20 Minutos [Es]: "El amor es la emoción más poética y vital que se conoce" Fuego
La Bien Querida: "El amor es la emoción más poética y vital que se conoce"
Confiesa La Bien Querida que su quinto y último disco iba a llamarse inicialmente de otro modo y que, obligada a buscarle una alternativa, lo rebautizó Fuego al comprobar que en estas letras había "muchos incendios" y mucho amor. "El amor es la emoción más poética y vital que se conoce", declara Ana Fernández-Villaverde (Bilbao, 1974), la mujer detrás de esa marca artística que se ha convertido en una de las más singulares y distintivas del indie patrio tras llevar la tradición musical española a la modernidad. En este Fuego (Elefant Records) está toda su paleta estilística el punto castizo de Romancero (2009), la fusión latina y tropical de Fiesta (2011), la contundencia electrónica de Ceremonia (2013) y la oscuridad del previo Premeditación, nocturnidad y alevosía (2015), ambicioso proyecto en tres actos. Así parece anticiparlo también la portada de Pablo Zamora, bajo dirección artística de Pepe Leal, un "bodegón" que es un compendio de la doble faceta musical y pictórica de La Bien Querida y que está basado en el movimiento Things Organized Neatly (organización de objetos vinculados entre sí mediante líneas paralelas y ángulos precisos de 90 grados). La imagen, predominantemente azul, ya estaba lista cuando se dio cuenta de que otro grupo había publicado un disco con el mismo título que había barajado para su álbum (no revela cuál). "No será por la cantidad de palabras que hay", se dijo, y comenzó a repasar las letras hasta llegar a Fuego. Inspirado en el amor "Voy a tomar el camino equivocado / voy a salirme de la trayectoria / voy a meterme en líos / jugar con fuego, incumplir las normas", previene con ciertas resonancias mozárabes y violines desde Dinamita, el primero de once cortes dedicados al amor. Como viene siendo habitual, ella se encarga de las letras y la idea melódica y confiere a su inseparable David Rodríguez la misión de vestirlas, unas veces con pop electrónico, otras como rumba, a veces incluso cerca de Depeche Mode. En 7 días juntos, por ejemplo, a ritmo de cumbia y dub canta al juego inicial del flirteo y la tensión entre dos desconocidos, desde que todo es promesa hasta la constatación de que sus caminos no discurrirán en paralelo: "Tú querías divertirte y yo quería quererte". Colaboraciones Cabe preguntarse tras su escucha qué podría surgir de una posible colaboración entre La Bien Querida y El Guincho. "Seguro que sería guay", pronostica Fernández-Villaverde, complacida con la propuesta. Al final de 7 días juntos participa Joan Miquel Oliver, "Joanmi" dice ella, amigo desde los tiempos en que La Bien Querida versionó a la exbanda del mallorquín, Antonio Font, y Fernández-Villaverde terminó apareciendo posteriormente en un videoclip del grupo balear. No es el único invitado. Ahí están también el conjunto de David Rodríguez, La Estrella de David (La pieza que me falta), o su "vecino" Muchachito "jaleando" en Recompensarte, fresco y divertido cruce de reproches amorosos con J de Los Planetas een uno de los temas con más personalidad del álbum.
De hecho, Fuego es en general un disco optimista. "Siempre hay un hilo conductor de melancolía del que no me puedo desprender", concede La Bien Querida, quien no obstante proclama en otro momento del disco que "desde aquí las estrellas se ven más brillantes". Para componer Lo veo posible, el cuarto corte, se ha basado en la relación que mantuvieron el poeta Pedro Salinas y la profesora estadounidense Katherine Whitmore. "Me gusta mucho leer poesía y me atrajo de esa historia que se supo mucho más tarde, cuando todos los críticos pensaban ya que hablaba del amor abstracto y no de un amor real... Y a mí todas las historias de amor me resultan inspiradoras", proclama la autora. Gira a partir de diciembre En breve iniciará la gira de presentación, con un concierto el 15 de diciembre en la sala madrileña OchoyMedio y el día siguiente otro en la sala Apolo de Barcelona. Lo hará intentando templar los nervios, pues reconoce que después de 8 años de andadura aún siente el vértigo del escenario. "Toqué en el Museo del Prado y una vez allí me di cuenta que ni se lo había dicho a mi madre", recuerda divertida.