Giorgio Tuma

Giorgio Tuma
My Vocalese Fun Fair

Imaginad una playa blanca. Imaginad las palmeras altas y delgadas, el olor embriagador de la leche de coco y la placentera sensación de los pies hundiéndose poco a poco en la arena. Imaginad el sabor fresco de un granizado de limón mientras fuera todo el resto se derrite. Imaginad el silencio del mar y las manchas de sal sobre la piel doradita. Ahora abrid los ojos y mirad a vuestro alrededor. ¿Sigue todo así, verdad? Los platos para fregar, la cama deshecha, la bombilla fundida, la última, brillante idea de vuestro jefe, la dichosa crisis, los consejos de los padres y esta lluvia, esta lluvia que moja los cartones por la calle, que altera los olores y los humores y que empapa el alma como si fuera un jersey. Si falta poco para que os echéis a llorar, tranquilos, hay una solución. Se llama My Vocalese Fun Fair y es el último, elegante, cálido y caleidoscópico álbum de Giorgio Tuma.

Canta en inglés acompañado por sus inseparables Os Tumantes (una versión menos exótica del grupo pop-psicodélico brasileño Os Mutantes) y en su proceso creativo no deja prácticamente nada fuera de la "coctelera": los incandescentes ritmos de samba y bossa, el pop anglosajón de toda la vida y un buen puñado de jazz latino. Nada dejaría sospechar que este chico capaz, con poco, de devolvernos la sonrisa, viene del sur más profundo de Italia, allí donde en las canciones “cuore” sigue rimando con “amore”, allí donde se come bien, las playas no tienen nada que envidiar a las de Brasil y siempre parece verano.
Si quisiéramos perder el tiempo y hacerle una gran injusticia a este álbum tan pequeño y tan especial, diríamos que se nota la influencia de artistas como Caetano Veloso o Jobim, de los Beatles más escurridizos y psicodélicos y del más sano lirismo pop. Diríamos que se parece a muchos otros discos (lo cual se podría decir de cualquier otro álbum) quitándole el derecho de parecerse sólo a sí mismo. Pero si quisiéramos hablar y bien, como se merece, de My Vocalese Fun Fair, deberíamos hacer una sola cosa: escucharlo y dejar que estas endorfinas mediterráneas empiecen a circular por nuestras venas.
Porque no pasa todos los días que un álbum tan auténticamente indie no sólo guste a los gourmets de las últimas tendencias musicales, sino que se haga entender y llegue a enamorar también a los que de indie no tienen nada, los que escuchan la radio cuando cocinan y que difícilmente se adentran en las estanterías más escondidas de la Fnac. Si no llega a ser un disco universal, es por pura casualidad.

www.myspace.com/giorgiotuma