Edición Numerada y Limitada de 500 copias en formato LP [Vinilo Amarillo] **El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
Después de sus anteriores singles y minielepés, esperábamos con ansia el debut en formato largo de Joe Moore al frente de THE YEARNING. Sus dulces melodías, sus arreglos ensoñadores, su pasión por los sonidos de los años cincuenta, nos tenían ansiosos, con las…
Edición Numerada y Limitada de 500 copias en formato LP [Vinilo Amarillo] **El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
Después de sus anteriores singles y minielepés, esperábamos con ansia el debut en formato largo de Joe Moore al frente de THE YEARNING. Sus dulces melodías, sus arreglos ensoñadores, su pasión por los sonidos de los años cincuenta, nos tenían ansiosos, con las manos pegadas a la aguja del tocadiscos esperando el momento apropiado para sumergirnos en los surcos de su primer Long-Play. Y ese momento, por fin ha llegado.
“Dreamboats & Lemonade” vuelve a jugar con las dos caras del amor (como ya ocurrió con sus dos 10” previos), la más dulce y la más amarga, cada una representada por los conceptos que dan nombre al disco y presiden cada cara del vinilo. Y qué sentimiento mejor para representar esas dos facetas que la melancolía que acuna pequeños resquemores pero que adorna de azúcar recuerdos dolorosos. Ella protagoniza un disco delicioso, que se mueve entre el muro de Phil Spector y la elegancia de Burt Bacharach, que no esconde su gran amor por una época y un estilo muy determinado de entender el pop, engalanado con reverbs evanescentes como luces navideñas.
Acompañado de numerosos colaboradores, que conforman su THE YEARNING ORCHESTRA en la que hay espacio para vientos, cuerdas, y guitarras eléctricas, y con las voces ya habituales de Maddie Dobie (principal) y Alicia Rendle-Woodhouse (coros), el disco es otro viaje emocional que realiza curiosos y atractivos altos, como ese divertido desmelene que es “Dance With Me”, el homenaje al spaguetti-western de Morricone en la impactante “Marry Me In The Morning” (no faltan ni el sonido de caballos cabalgando), o esa deliciosa versión de Françoise Hardy que es “Never Learn To Cry”.
Pero empecemos por el principio, o esa delicia doo-wop, “Dreamboat” (palabra utilizada en America en los años 50 para definir a los chicos guapos), que abre el disco con un muchacho de ensueño que nos mece por mares inimaginables, de aguas cristalinas y brisas hawaianas, con THE VELVELETTES acompañándonos en tan increíble viaje. Las girl-group aparecen por todos lados, y en “If I Can't Have You” lo hacen THE RONETTES y esa reconocible entrada de la batería, pero también lo hace la delicadeza y sutileza de CAMERA OBSCURA. “Dance With Me” es como un pequeño homenaje a Sandy Posey, una canción llena de dulzura y una invitación para bailar toda la noche con el chico de tu sueños. Lo de Françoise Hardy no es ninguna coincidencia, porque “Chasing Shadows” despide ese aroma a chanson inconfundible, a pop mediterráneo cultivado en tonos sepia, sin ninguna duda una de las mejores composiciones de Joe Moore. “It's You That I Want” tiene el toque de qualité de Henry Mancini y Burt Bacharach pensando en Lesley Gore o Dusty Springfield. “Lemonade” disfruta de una inmediatez pizpireta entre los BEACH BOYS más navideños y THE SHIRELLES. “How Will I Know?” nos devuelve al doo-wop pero inserta una vez más esos arreglos entre Bacharach y Brian Wilson, ofreciéndonos un otoño soleado entre sus juguetones arreglos. “Every Time I Fall In Love” hace una particular mezcla entre swing, country y folk, con ecos de los principios del rock'n'roll, mientras que “Tomorrow Night” vuelve a mostrarnos un tratado del mejor sonido fifties, en el que resulta fácil imaginarse esa fiesta de graduación en un gimnasio escolar decorado con tonos pastel. Para terminar, “When I Was Your Baby” deja el sabor más amargo, triste, la desazón que resulta inevitable sentir cuando ves que se apaga un disco que ha despertado tantas cosas dentro de ti, que ha explicado con notas lo que nadie sabe explicar con palabras.
Y es que “Dreamboats & Lemonade” es la pasión por el pop, el homenaje más puro a sus inicios, a su nacimiento, y a todos aquellos sentimientos que propiciaron su época dorada. Joe Moore es un genio y ha firmado una obra maestra en la que no sobra ni un solo segundo, uno de esos discos llamados a acompañar nuestros días y poner banda sonora a recuerdos imborrables.