que recordamos a YMCK, Pizzicato Five, Hi-Posi, Hazle Nuts Chocolate o The Aprils y donde dedica guiños concretos a ABBA, Vacaciones en el mar o El ritmo de la noche. Fanático por lo extremo, Milkyway vuelve a exaltarnos en síntomas pegadizos que se mueven entre lo absolutamente desesperante y la más total irradiación de felicidad en un álbum que recetamos como una medicina altamente adictiva.

La gira de La revolución sexual le llevará en un viaje cósmico por Madrid, Valencia, Barcelona y Muricia. Espera veros allí.