La Casa Azul
El Mundo [Es]: La patria del pop Nacho Canut /Guille Milkyway [Entrevista]
CULTURA
Nacho Canut y Guille Milkyway
La patria del pop
La frontera entre La Casa Azul, el proyecto que lidera Guille Milkyway, y Fangoria, con Nacho Canut y Alaska, llevan cuatro años desdibujadas. En su patria del pop sus himnos son los seis sencillos en que han trabajado conjuntamente, desde que empezaran con Dramas y comedias hasta Iluminados.
Este fin de semana coinciden en el cartel del Low Festival. Viernes para Guille, domingo para Fangoria, así que no se cruzarán en las calles de Benidorm. «La relación es buenísima», empieza contando Nacho, «cuando queremos trabajar con alguien es que somos fans de esa persona y le damos carta blanca para todo». Con él dicen que «nos tiene pillado el punto totalmente, tiene los mismos gustos que nosotros y en lo personal es muy parecido».
«Lo que facilita mucho el trabajo juntos es que a nivel de referentes hemos bebido de lo mismo», reafirma Guille. «Y hay cosas que no se reflejan de forma explícita pero están ahí, como por ejemplo que The Mamas and The Papas es muy favorito de Nacho y mío, lo mismo con grupos psicodélicos, de los 80...», añade, «esos referentes hacen que sea más fácil porque el lenguaje del pop está formado de eso».
«Cuando trabajo con quien sea, y en este caso Fangoria, me pongo el mono e intento comprender el momento actual y proyectar lo que tienen que ser en el siguiente eslabón», explica Guille. Por eso agradece que «cuando te confían producción o escribir, saben delegar de una manera pura». Un carácter que cree «hace que lleven tantos años en primer nivel y llevando tan bien su carrera. Eso facilita el trabajo del resto».
Esa facilidad la tienen asumida Alaska y Nacho desde los años 80: «Siempre estamos mirando con quién podemos colaborar porque cuando hicimos Fangoria quisimos quitarnos la esclavitud de estar siempre con el mismo compositor, que es lo que nos había pasado con Dinarama. Al final conseguimos trabajar con otras personas y nos costó mucho convencer a Carlos [Berlanga] porque decía 'soy buenísimo ¿para qué quieres otros?' y nosotros le decíamos 'sí pero si te vuelves loco o quieres descansar, necesitamos más gente».
Con esa idea querían, al lanzar Fangoria en los 90, nuevos colaboradores, como si fuera la Factoría de Warhol, dice. De hecho, el único fijo es Rafa Spunky. «Seguimos las enseñanzas de Bowie que decía que siempre hay que cambiar. Con Guille, de momento, no vamos a cambiar porque estamos encantados», afirma Nacho.
«Hemos trabajado mucho pero no nos vemos ni a la de tres», dice risueño Guille. «La forma de trabajar hoy en día es cada uno por su lado y nos vamos juntando pero hablamos más de forma previa que en el transcurso del trabajo. Y cree que es buena señal porque nos entendemos tan bien que casi no hace falta hablar». Así, lo primero en lo que se ponen es plantear «lo que debería ser el sonido, hablando de referentes porque es la forma más fácil de entenderse».
En ambas formaciones tienen de base el pop, asociado a música luminosa pero con letras que cuentan historias muy intensas. «Te mentiría si dijera que es algo buscado», asegura Guille, «creo que es más un defecto que una virtud. Me cuesta escribir sobre los momentos luminosos y la música llevarla a los dolorosos, no sé hacerlo de otra forma». Nacho se siente fascinado por el género, en gran parte porque no se toma en serio, como le sucede a él mismo. «Lo malo del rock y el punk es que se toman en serio, con mensaje, y eso tiene caducidad. El pop, no. Lo que quiere es que la gente baile y se divierta. Y ganar dinero. No tienen prejuicios. Por eso aunque empezamos con el punk, a los seis meses, nos pasamos», argumenta. En todo caso, comenta que «no queremos sentar cátedra. Somos muy flexibles porque no tenemos nada que creemos a muerte».
«El aderezo, el envoltorio en el pop es engañoso y eso forma parte de la gracia del asunto», sigue Guille, «y en la música de baile siempre ha estado presente». «Desde la primera vez que entré a una discoteca de pequeñito lo asocio a algo solitario, que tiende a la tristeza y donde la gente ahoga las penas, y que juega un papel terapéutico», un sentir que siempre le ha conmovido.
Sus respectivas giras les acercan aunque no coincidan. En Fangoria, confiesa Canut, «nos vemos intrusos en este mundo», «cuando vamos a festivales no nos sentimos igual que ellos, nos sentimos intrusos». La excepción es con La Casa Azul o Hidrogenesse. «Los grupos de indie o rock nos pueden gustar, o no, pero los planteamientos no tienen nada qué ver». Para Guille está siendo un veranoespectacular, «después de estar un año preparando, claramente es la primera vez que disfruto en mi vida tocando en directo. Me veo sonriendo, algo que no me había visto jamás».
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