"Lo nuevo" article
MIQUI PUIG
He vuelto. Estoy en casa planchando el traje de fan de Astrud. Lo tenía guardado para la ocasión, como todas las cosas que uno tiene guardadas para los momentos estelares de la vida. Sé que lo tengo en el estante de arriba y a veces lo miro para recordar que está ahí. Como se miran los trajes de superhéroes los niños, hasta que una madre moderna y muy alta (desde la perspectiva de ellos), da permiso para salir a la calle y a comerse el mundo. Hoy me siento así: ¡¡Astrud han vuelto!! Han llegado por la vista, por esa maravilla de clip-película-proclama que Jimmy Gimferrer les ha hecho. Todo lo que nos gusta de ellos en formato cine. La delicadeza y el humor, el absurdo y la alta cultura. Las melodías barrocas exquisitas y acallando rumores. En los últimos tres años ser fan de Astrud era blindarte ante los cotilleos, ante las caras vinagre de muchos. Sólo faltaba decir que habían montado un grupo terrorista para hacernos daño en nuestra frágil estabilidad de fan. Imagino caras de arcada cuando alguno se enteró que hacían alianza con el Quartet Brossa. Música un poco culta nunca casa con consolas perezosas. Alianza a día de hoy que les coloca en un peldaño más arriba de sus contemporáneos. Allí donde algunos no pueden llegar, «no hay manos, no hay galletas». Comparativa y analítica sobre la base real a noviembre de 2010 con los grupos que compiten por ocupar páginas en blogs y revistas con ellos. Ser fan de Astrud es como salir a la calle con un sombrero defieltro tocado con una pluma enorme de pavo real. Sabes que llamará la atención, pero da igual. Sabes que es elegante pero quizá fuera de contexto para con la estandarizada vida diaria de los demás. Sólo en doce minutos de bella fotografía he vuelto a la primera fila. Allí donde reconozco musicales minúsculos , retazos de pop adulto, pop de siempre y hasta Alemania entera. De sintetizadores y guitarras. De poetas y estetas está poblado el mundo que me ofrecen. Lo necesitaba, sin más. Han sido demasiadas veces de querer hacer entender los porqués y eso cansa también. Los cambios constantes de una carrera perfecta desde el punto de vista de la honestidad. Allí donde algunos vendían almas a diablos del negocio, ellos se mantenían firmes en sus convicciones. Mis grupos preferidos nadan a contracorriente, sorteando toda la basura, preservando su pureza y ampliándola. Lo que hace únicos a Astrud, es que lo hacen en España. Meritorio. No veo el momento de escuchar entero el trabajo y dejarlo pegado a mi piel. Como los anteriores. Mañana salgo a la calle con eltraje. He vuelto a Astrud.
Astrud [El Mundo]
picture: Archivo Elefant
Astrud [El Mundo]
picture: Archivo Elefant