Los alquimistas de la melodía de vuelta con segundo LP, “Entresemana”. Mucho se ha hablado del pop donostiarra este año y gran parte de la culpa la tuvo “Le Mans”, el disco debut de nuestros amiguitos.
Su intención es la misma: derrotarnos con unas canciones sencillas, dulces, cándidas. Amores, horas perdidas, estaciones, cafeterías... lo cotidiano transformado en un delicioso frenesí. El pop como algo ingenuo, añorable y muy …
Los alquimistas de la melodía de vuelta con segundo LP, “Entresemana”. Mucho se ha hablado del pop donostiarra este año y gran parte de la culpa la tuvo “Le Mans”, el disco debut de nuestros amiguitos.
Su intención es la misma: derrotarnos con unas canciones sencillas, dulces, cándidas. Amores, horas perdidas, estaciones, cafeterías... lo cotidiano transformado en un delicioso frenesí. El pop como algo ingenuo, añorable y muy seductor. Lo que en “Le Mans” era optimismo en “Entresemana” se convierte en un cuento de desilusiones. Parece que más que tocar acarician los instrumentos. Un violín fantasma, un cello cálido y el susurro como voz dan a “Canción de si tu me quieres” ese encanto que nos vuelve locos. Saben como hacer que te sientas especial, como hacer de la soledad algo atractivo en “Perezosa y tonta”, como mecerte en su viaje de desencanto. La deliciosa voz de Jone se sumerge aún más en las profundidades del desamor (“Con Peru en la playa”). Los días que transcurren uno tras otro haciendolos soportables sólo un aliento de optimismo.
Este segundo disco supera, si cabe, las cotas de belleza minimalista que el primero alcanzó. Dan entrada al violín en sus canciones para acentuar el lado más lírico de sus sentimientos y nos devoran con su bruma de dejadez y encanto infantil, con su conocimiento de los estados de ánimo más dispares, y con lo que es su mejor truco de magía: que la rutina de unos días calcados deje paso a una lucecilla alentadora que nos dicen que hay algo que puede cambiar.
Lo que siempre ha sido el pop, un intento de mirar la realidad de otra forma, un esfuerzo por insuflar algo de vida donde casi no la hay. Un disco,”Entresemana”, del que enamorarse sin pudor alguno.
Reúne tu tetera antigua, ese paraguas destrozado, el chaquetón de hace un par de décadas, las últimas chucherías que te queden, y junto a ese chico/a que te vuelve loco bucea, preferiblemente a media tarde, en este arcoiris que atraviesa la música de LE MANS.