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30/11/2011

Hipersónica [sp]: Reseña "La Polinesia Meridional"



La Casa Azul - La Polinesia Meridional: vamos allá

 

Tienes absolutamente todo lo que (según los manuales) se necesita para ser feliz y, sin embargo, hay un montón de pequeños detalles que te deprimen, te amargan la existencia y te hacen muy difícil tirar para adelante cada día, lo cual no hace más que incrementar tu cabreo y ese dolor de cabeza que ya parece un rasgo más de tu personalidad.

 

El nuevo disco de la Casa Azul es todo un vademécum en el que podemos encontrar alivio a cada una de esas preocupaciones que vamos adquiriendo con la edad. Y aquí nadie es viejo, solo que llega un momento que nos damos cuenta que estamos rodeados de gente mucho más joven y que cada vez nos queda menos tiempo para dejarlo todo y que el que quiera que nos vaya a buscar a La Polinesia Meridional.

 

Evasión en la disco, más cerca que Shibuya

 

Con La Revolución Sexual hace ya 4 años, y parece que fue ayer, (ves, estas expresiones no se utilizan cuando tienes veinte) Guille Milkyway consiguió contagiar a un público más mayoritario con su particular universo sonoro que hasta aquel momento era seguido en exclusiva por un público minoritario y totalmente fiel.

 

Dio en el centro de la diana en esa búsqueda del hitazo rompepistas totalmente irresistible con ‘La Revolución Sexual‘ y esta vez lo vuelve a conseguir con varias válvulas de escape al día a día como son ‘Terry, Peter y yo‘, ‘Europa Susperstar‘ ( y superamoniana “rock n’ roll radio”) y su nuevo gran himno que es desde ya ‘Los Chicos Hoy Saltarán a la Pista‘ ¿Conoces algún otro lugar tan cercano y sencillo para tu propia evasión?.

 

 

La Casa Azul – ‘Los Chicos Hoy Saltarán a la Pista’ (Youtube)

 

La Polinesia Meridional funciona perfectamente en sus diferentes lecturas. Los que únicamente se fijen en su producción excesiva, saturada de campanas y sonidos onomatopéyicos que parecen sacados de una serie de dibujos animados, se encontrarán con un disco superbailable que puede ser considerado como un homenaje a la música disco de todos los tiempos, con especial atención a los años setenta. Se agradece que alguien siga siendo capaz de lanzar discos divertidos, de esos que son capaces de animarte el día y de repente verlo todo de otro color.

 

 

La Casa Azul – ‘¿Qué se siente al ser tan joven?’ (Youtube)

 

Encontrar a alguien que le preocupa lo mismo que a ti es el mejor fármaco

 

Pero el que preste más atención a las letras, que parecen escondidas en un segundo plano, se va a encontrar a un Guille que se desnuda completamente en canciones como ‘La Vida Tranquila‘ en la que mientras desayuna en el bar nos cuenta todo lo que se le puede pasar a uno por la cabeza cuando después de pegarse el madrugón padre se pone a pensar en su futuro. Afortunadamente en ese momento siempre aparece nuestra Silvia de Niza para darnos en empujón que necesitamos para arrancar.

 

 

La Casa Azul – ‘La Vida Tranquila’ (Youtube)


Y es precisamente en esas letras, aparentemente tan sencillas pero tan directas y sinceras, donde encuentro el mayor acierto de este disco que sin duda ya está entre mis favoritos de este 2011. Hay que tener mucho valor para dar rienda suelta a todos tus sentimientos de forma tan exhibicionista sin caer en el odioso buenrollismo o intentar dar pena criticando a los demás sin mirarte el ombligo, como hacen otras muchas bandas.

 

 

La Casa Azul – ‘Europa Super Star’ (Youtube)


Sinceramente creo que la Revolución Sexual es su disco más disfrutable musicalmente y que la Polinesia Meridional es necesario escucharlo una y otra vez prestando mucha atención a lo que Guille nos canta, parándose a pensar y dejándose evadir por nuestros propios sentimientos.

 

 

La Casa Azul – ‘La Polinesia Meridional’ (Youtube)


No te extrañe si de repente te das cuenta que te has perdido en mitad de la canción y ya no sabes por donde vas. A mi me ha pasado en cada escucha y me encanta porque eso significa que la canción me ha marcado de alguna manera y no me ha dejado indiferente.

 

Pero sobre todo me alegra comprobar que el disco funciona como una maniobra de escapismo, ya que creo que es esa precisamente su finalidad. ¿Acaso no se paraliza el mundo cuando te pones a hablar con ese amigo con el que tienes tanto en común? Gracias Guille, mientras sigas sacando discos así, eso que nos ahorramos en fármacos. Ya no sé si a Shibuya, a la Polinesia o a la disco, pero “vamos allá“.


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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