La Casa Azul
Hipersónica [Es]: Crónica concierto Sala Fever, Bilbao [19-05-2012]
Hidrogenesse + La Casa Azul en concierto en Bilbao (Fever, 19-05-2012): bienvenidos a PopAventura y Disney Pop
El sábado me pasé todo el día tan nervioso como un niño al que le han prometido desde hace tiempo un viaje a Disney World o PortAventura y por fin ve que llega ese día. Puedo ir a muchos conciertos a lo largo del año pero pocos me hacían tanta ilusión como ver a Hidrogenesse y La Casa Azul en un mismo bolo. Dos de las propuestas pop nacionales que considero más interesantes y que, para mi sorpresa, parece que no comparten el mismo público. Dos atracciones completamente diferentes de nuestro gran PopAventura.
Hidrogenesse, en serio
A Carlos y Genís mucha gente sigue sin tomárselos en serio y piensan que no es más que una broma de un par de tarados que salen disfrazados al escenario a hacer lo que les da la gana. Y precisamente ahí radica su grandeza, ver a Carlos interpretando a Alan Turing a los 17 años, y a Genis metido en el papel de su compañero ‘Christopher‘ un ratito después de morir de tuberculosis y enviándole mensajes vocoder, es enorme. En serio, no es ninguna broma.
Como no lo es Un Dígito Binario Dudoso, el discazo que se acaban de sacar de la manga y que interpretaron al completo ante la misma foto luminosa de Alan Turing que vemos en la portada, en un pequeño altar. ¿Nos nos estamos quejando siempre de la falta de creatividad en la música actual, que todos parecen seguir los mismos patrones y nos empiezan a aburrir? Pues ahí está ‘Captcha Cha-Cha‘, todo un himno de este siglo, o del siguiente vete tú a saber.
La discografía de Hidrogenesse es impecable, aquí no hay relleno y cada canción es una obra de arte en sí, una peli completa que hemos revisitado mil veces y que ya han pasado a formar parte de esas historietas que componen nuestra vida. Volver a montarnos en el tiovivo de ‘Caballos y ponis‘, a ponernos el ‘Disfraz de Tigre‘, recordar la canción del verano de aquel año de ‘Vuelve conmigo a Italia‘, bailar ‘Fuig llop fuig llop fuig‘ como una sardana sideral, pagar sin rechistar el peaje de la ‘A-68‘ y sentirte el Principe Carlos, Billy Mackenzie y un MacPollo en el origen de todo con ‘Eres PC Eres Mac‘, es como disfrutar con todos nuestros adorados monstruos del Castillo del Terror.
A ti y a mi nos dan ganas de bajar del cochecito y quedarnos a jugar con ellos, pero otros no lo entienden porque les siguen dando mucho repelús. Hay miles de cosas en el mundo que son mucho peor, muy pocos que son mejor y tan divertidos.
La Casa Azul, como Kiss versión Pop
Si para cualquier rockero de este planeta debería ser completamente obligatorio asistir al menos una vez en su vida a un concierto de Kiss, lo mismo ocurre con La Casa Azul dentro del Pop. Su espectáculo visual a golpe de LEDs es tan bestia que cuesta asimilar tantas imágenes y en todo momento tienes la sensación de estar montado en una enorme montaña rusa. Con momentos más relajados de subida en los que Guille se pasaba al piano y muchas bajadas y curvas peligrosas de las que te encojen el estómago.
O conectas o no conectas con el universo Milkyway. En realidad no debe ser tan fácil, de lo contrario no me explico porque todavía no es todo un mainstream. En Bilbao no llenó, la sala estaba ocupada en sus tres cuartas partes, pero si has llegado hasta allí es porque te gusta y entonces es imposible no disfrutarlo. La Casa Azul te da todo lo que quieres y mucho más.
La Casa Azul: orgasmo Pop
Espectacular desde el minuto cero y esa larga intro que da paso a ‘Los Chicos Saltarán a la Pista‘ apareciendo Guille y un par de androides en el escenario. Lo estoy viendo y ya estoy deseando repetir, aunque supongo que el factor sorpresa aquí es muy importante y yo no había querido ver ni una sola imagen antes. Vete virgen, el orgasmo está garantizado.
Ni un pero a su larguísimo setlist que recorre toda La Polinesia Meridional sin dar la sensación de centrarse en su último disco ya que este solo ocupa la mitad del concierto. Aparecen los integrantes ficticios iniciales de la banda para acompañarnos en los temas clásicos como ‘Galletas‘, ‘Chicle Cosmos‘, ‘Hoy me has dicho Hola por mi primera vez‘, ‘Como un Fan‘y ‘Superguay‘. Y si no recuerdas la letra no pasa nada ¿para qué se inventó el karaoke?
Hubo hasta momento rumba con ‘Yo, también‘ y regreso a los A-ha de ‘Take on Me‘. Lo más celebrado, ‘Cerca de Shibuya‘, claro, con imágenes frenéticas de Tokio y ‘La Revolución Sexual‘ de cuyo disco tampoco se olvidó de ‘Esta Noche solo cantan para mí‘, ‘Chicos Malos‘, ‘No Más Myolastan‘ y ‘El Momento Más Feliz‘.
Nunca antes una pantalla dividida en 16 pequeños cuadrantes y dos mesas de luces laterales dieron tanto juego. Ah, y no me sirve aquello de ¿y si quitamos todas las imágenes en que se queda? que sería tan absurdo como apagar todas las luces de la feria u olvidarnos de la importancia del espectáculo dentro del Rock.
Guille Milkyway es un genio. Si ha pretendido regalarnos el concierto al que siempre le hubiera gustado asistir como espectador lo ha conseguido y, curiosamente, coincide con el mío. Sinceramente, no entiendo a qué están esperando los programadores de nuestros festivales para no incluir a La casa Azul en todos sus carteles hasta quemarle, como a los Chemical.
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