La Casa Azul

La Casa Azul construye su propio 'muro de sonido' en 'La Polinesia Meridional'

El grupo catalán ha editado recientemente 'La Polinesia Meridional', un álbum con el que ha conseguido el primer puesto en la lista española de iTunes. Su líder, Guille Milkyway, desarrolla en este nuevo trabajo su particular concepción del muro de sonido.

La Casa Azul abandona los androides que poblaron las presentaciones en directo y la estética de La revolución sexual, su anterior álbum, para mostrarnos una imagen más cósmica en La Polinesia Meridional, su último trabajo. Sin embargo, las melodías pop y los estribillos pegadizos, dos de los ingredientes fundamentales del proyecto que lidera Guille Milkyway, siguen inalterables.  

“No tengo la percepción personal de haber cambiado en este disco respecto del anterior. Creo que los pilares del grupo están identificados desde hace mucho”, explica el compositor de Yo también.  

“La Casa Azul sigue teniendo una ambivalencia entre lo pretendidamente artificioso en la producción y en la edición, y el lado más orgánico de las melodías clásicas”, añade.  

El muro de sonido 
Muchos han querido ver en el nuevo trabajo del artista catalán un paso hacia una supuesta madurez, donde cortes tan lúdicos como Los chicos hoy saltarán a la pista conviven con otros más melancólicos como ¿Qué se siente al ser tan joven? No obstante, Milkyway no tiene esa percepción.  

“Hay un elemento cultural extraño que hace pensar que hablar de amor y desamor es algo juvenil; y, en cambio, hacerlo de la ansiedad y el sistema es más maduro. Yo sitúo al mismo nivel hablar de amor y desamor que hacerlo de las penurias del sistema”, dice. 

Sin embargo, Milkyway reconoce un aspecto donde sí se ha producido un paso adelante respecto a sus anteriores álbumes.  

“El elemento diferencial con otros trabajos ha sido que he intentado llevar al límite mi concepción del muro de sonido, aunque he hecho un esfuerzo por no caer en el barroquismo”, admite el autor de Cerca de Shibuya.  

Desde un principio, continúa el artista, quiso tener claro cómo quería que sonara lo que denomina “esa tromba sonora para que no fuera aleatoria”. 

Amo a Laura  
Adorado por un considerable grupo de aficionados al indie pop nacional, el líder de La Casa Azul ha triunfado también en ámbitos como la publicidad o el cine, donde consiguió el Goya a la mejor canción por el tema principal de Yo también.  

El artista reconoce que intenta que esta “música por encargo” sea “algo más que un trabajo por dinero”, aunque no siempre le hacen sentir “superbién”. Resulta especialmente curiosa la escasa importancia que le da a la composición Amo a Laura, que realizó para una campaña del canal musical MTV en Internet y acabó convirtiéndose en uno de los temas del verano de 2006.  

“No me siento especialmente responsable del éxito. Cualquier canción hubiera funcionado. Las personas que llevaron la campaña viral lo hicieron muy bien”, admite el compositor con modestia.  

Los artistas e Internet 
Otro ámbito donde La Casa Azul se mueve como pez en el agua es el de las descargas musicales de carácter legal. La Polinesia Meridional llegó al número uno de iTunesEspaña la semana de su publicación y consiguió el puesto 19 de la famosa web durante su lanzamiento en México.  

Pese a su éxito en el ciberespacio, el autor de La revolución sexual reconoce que para él es muy difícil expresar su posición sobre los conflictos que existen entre los artistas y la red de redes. 

Milkyway piensa que Internet aporta “más cosas buenas que malas”, porque permite “el acceso a cualquier tipo de evento cultural”.  

No obstante, el músico distingue entre la labor de muchos blogs, que están realizando “un trabajo superbueno” de manera desinteresada, y el comportamiento “ilícito” de “una persona se ha hecho multimillonaria con la publicidad de los grandes fabricantes”, en referencia a casos como el de Megaupload.