La Bien Querida – Ceremonia (Elefant Records, 2012)

El tercer trabajo oficial de la bilbaína Ana Fernández-Villaverde, La Bien Querida, rompe el encanto acústico de sus dos primeras placas, para presentarse, siempre bajo el alero de David Rodríguez (Beef, La Estrella de David), como “un disco electrónico, frío y oscuro”. Lo que a todas luces, no es tan cierto.

Es verdad que Ceremonia echa mano del post-punk y el krautrock, pero lo hace de una manera tan propia y natural que a la tercera o cuarta escucha no hace más que sonar a La Bien Querida, dejando en evidencia la tremenda versatilidad y accesibilidad del proyecto.

El sonido aparentemente gélido se vuelve familiar, pero no por ello menos atrevido. Sin dejar las guitarras de lado (ni los valses, rumbas o apuntes de flamenco), los sintetizadores y la experimentación toman control sobre las melodías, para caer abruptamente en un sonido que recuerda tanto a New Order y JoyDivision como a My Bloody Valentine o Kraftwerk. Pero Ana y sus textos aterrizan el disco dentro de una matriz pop absolutamente reconocible y, como siempre, entrañable.

“Arenas movedizas” y su pegajoso techno-kitsch, el saludo a New Order en “A veces ni eso”, la progresión infinita de  “Luna nueva” o el ruido blanco de “Los picos de Europa”, son ejemplos concretos de un disco plagado de referencias, pero, al mismo tiempo, completamente personal. Ana y David entregan otra colección de canciones excelentes, coros que se adhieren a la piel y letras que diseccionan las relaciones humanas en frases simples e inteligentes.

Ceremonia es el resultado del camino recorrido. Es quiebre, continuidad, experimentación, tradición, actitud, personalidad y, sobre todo, comunión. Este disco no es tan sólo uno de los mejores discos editados en España el pasado 2012, es uno de los mejores discos en español de los últimos años. Un tercer paso del que algunos deberían tomar nota. POP mayúsculo que sirve para despejar cualquier duda, pero eso, a estas alturas, dejémoslo para los incrédulos.