¡Por fin, LA CASA AZUL tienen listo su nuevo elepé! Se llama "La revolución sexual", y contiene trece canciones en las que Guille Milkyway da un paso adelante en la evolución del sonido y el concepto de uno de los grupos más exitosos que hemos editado en toda la historia del sello. Este disco es esperadísimo no sólo en España, sino también en países donde LA …
Edición especial limitada a 5.000 unidades
¡Por fin, LA CASA AZUL tienen listo su nuevo elepé! Se llama "La revolución sexual", y contiene trece canciones en las que Guille Milkyway da un paso adelante en la evolución del sonido y el concepto de uno de los grupos más exitosos que hemos editado en toda la historia del sello. Este disco es esperadísimo no sólo en España, sino también en países donde LA CASA AZUL es un nombre muy potente y querido, como Japón, México, Corea, Singapur y muchos otros.
Con este nuevo disco se desvela uno de los secretos mejor guardados de los últimos tiempos. Agárrate: los chicos del grupo ¡no son humanos! Son humanoides programados por Guille Milkyway para la interpretación de sus composiciones de pop tecnológico, híper vitaminado y de reminiscencias niponas de última generación. Algunos ya sospechaban algo así, pero la mayoría de nosotros no podíamos imaginar que los adorables Clara, Sergio, Virginia, David y Óscar fueran en realidad androides programados por el cerebro privilegiado de su productor.
Eso sí, ellos siguen tocando, bailando y cantando igual de bien que siempre. Sólo que ya no ocultan que van conectados por detrás – en la espalda, un poco por encima de la última vértebra. La conexión les alimenta de energía – esa energía desbordante y aparentemente inagotable que reparten por todo el mundo (¡ahora ya sabemos de dónde la sacan!) y les ofrece la capacidad de ensamblarse para crear armonías de absoluta perfección, inauditas para el oído humano.
En este nuevo tono marcadamente tecnológico, sintético y con aires futuristas, las canciones de "La revolución sexual"abandonan la temática del amor/desamor como eje único y central para adentrarse en los desengaños, miedos y frustraciones individuales. Sigue existiendo el carácter vengativo hacia la tristeza y desesperación que caracteriza muchas de las letras de LA CASA AZUL, pero el origen ya no es el desamor sino la ansiedad, la inseguridad, la hipocondría y la búsqueda insaciable del equilibrio fundamental.
Musicalmente, las canciones del nuevo disco de LA CASA AZUL están basadas en las mismas coordenadas que han hecho de ellos un grupo de culto a nivel mundial: canciones pop melódicas, con estribillos pegadizos y fácilmente tarareables. Música pop con mayúsculas. Aquí son quizá algo más complejas en cuanto a la composición, pero manteniendo ese aspecto de pop clásico y atemporal que, junto a inacabables golpes de efecto, cambios repentinos y giros sorprendentes, describe el toque mágico e inconfundible en las canciones de LA CASA AZUL.
Sin embargo, en esta ocasión todo tiende a ser intencionadamente más extremo. Más sintético, más tecnológico, más artificial, más made in Shibuya. Voces tratadas, mucha edición, sonidos de aquí y de allí, detalles sin fin que hacen que cada escucha resulte entretenida y mágica. Un cuidado equilibrio entre la más pura tecnología del siglo XXI y los sonidos más clásicos de la historia del pop (que la erudición de Guille Milkyway conoce al dedillo), que tratado con una producción atrevida y extrema perfila mejor que nunca la personalidad del sonido único del grupo: como si metiéramos toda la historia del pop en una batidora sin prejuicio alguno, al estilo japonés. En la música de LA CASA AZUL cohabitan sin problemas el doo wop de los 50 con el easy listening y el bubblegum de los 60 con el technopop de los 80, el disco de los 70 con el shibuya-key y el europop de los 90, referencias a grupos y artistas tan dispares, pero al mismo tiempo tan cercanos como la ELO, PILOT, Hugo Montenegro, PIZZICATO FIVE, Jean-Jacques Perrey, DENIM, Jacno, Enoch Light, Lio, Silvetti, The Jetset,Scoobydoo... O por mencionar nombres más actuales: APRILS, YMCK, PLUS TECH SQUEEZE BOX, CAPSULE, Andreas Dorau, STEREOTOTAL, HELEN LOVE, THE GO! TEAM, THE BRAN FLAKES, SCISSOR SISTERS, OPTIGANALLY YOURS...
Paradójicamente, y como no podía ser menos con una música tan vitalista y llena de energía, cuando acaba el disco, y a pesar de haber escuchado cantos de desesperación, gritos de frustración, cantos a la rebelión, y cierta asunción de la propia derrota a lo largo de todo el disco, la sensación que le queda a uno después de escucharlo entero vuelve a ser de excitación, alegría y cierta felicidad fugaz. Esto sigue siendo debido en parte al tono exultante de las composiciones, pero sobretodo a esa forma tan sui generis de contar las cosas que caracteriza las letras de Guille Milkyway. Una realidad distorsionada pero básicamente costumbrista y cercana, historias con las que casi todo el mundo se siente identificado porque hablan de los sentimientos más básicos y esenciales del ser humano. Ese contrapunto constante entre desesperación absoluta y felicidad total, tan desconcertante en ocasiones, pero que acaba resultando tan reconfortante para el oyente, es como esa sensación que uno tiene cuando va a ver una película tristísima pero que en cierta medida le reconforta, sea porque termina bien, sea porque está contada de una forma esencialmente bella y sincera, casi inocente.
¿Y cómo es el nuevo disco de LA CASA AZUL, canción a canción?
Pues "La Nueva Yma Sumac"es tan excesiva como la musa del mambo delirante a la que dedica su título, una canción llena de efectos, sonidos 8bit y miles de detalles, con voces filtradas, un estribillo desgarrado y una historia optimista y desesperada a partes iguales.
"La Revolución Sexual" da título al disco con un guiño a Wilhelm Reich, metiéndonos de lleno en el año 78, con ecos de John Paul Young y Silvetti, vientos y flautas funk, cuerdas disco, scratches europop e incluso un puente con aires a PIZZICATO FIVE.
"Prefiero No" es punk, bubblegum y 8bit a partes iguales, como una definición perfecta de LA CASA AZUL. Estribillo irresistible, guitarras punzantes, golpes de efecto y una apoteosis final que confirman un himno bubblegum punk contra la pose crítica vacía de algunos medios.
"El Momento Más Feliz" es un medio tiempo con parada incluida al más puro estilo italiano de mediados de los 70 y palmas que parecen de un disco de Roger Nichols o de Chris Montez. Una canción triste que habla de la felicidad (y de Brian Wilson, y del Barça).
"Mis Nostálgicas Manías" es un increíble y eufórico cóctel al estilo nipón de miles de sonidos que remiten a Hannah Barbera, a los CHI-LITES y a Hugo Montenegro, y "No Más Myolastan" es un grito a la rebelión optimista en clave de europop sin complejos, una canción protesta en glorioso tecnicolor.
"Chicos Malos"es europop disco acelerado y apoteósico, un clásico del grupo de hace años que por fin está disponible en disco. Un canto a la sublevación de los nerds contra los chicos malos sostenido por violines, palmas disco y golpes de piano a lo Jeff Lynne y ABBA.
"Mucho Más De Lo Normal" suena a LA CASA AZUL que todos conocemos y amamos por los cuatro costados: es una canción optimista, un canto al amor sin apelativos con coros contagiosos, flauta y guitarras pluscuamperfectas.
"La Gran Mentira"es un divertimento en clave de doo wop, breve pero contundente en su denuncia de la hipocresía circundante, y "Una Cosa O Dos" es easy listening del siglo XXI, ritmos acelerados, voces sintéticas, 8bit y un puente ultra melódico que canta al orgullo de las propias debilidades.
"Esta Noche Sólo Cantan Para Mí" es una de esas canciones tributo de alto voltaje emocional, que en clave disco a lo ABBA o Tina Charles, y con un estribillo demoledor, habla del refugio que suponen a menudo tus discos favoritos: Blossom Dearie, Nina Simone, Kirsty McColl, Dusty Springfield, KarenCarpenter, AstrudGilberto.
"Triple Salto Mortal" es otro collage imposible al estilo japonés, con estribillo ultra vitaminado y acelerado y reminiscencias a la bossa y a Brasil 66, y "Un Mundo Mejor", por último, es un escapista instrumental, medio funk-medio easy listening, que ofrece el cierre perfecto a un disco maravilloso, lleno de sorpresas y novedades, que nos devuelve a uno de nuestros grupos más adorados en perfecta forma, radicalmente reinventados, pero tan excitantes y fascinantes como siempre. Qué bien que hayan vuelto.