"Aeropuerto" article [Analysis of all the songs on the album]
"Aeropuerto" de Cooper, canción a canción
Itxu Díaz
Analizamos las 14 canciones del último disco del grupo, a la venta desde finales del pasado mes de marzo, con los comentarios de Itxu Diaz.
1. Hyde Park. 'Aeropuerto' empieza de la forma más luminosa posible. Hyde Park es una explosión de luz y optimismo, aunque sea a costa de mirar hacia atrás, hacia tiempos más felices. Un single de melodía alegre y despierta, de agradable digestión, que concede también un guiño a la melancolía en el ocaso de su letra: “Hubo una vez en que yo fui feliz / que deprisa se ha pasado mi juventud”.
2. Canción de viernes. Lo más mágico de la evolución de Alex Díez como compositor es la última conquista que ha emprendido desde que está en Cooper: la posibilidad de acercarse con éxito a canciones que nos hablan de tristezas, melancolías y –quizá- fracasos. Que el compositor de la energía y la felicidad que chorreaban buena parte de las canciones de Los Flechazos ha sabido ahora alcanzar con éxito este nuevo terreno se confirma con canciones como Canción de viernes. Una despedida difícil contada con elegancia: “Viernes, viernes / aunque el cielo escupa flores / ya no veo los colores como ayer”.
3. El círculo polar. No es casualidad que este disco se llame 'Aeropuerto'. En este corte, Cooper nos lleva de viaje hasta el círculo polar, a través de una melodía que recuerda mucho a las primeras canciones del grupo en aquel inolvidado 'Fonorama'. Un viaje de ilusiones, musicalmente sutil, y cargado de casi todas las señas de identidad de la música del grupo.
4. El Sur. Un disparo, una descarga de energía de las que tan bien saben afrontar, pero encerrada esta vez en una antológica canción de amor. Es posible que la energía de unas guitarras afiladas marcando una senda como la de El Sur pueden avanzarnos una letra de rabia o desasosiego… pero ahí está la clave de este corte: esta vez toda esa potencia eléctrica está destinada a celebrar un amor, una promesa de amor: “nunca nadie me ha querido como tú”. Siempre escribo que para un compositor es mucha más difícil salir airoso de una canción de amor que de una de desamor. Por eso el mérito de esta canción es doble.
5. Ruido. Supongo que este es el pequeño homenaje de Cooper a los fans de Los Flechazos que, digan lo que digan, seguimos siendo muchos y muy pesados (todos los fans son pesados). No tanto por su música, un estallido de guitarras aceleradas y maravillosas oscilaciones de ritmo que nos hacen caer por la canción a velocidad de vértigo como si lo hiciéramos por el ojo de un huracán. Sino por su letra, plagada de guiños y mensajes a toda la carrera de Álex Díez, desde Los Flechazos hasta ahora. E incluye además un mensaje para los que alguna vez no han comprendido sus razones para hacer lo que le da la gana con su carrera musical, sin olvidar de dónde viene y a dónde va: “Siento orgullo de lo que fui / pero aún más de lo que puedo ser… / no te lo vayas a perder, no te lo vayas a perder”. Que sea por muchos años.
6. En el sofá. Otra canción de amor encerrada esta vez en una atmósfera pop, tranquila, con Álex templando la voz -para no despertarla- como nunca para la ocasión, y con un estribillo musicalmente contundente y pegadizo: “Ella, ella vino y se quedó / haría todo lo que me pidiera/ Ella, ella, ella y luego yo / el hombre más feliz sobre la Tierra”.
7. Lisboa. Es algo así como la concesión experimental del disco. Pero confieso que tal vez requiera algún conocimiento ultrasónico previo -que yo no he adquirido- para admirarla en su esplendor y poder exaltar todas sus bondades.
8. Steph. Llegó encabezando ese sonido más acústico que inauguró Cooper en sus primeros singles y ha terminado por convertirse en una de mis canciones de cabecera del disco. Una letra atípica para una canción tan atípica como efectiva. Una joya del Cooper menos habitual, escondida en la zona tranquila del disco.
9. Mi diario. Vuelve la energía y las guitarras poderosas en una canción que rebosa una dolorosa tensión de principio a fin. Una lección de desamor eléctrico, de rabia nada contenida, y una promesa de punto y aparte: “Hoy voy a quemar las páginas de mi diario / en las que sólo hablaba de dolor / Si empiezan a arder / y el humo se va / sabré que todo ha terminado”.
10. Un día de furia. Rara vez un enfado, un gran ataque de furia, habrá provocado una canción tan atractiva, por tantas razones. Es quizá uno de los grandes cortes de 'Aeropuerto', y una de las grandes canciones de los últimos singles de Cooper. La melodía que nos cantan sus guitarras nos acompañará irremediablemente desde la primera escucha. Y Álex demostrando que también sabe escribir con elegancia canciones de furia, que es un género que ya no domina nadie, dando lugar a estrofas memorables: “Ilumina mi habitación / un eclipse de fresas salvajes / Un revólver en el cajón / mientras mi alma duerme en el ojo del huracán”. Si alguien no se ha sentido así alguna vez es que está muerto.
11. El sueño. Una maravillosa versión de Nacha Pop que cobra especial sentido estos días, tras el triste fallecimiento de Antonio Vega. Una versión luminosa que Cooper ha sabido llevar lo justo a su terreno, haciendo de su contundente estribillo la bandera de toda la canción. Un corte que por cierto ya habían probado con éxito en directo antes de llevarlo al estudio.
12. Rainman. Enfocando la recta final del disco nos topamos con otra joya. De nuevo la voz de Álex, casi desnuda de instrumentación, en primer plano durante las estrofas iniciales. Hasta que llega el estribillo, que rompe en dos la canción con un golpe de fuerza. Pero como si fuera una breve tormenta de verano, vuelve la calma, y la voz solitaria de Álex. Así una y otra vez. Cada vez más preciso en la letra, en los cortes, en las explosiones de la canción. Y un final inesperado que hace desear más Rainman. Es también otra de las grandes letras de este álbum.
13. Ola de calor. Me resulta complicado explicar esta canción, que no me cansa aún escuchándola una y otra vez. Divertida, original, pegadiza, luminosa. Cooper.
14. La edad de la inocencia. No es habitual ver a Cooper por estos terrenos musicales. Y sin embargo, ¡qué bien se le dan! Un regalo inédito para cerrar el disco, por su letra y por su música. Y, de nuevo, un estribillo que inevitable y felizmente llevaremos clavado en el corazón. Desde el “Tick Tack” hasta los cuidados y oportunos coros que recorren toda la canción, estoy convencido de que todo en La edad de la inocencia gustará a los fans de Cooper y a buena parte de los amantes del pop español de siempre.
Conclusión
'Aeropuerto' es otro gran disco de Cooper, y van tres. Lleno de matices, de estilos, de libertad. Álex Díez presume ahora con frecuencia de su libertad creativa, sin vivir bajo la losa de una bandera o una etiqueta, y en este disco se puede entender muy bien a qué se refiere cuando lo dice. Nos está descubriendo muchas cosas que antes no conocíamos. He leído por ahí alguna tontería reciente sobre Cooper y sobre el público al que va dirigido. Nunca hay que hacerle mucho caso a los que presumen de ser críticos discográficos. Pero mucho menos cuando dicen que Cooper es un grupo para minorías o para mayorías. Lo único cierto es que 'Aeropuerto' es un disco para todos los públicos. Para todos los públicos que quieran acercarse sin muchos prejuicios a una buena y variada colección de canciones donde tienen cabida el amor, el desamor, la rabia, la alegría, la melancolía… contadas y cantadas con elegancia y sencillez, sobre la base de la música de Cooper, cuyo sonido sigue siendo "sorprendente", a veces llena de tranquilidad y sutileza, pero casi siempre rebosante de pasión por la música, originalidad y energía.
Pop es 80 [sp]
picture: Art?culo "Aeropuerto" [An?lisis de todas las canciones del disco]
20/05/2009
Cooper [Pop es 80]
picture: Archivo Elefant