La Verdad De Murcia [Es]: «Cualquier amor perdido es una especie de muerte» [Interview]
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El amor delicadamente terrible sobrevuela las canciones de 'Premeditación, nocturnidad y alevosía', el álbum que La Bien Querida presenta esta noche en Microsonidos
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Ese sentimiento llamado amor, expresado de manera violentamente intensa y extrema, ejerce como 'péndulo de Newton' (moriría por ti / ojalá estuvieras muerto) en las canciones de La Bien Querida, el proyecto de Ana Fernández-Villaverde y David Rodríguez mimado por la crítica desde el mismo día de su creación, hace ahora siete años y cuatro elepés. El último de ellos, de reciente publicación, lleva por título 'Premeditación, nocturnidad y alevosía', a su vez los enunciados de los tres EPs que fueron entregando durante el pasado año y que, reunidos, adquieren su verdadero significado. Conceptual, existencial y artístico, esto último redondeado por las portadas -fotos de la propia Ana- y los magníficos vídeos de Juanma Carrillo. Acostumbrados a morir, puestos a volver a hacerlo, mejor que sea por amor. Terrible amor. Ana nos clava sus puñales con delicadeza.
LA BIEN QUERIDA MURCIA Cuándo: Viernes 13, a las 23.00 horas. Dónde: Club 12&Medio (Microsonidos), Murcia. Cuánto: 10 / 12 euros. Abre: Minibar.
-¿Qué tiene el lado oscuro o turbulento de las relaciones que resulta tan seductor artísticamente? -Es raro, pero preferimos las historias de amor infeliz. Paradójicamente, el amor duradero parece aburrido pero es lo que la mayoría de las personas buscamos. El desamor da mucho juego. Cuando has amado locamente luego el desamor también es muy loco y se me ocurren cosas muy chaladas. El amor perdido, recordado y lamentado es el tema principal de la ópera y de la música popular. Oscilamos permanentemente entre la esperanza y la decepción y la decepción aumenta con la esperanza realizada.
-Su propuesta ha evolucionado considerablemente desde sus inicios. Hace tiempo que se volvió más electrónica, pero cada vez es más inquietante y turbadora. ¿Es una evolución más racional que espontánea o inevitable? -Ha sido una evolución racional pero inevitable. Con 'Ceremonia' (2012) abrimos un camino por el cual hemos continuado en este disco, pero arriesgando y experimentando aún más. No concibo el arte sin el riesgo. En la electrónica he encontrado de momento mi sitio.
-¿Tenía claro desde el principio que ofrecería el disco en tres entregas? ¿Por qué? -Sí, fue una de las primeras decisiones que tomamos. Este disco está formado por un montón de ideas que hemos ido encadenando meticulosamente. Una vez decidido el título del álbum, 'Premeditación, nocturnidad y alevosía', y viendo que se podía dividir en tres partes, decidimos qué canciones iban a ir en cada disco. Posteriormente, David se encargó como siempre de los arreglos y se hicieron pensando en que 'Premeditación' sería la presentación, 'Nocturnidad' el nudo y 'Alevosía' el desenlace. Cada maxi debía de tener autonomía propia pero al juntarlos tenían que formar un todo.
-¿El amor y el odio son dos polos complementarios? ¿Se puede amar intensamente sin llegar a sentir el odio? -El odio no viene porque sí, de la nada. Cuando has amado locamente, a veces ese amor se transforma por momentos en eso que llamamos odio. Es la frustración de ese amor. Se puede amar y luego odiar y luego amar otra vez y las dos cosas a la vez. En mis canciones hablo mucho de estos dos sentimientos. Tengo que decir que todas ellas tienen parte de verdad y otra parte de fantasía. Fantasías que son realidades, realidades que son sueños, sueños que son el espejo real del interior del ser humano.
-Oiga, ¿y no se puede negociar con los sentimientos, un poco al menos? Esto de pasar de dar la vida a desear la muerte nos va a acabar por desquiciar. -Mire, es que en la mayoría de mis canciones me pongo en los momentos más bestias y explosivos de la relación. Las relaciones pasan por momentos tranquilos en los que todo está en orden pero esos momentos no me interesan. Escribo sobre los momentos de mucho amor, de mucha rabia, de mucho asco, de muchos celos, de mucha pasión... Al contrario de Edward Hopper, que pintaba escenas en calma porque describían justo el momento de antes o el de después de que pasaran cosas, yo trato de contar esas cosas que pasan cuando no estamos en calma.
-De 'Ceremonia' llegó a decir que había supuesto una liberación. ¿Qué le hace sentir 'Premeditación, nocturnidad y alevosía'? -Me ha costado mucho esfuerzo parir este disco, creo que es muy rico en matices, complejo pero sencillo y emocionante. Mi favorito sin duda. Podré hacer mejores canciones y lo espero, pero no sé si podré hacer un disco mejor que éste.
-Han cuidado mucho todo el asunto del arte, tanto las portadas como los videoclips de Juanma Carrillo. La idea de obra completa, supongo. -El cuadro de las portadas lo hice yo y me pareció interesante la idea de dividirlo en cuatro partes y que al final se descubriera la figura imposible. Quería hacer una especie de obra de arte total que uniera música, pintura y cine y que tuvieran mucha importancia en el conjunto de la obra. A Juanma le hemos dado total libertad a la hora de hacer los vídeos. Cada vídeo tiene autonomía propia pero más adelante saldrán en formato película, porque juntos cuentan una historia. La historia paralela al disco.
-La muerte y también lo sobrenatural son otros elementos muy presentes en sus canciones. ¿Qué le parece tan atractivo de todo esto? -La mitología y la literatura mística religiosa, como la de Santa Teresa, me interesan y me han influido mucho. El infierno y el cielo están dentro de mí. En 'Geometría existencial' digo: «Y escapar de los malos.... pensamientos, en el plano físico y en el plano astral», porque los malos están dentro de mí y los buenos también. Cualquier amor perdido es una especie de muerte.
-Su primer trabajo, 'Romancero', ya fue elegido mejor disco del 2009. ¿Todo esto -empezar tan alto, la expectación que genera cada nueva entrega suya- le añade responsabilidad, presión, reto en positivo? -Sí, eso es, es un reto en positivo. A la primera que quiero sorprender es a mí, que soy muy exigente y necesito motivarme constantemente. Responsabilidad y presión sobre todo conmigo misma, que soy mi mejor amiga y mi peor enemiga.