La Casa Azul
Recomendaciones Navideñas "La Polinesia Meridional"
- Recomendaciones navideñas: 'El paraíso meridional', de La Casa Azul
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El propio Guille habla de un disco de escapismo, pero parece que trata más sobre la nostalgia del pasado, de la juventud perdida, del adiós a los besos en los portales, de la angustia que producen los recuerdos, del paso del tiempo...
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LA CASA AZUL – LA POLINESIA MERIDONAL
Que Guille Milkyway es una biblioteca andante sobre música lo sabemos todos los que llevamos siguiéndole desde hace años, pero pocas veces ha quedado reflejado su amor por todos tipo de estilos que en su fantástico nuevo trabajo, el imprescindible 'La Polinesia Meridional".
En él mezcla sin ningún tipo de reparo trazos de soul con Barry White, a Stevie Wonder con la banda sonora de 'Vacaciones en el mar', saca a relucir pianos setenteros, ritmos funkorros o bailongos, sintetizadores en plan la E.L.O, pianos tipo Style Council, ecos de easy listening, trompetas, producciones a lo Phil Spector, homenajes al gran Terry Melcher..., y todo con un objetivo claro: crear melodías sencillas pero perfectas, hacer POP con mayúsculas, sin fisuras, canciones redondas de principio a fin.
Y lo curioso es que lo consigue partiendo de un prisma de melancolía y tristeza que envuelve todo el trabajo. El propio Guille habla de un disco de escapismo, pero parece que trata más sobre la nostalgia del pasado, de la juventud perdida, del adiós a los besos en los portales, de la angustia que producen los recuerdos, del paso del tiempo, de los amores que se fueron, de los recuerdos que pasan definitivamente al terreno del olvido. El miedo, en suma, a cumplir años, a envejecer, a darse cuenta de que hay cosas que ya no se repetirán nunca más.
El arranque del disco, con 'Los chicos hoy saltarán a la pista' y 'Qué se siente al ser tan joven' es frenético, apasionado y arrebatador, sin conceder un respiro. Cuando habla "qué se siente al ser eterno, que se siente cuando el tiempo está de más" nos habla de su añoranza de los tiempos pasados y nos viene a confesar que, por muy bien que le vaya la vida, eso (la adolescencia, la locura de hacer locuras sin pensar en el futuro) ya pasó y no volverá. Pero a pesar de esa nostalgia, se nota que en el fondo hay optimismo, ganas de vivir y de hacer cosas, aunque lo bueno ya quede atrás.
Posiblemente 'El Paraíso Meridional" sea la mejor canción que haya compuesto hasta el momento. Se queda, te atrapa y no te deja, permanece después de la primera escucha y se repite en la cabeza una y otra vez, como si de una maravillosa pesadilla se tratara. Sencilla, pegadiza, relajada, con un toque on un toque easy-lounge que envuelve.
Fantásticas también 'Terry, Peter y yo', su emotivo homenaje a Terry Melcher, el gran productor norteamericano de la costa oeste (The Byrds, Beach Boys...) y 'La vida tranquila', muy biográfica con un toque muy Facto Delafe y la Flores Azules y con un precioso coro por parte de Silvia, la cantante de Niza.
El tono negativo y de resignación ante la época que nos ha tocado vivir queda perfectamente reflejado en canciones como 'Sálvese quien pueda', y 'Europa Superstar', donde se habla de la decadencia de un mundo que se va paulatinamente a pique.
Y el cierre del disco, con la preciosa 'La niña más hermosa', sirve de broche de oro para uno de los mejores discos españoles de lo que va de año. Un disco mágico.
Guillermo Moreno
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