El Mundo Tendencias [Es]: Premeditación, Nocturnidad y Alevosía [Interview]
Encumbrada por su singular visión de la canción pop acústica, La Bien Querida redobla su apuesta por lo experimental en un nuevo disco: ‘Premeditación, nocturnidad y alevosía’. Hablamos con ella de Battiato, del pop y de su adiós al Baix Llobregat.
Trilogía de romanticismo ‘tecno-pop’
HÉCTOR MARÍN
El contador de la nostalgia empieza a correr. «Está claro que vamos a echar de menos el Baix Llobregat, sobre todo David, a quien le dan un poco de miedo los cambios», explica Ana Fernández-Villaverde (nombre real de La Bien Querida) desde su vivienda, en el centro de Madrid, donde ha vuelto a fijar su residencia tras haber pasado varios años en el extrarradio de Barcelona junto a su socio a jornada completa, el músico y productor David Rodríguez, líder de los legendarios Beef y de La Estrella de David. «No sé cómo le sentará estar a 600 kilómetros de Sant Feliu de Llobregat. Ahora le estoy arreglando la mejor habitación del piso para que se encuentre a gusto con sus instrumentos y aparatos», completa Ana, que ha acordado con David que irán a menudo al Baix Llobregat porque el alemán Frank Rudow, ex Manta Ray y batería de La Bien Querida en los directos, se plantea quedarse en la casa de alquiler en que ellos vivían en Molins de Rei.
La primera maqueta de Ana es de 2007, tres años después de que adquiriese su primera guitarra. A David lo conoció en MySpace. Su primer encuentro en persona fue en 2008. David fue a la madrileña sala Nasti a ver el directo de La Bien Querida. Ella lo reclutó como productor de su primer disco, y el resto ya es historia.
Ana y David le han cogido el gusto a trabajar en la intimidad del hogar. «Desde que eso es así, los discos nos salen más electrónicos y nuestras referencias van más por ahí», explica. Una evolución hacia el tecno-popque, tras Romancero (2009) y Fiesta (2011), exhibieron en Ceremonia(2012) y que ahora, en Premeditación, nocturnidad y alevosía (2015) –suma de una trilogía de EP ilustrados por tres portadas que integran un único cuadro y tres videoclips–, intensifica su apuesta por la canción romántica que se adentra en territorios experimentales. «Creo que es nuestro mejor disco porque nos hemos tenido que esforzar en hacer, como mínimo,tres singles. Y porque en unLP es mucho más fácil que se tecuele paja que en un EP», expresaAna, autora de las ilustraciones ylas letras.
El cuarto asalto de La Bien Querida es un disco misterioso y futurista en el que las canciones sobre historias cercanas se visten con oscuros trajes de pop electrónico. «Quede claro que no queremos que nuestra música sea demasiado rara», dice Ana, en velada alusión a lo «demasiado» que a David le gustan Cluster, Roedelius, Moebius «y cosas así». El de Sant Feliu sigue aportando el ritmo, llevándose a sus dominios las texturas de las diez piezas.
El resultado, no obstante, no apunta tanto al krautrock como a una renovación del afilado juego sonoro del dúo. «A veces, trabajando en casa, buscamos otras músicas que puedan motivarnos. Hemos conocido a Salem, que hacen un pop oscuro con influencias góticas; un sonido que teníamos muy poco oído y que nos ha gustado mucho. Nos inspiran grupos mainstream que nos gustan, como Beyoncé o Lana del Rey. Y ahora nos ha dado por escuchar otra vez a Albert Pla». Afirma Ana que el nuevo álbum es más flexible que el anterior. «En Ceremonia trabajamos para que el sonido fuera más uniforme. El sonido de batería y bajo era el mismo en todas las canciones, algo que no sucede ahora porque el concepto de los tres epés nos obligaba a diferenciar un poco la ambos cortes en el tramo final –el correspondiente al EP Alevosía–, aportan luz al conjunto. «Música Contemporánea es de las pocas canciones del disco que no habla de las relaciones entre dos personas. Es una crítica social al tiempo que una especie de oda a la música y a su poder catártico». Está influenciada por The Cure, uno de los grupos favoritos de Ana junto a New Order y otros representantes de la música siniestra de los ochenta, «pero desde el principio estaba claro que venía de Battiato, y eso es algo que David quiso acentuar con la música». «La manera de trabajar de él es muy caótica: se fuma un porro y se deja llevar. Es todo lo contrario a mí. Al estar todo ahora mucho más en sus manos, puede que se note más su influencia», concede.
A Ana no le preocupa lo que piensen los viejos fans sobre el sonido del grupo. «Creo que lo más importante son las canciones y no quiero poner palos en las ruedas y que haya gente que no las aprecie porque consideren que las hemos vestido de una forma poco convencional», explica. «En ese sentido, somos un poco conservadores pero es que, como oyentes, también apreciamos las canciones directas», abunda. «Nosotros pensamos que lo que hacemos ya es muy comercial. No queremos poner la escucha difícil a nadie, ni buscamos ningún nicho de mercado, sea indie, tecno o folk».
Ni David ni Ana se plantean una vuelta a sonidos más folk, «aunque en esta vida no se puede descartar nada». Para hacerse una idea de hacia dónde va La Bien Querida, su proyecto más inmediato: un remix de Ojalá estuvieras muerto a cargo de Yung Beef y que ahora va a mezclar Steve Lean, ambos de Pxxr Gvng, el grupo favorito del momento de ella. «Me encanta porque suena muy cañera. Es una especie de respuesta a mi canción, que ya era bestia».