Crazyminds [Es]: "Tralará" [Review]
Desde Crazyminds despedimos el 2017 incluyendo a Tronco y su “Abducida por formar una pareja” entre los indispensables del momento. Un año después, el dúo del Prat se confirma en la escena poppy española con su segundo trabajo Tralará, un disco que necesariamente tenemos que calificar de bonito por muy extraño que pueda sonar y en el sentido estricto de la palabra.
A ello contribuyen no sólo el tono jovial de su vocalista Conxita Herrero, los ritmos animados de su hermano Fermí o el tono irónico y festivo de sus letras –que también-, sino el propio disco como objeto. Digo esto porque Conxita, lejos de olvidarse de su faceta de creadora de cómics y fanzines, se ha lanzado a juntar todas sus vertientes artísticas y ha llenado de luz y de color la edición de las primeras 500 copias de su LP, de la mano de Elefant Records. De esta forma, Tralará -que así se titula el trabajo- se presenta con sus integrantes subidos a lomos de una guitarra en un viaje interestelar, para llevarnos al interior del más vibrante color naranja de su vinilo y con una historia en tiras ilustradas. Pura fantasía.
No obstante, a la hora de ubicar al dúo catalán surgido de la convocatoria Autoplacer del 2016, hay algo perturbador en un sentido existencialista. Me refiero a la profundidad con que sus letras me llevan a identificarme con su autora (como a más de uno y de una le ocurrirá) y por las que, una vez más, busqué Millennial en la Wikipedia al observar cierto sentimiento de pertenencia a un colectivo.
A saber, generación de personas que pasaron de usar el vídeo Betamax, al VHS, al DVD, al Blu-Ray (…) pasaron de usar disquetes para almacenar su información, a quemar CD, usar USB y hasta el almacenamiento en la nube, etc., etc., etc.
Pero no dice nada de la desubicación de nuestros amigos alrededor de la esfera terrestre; tampoco recoge las rupturas aderezadas de sueños truncados por casarse y tener hijos, tal y como vienen al rozar la treintena…o las historias de amor escritas a parones y sobresaltos constantes, sin que ya ni la familia se las crea; y el drama de comparar nuestra vida con la de nuestras madres y abuelas, que nos recuerdan que ya llegamos tarde a nuestro primer parto e hipoteca.
Es decir, aquello que no dice Wikipedia, Tronco nos lo canta en La gran barrera de coral, La la land, En qué momento o Fiesta y lo hace con tal facilidad y belleza que a cualquiera le llevaría a pensar que Conxita baja a comprar el pan cantando.
En definitiva, temáticas que me hacen creer que, si no me he desdoblado en un viaje astral para componer este disco, Tronco ha venido al mundo para ejercer de cronista abanderado de mi generación.
Y no solo esto. Este sentimiento se extiende también al comprobar la disonancia entre su sonido y sus referentes musicales cuando se les pregunta, sin que ello suponga una incompatibilidad. Bastan unos segundos y, aquellos que somos muy fans de Fresones Rebeldes desde tiempo atrás, situamos a Tronco en nuestra sección de pop alegre, suave y maravilloso junto a Niza, Meteosat, Cola Jet Set y un sinfín de grupos que van desde los noventa hasta hoy.
Sin embargo, los artífices de Tralará y Abducida por Formar una Pareja prefieren citar en el ámbito nacional a Wanda y la mujer pantera, Lorena Álvarez y su banda municipal, Vainica Doble o el Dúo Dinámico.
Reseñas que me hacen dilucidar que somos muchos los que renegamos en la adolescencia de los hits yeyés de nuestros padres, para luego tirarnos el rollo; que los veranos en el pueblo son patrimonio inmaterial en la vida millenial, que vimos las películas de Marisol y Botón de Ancla y, peor aún, nos aprendimos las canciones; que las orquestas de verano nos hacían tilín y que más de una (por mucho vestido de cuellitos que se ponga y mucha gafa pasta que gaste) fue a bailes regionales también.
En resumen, una propuesta divertida e irónicamente edulcorada para hacer más fácil el trago de hacerse mayor y enriquecer visualmente nuestra colección de vinilos ahora que se acercan las Navidades.
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