«Con 19 años, el disco 'Un soplo en el corazón', de Family, casi me salvó la vida»

• El artista logroñés acaba de editar el disco 'Locus amoenus' en el prestigioso sello Elefant Records y actúa hoy en Barcelona

• Jesús Fernández López Músico (Sagrado Corazón de Jesús)

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• DIEGO MARÍN A.

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• Sagrado Corazón de Jesús es tal vez el proyecto musical más heterodoxo de la escena musical local. Y, aún con todo, acaba de editar su tercer trabajo, 'Locus Amoenus', en la prestigiosa discográfica Elefants Records (Family, La Casa Azul, Cooper, La Bien Querida, Camera Obscura...). Traductor de videojuegos, el logroñés Jesús Fernández López primero colaboró con Kokoshca y luego formó Táctel. Ahora Genís Segarra (Astrud) ha masterizado su nuevo disco, otorgándole un aire de pop sencillo e ingenuo que presenta hoy en Barcelona.

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  La primera pregunta es obligada: ¿el nombre artístico es fe auténtica o tan sólo una ironía?

  Ni una cosa ni otra. No es ironía porque no cojo un referente de la cultura popular para hacer mofa de él. 'Jesucristo Superstar' ya ha debido ser asimilado y superado, quiero creer. Al admitir que es para mí un referente popular, queda anulada la posibilidad de que sea fe. ¡Cuidado con las fes verdaderas, que puede haber más de las que creemos!

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  Su música es minimalista, ¿considera que esto es una virtud?

  Me halaga esa afirmación, ojalá pudiese ser más sintético. Desgraciadamente, no puedo decir que me hayan influido minimalistas como Steve Reich o Michael Nyman, si mi música transmite esa sensación ha de deberse más a los medios de los que dispongo (herramientas electrónicas principalmente) que a las intenciones.

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  «No soy joven ni guapo pero, sin embargo, estoy aquí», afirma en una canción. ¿Es una personal declaración de intenciones?

  'Etapa imperial', la canción en la que aparece ese fragmento, narra en primera persona la situación de Pet Shop Boys en 1989. Habían comenzado en 1984 y se les atacó por ser mayores (Neil, el cantante, tenía entonces 30 años) y poco fotogénicos. Aquí sí que hay ironía. Porque yo ahora tengo 38, y además Neil siempre me ha parecido muy atractivo. Decir «no soy joven ni guapo» en alto es una reafirmación.

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  Su música suena a Family, a Astrud... ¿Son referentes suyos?

  Claro. En el caso de los primeros, por reconciliarme con el pop cantado en español. Con 19 años y viniendo de escuchar radiofórmulas, el disco 'Un soplo en el corazón' de Family casi me salvó la vida. En cuanto a Astrud, además de su música y letras, son el primer grupo al que vi en directo antes de sacar disco, cuya carrera vi comenzar.

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  También parece sentirse cercano a Pet Shop Boys, ¿por qué?

  Porque unieron ética y estética. No dejan de hacer joyas de baile pero jamás han comprometido su visión politizada del pop y la industria, y luchan por las libertades civiles sin hacer panfletos. Son un ejemplo a seguir.

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  ¿Le ha influido la implicación técnica de Genís Segarra? ¿Cómo?

  Genís se ha ocupado de la mezcla y masterización; probablemente en lo que más haya influido sea en saber que tenía que hacerlo lo mejor posible porque alguien a quien respeto iba a ponerse a trabajar sobre mis canciones. El sonido final ha quedado mucho más arisco y crujiente, marca de la casa 'austrohúngara'.

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  Family, de hecho, también editó en Elefant Records. ¿Qué ha supuesto para usted editar en esta prestigiosa discográfica?

  Cuando me llamaron para proponerme sacar un disco llegué a dudar, por el vértigo que produce el catálogo que han acumulado durante 25 años. Pero me he sentido muy arropado y libre, han aceptado todas mis propuestas, ¡y algunas son bien descabelladas!

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  Actúa en directo con su hermana. ¿Es esto un proyecto familiar?

  Ojalá lo sea cada vez más. Judit empezó a ayudarme en los conciertos, y poco a poco vamos creando algo más parecido a un grupo.

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