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04/04/2012

Haberlos Haylos [es]: Artículo y crónica concierto Barcelona 31-03-2012



Tras las puertas de La Casa Azul

 

Guille Milkyway, por mucho a quien le pese, es uno de los mejores músicos del país.
Capaz de desenvolverse en cualquier estilo pero más afín al pop acelerado y a los recursos de la música disco, escondido tras las puertas de La Casa Azul, el catalán demuestra una absoluta maduración con
La Polinesia Meridional realizando seguramente su disco más homogéneo y redondo de su carrera.

Dar la cara no debe ser fácil. Más si uno realiza música tan poco aceptada en el país, ninguneada por unos cuantos, tachada injustamente de infantiloide, tantas veces poco valorada.
Hay que adjudicarle el mérito de situarse tras un grupo lleno de clichés e inocencia llamado llamado La Casa Azul (nombre extraído de una canción de Parade, alter ego de Antonio Galvañ, otro músico incombustible).

 

 

El

 

Sonido Efervescente de La Casa Azuldescubrió una música refrescante, pegajosa como un chicle en la suela de una zapatilla, con el que ya se adivinan buenas maneras e intenciones que prometían un futuro extraordinario.
Tan Simple Como el Amor es en realidad un disco muy doloroso, letras que gritaban ser expulsadas a través de unas canciones más explosivas, con mejores ideas en las composiciones, algunos temas a la altura de la eternidad, virtud sólo reservada a las más grandes: aquellas que consiguen hacerte sonreír con una lágrima en la mejilla.

 



Se adivinan muchos esfuerzos tras los discos de La Casa Azul, esbozos en la basura y cambios hasta llegar a un resultado final sólo conseguido con el sudor y el empeño de un perfeccionista que ama la música.

 




 

 

 

Cuatro largos años pasaron hasta llegar a La Revolución Sexual, disco que supone un punto y aparte en su carrera.
Se deshace de los (falsos) miembros de La Casa Azul, aunque fuera ya un secreto a voces, en un genial movimiento que lo convirtió en la mano que movía a los intérpretes, ahora androides.



Más liberado se encuentra aquí Guille Milkyway demostrando una gran mejora en la interpretación.
La posibilidad de representar España en Eurovisión fue un arma de doble filo que lo situó injustamente como un bicho raro entre toda la fauna que al final encabezó Chiquiliquatre.
Una espina que se sacó años más tarde al conseguir el Goya a la mejor canción con Yo también,
brillante y sorprendente tema, una demostración más de su buen hacer.

 





La Polinesia Meridional es la versión mejorada y madura de una concepto ahora más compacto,  con un potente sonido lleno de matices y capas, de sorpresas contínuas y homenajes constantes. Es evidente su evolución melódica con más matices más trabajados

La evolución narrativa resulta más que evidente, cuando antes las construcciones eran más sencillas ahora son la voz de un hombre que sabe qué palabras usar para insultar sin dejar de ser elegante, confesar amor eterno sin ser empalagoso y explicar, una vez más, unos sentimientos complejos con palabras sencillas.

 



El Sábado en la Sala Apolo de Barcelona ofreció un directo espléndido, acompañado a las mil maravillas con los vídeos que ilustraban los temas, en los que hubo espacio para recordar aquella parte infantil pero necesaria con el medley Galletas/C'est Fini/Hoy Me Has dicho Hola por Primera Vez, posible señal de alejarse cada vez más para mostrar un Guille Milkyway más cómodo que su última visita en el mismo escenario.
Existía cierta curiosidad por la lectura que los antiguos temas, los de la Polinesia sonaron todas gigantescas con las pequeñas introducciones que hacían temblar ya los vieja estructura de la sala.
Divertida versión de Take On Me de A-ha, emocionante el cara a cara conLa Vida Tranquila, piel de gallina en los temas a solas con el piano.
Tras el espectáculo se antojan pocos los discos de La Casa Azul, escasas las canciones que inyectan tal emoción, tristeza y felicidad, en las que te acribillan tantos sentimientos, un huracán difícil de contener en el corazón, que te obliga a liberarte, sea para bien o 
para mal.

PD: Dedicar estas palabras a quién me descubrió la banda, un sinfín de sentimientos encerrado. A ti, la niña más hermosa con la que sería imposible no escaparse más allá del mar. 


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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