Zona Musical [Es]: "Dreamboats & Lemonade" [Review]
The Yearning
Publicado el 1 julio, 2014 por Juan Rebenaque
Ya está a la venta su primer álbum, Dreamboats & Lemonade.
ARTISTA: The Yearning
TÍTULO: Dreamboats & Lemonade
DISCOGRÁFICA: Elefant Records
Cómo ocurrió con sus anteriores singles y minielepés, en este primer álbum The Yearning vuelve a jugar con las dos caras del amor, la más dulce y la más amarga. Dreamboats & Lemonade se mueve entre el muro de Phil Spector y la elegancia de Burt Bacharach, con melodías dulces, arreglos ensoñadores y su pasión por los sonidos de los años cincuenta.
Acompañado de numerosos colaboradores, que conforman su The Yearning Orchestra, en la que hay espacio para vientos, cuerdas y guitarras eléctricas, y con las voces ya habituales de Maddie Dobie (principal) y Alicia Rendle-Woodhouse (coros), el disco es otro viaje emocional que realiza curiosos y atractivos altos, como ese divertido desmelene que es Dance With Me, el homenaje al spaguetti-western de Morricone en la impactante Marry Me In The Morning (no faltan ni el sonido de caballos cabalgando) o esa deliciosa versión de Françoise Hardy que es Never Learn To Cry.
Dreamboats & Lemonade se abre con un tema doo-wop titulado Dreamboat (palabra utilizada en America en los años 50 para definir a los chicos guapos). Las girl-group aparecen por todos lados y en If I Can’t Have You lo hacen The Ronettes. Chasing Shadows despide ese aroma a chansoninconfundible, a pop mediterráneo cultivado en tonos sepia. It’s You That I Want tiene el toque dequalité de Henry Mancini y Burt Bacharach pensando en Lesley Gore o Dusty Springfield. Lemonadedisfruta de una inmediatez pizpireta entre los Beach Boys más navideños y The Shirelles. How Will I Know? nos devuelve al doo-wop pero inserta una vez más esos arreglos entre Bacharach y Brian Wilson. Every Time I Fall In Love hace una particular mezcla entre swing, country y folk, con ecos de los principios del rock’n’roll, mientras que Tomorrow Night vuelve a mostrarnos un tratado del mejor sonido de los 50, en el que resulta fácil imaginarse esa fiesta de graduación en un gimnasio escolar decorado con tonos pastel. Para terminar, When I Was Your Baby deja el sabor más amargo y triste.
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