La Casa Azul

La revolución de La Polinesia Meridional

La Casa Azul presenta su nuevo álbum siguiendo su línea de frescura electrónica y ritmos melódicos.

Muchas veces se critica (o criticamos) la continuidad del mismo sonido en los discos de un grupo. Se reprocha que, después de sacar un álbum con éxito, la banda publique otro disco con el mismo sonido. Sin embargo, no siempre esto ocurre y La Casa Azul marca la excepción. A pesar de que el grupo catalán vuelve con un disco similar a La Revolución Sexual es cierto que su música sigue mostrando frescura y alegría bailable en todas sus canciones.    

La Polinesia Meridional rezuma un electropop muy singular que hace desplazar suavemente los labios hacia las orejas con un resultado final de alegría y buenrollismo. El uso de temas como el miedo o el sufrimientos en sus letras no hace que se convierta en un álbum triste y monótono. Y es que la melodía se muestra claramente en algunas canciones como en Sálvese Quién Pueda a pesar de su letra decadente. Esa mezcla entre el sufrimiento y la melodía queda reflejada en otras canciones como Sucumbir, una de las más potentes y mi favorita. Continuando con la relación entre las letras y la musicalidad, escuchamos ¿Qué Se Siente Al Ser Tan Joven?, un reflejo de la fugacidad del tiempo y del tópico Carpe Diem, ante una vida que no se detiene por mucho que queramos.  

Pero no todas las letras están compuestas de pesimismo y declive, o al menos eso demuestra otros éxitos como La Fiesta Universal, Una Mañana o La Niña Más Hermosa, donde esa pizca de optimismo mezclado con las movidas notas musicales recrea una pista de baile dentro de tu propio cerebro; similar a La Revolución Sexual.  

Tendremos que esperar hasta marzo del año que viene para poder disfrutar de sus nuevas canciones en directo, que es cuando empieza la gira. Hasta entonces, nos conformamos con un adorable conjunto de pequeñas islas musicales.