PUTOCHINOMARICÓN
El País [Es]: Hablamos con Chenta Tsai, el joven detrás de Putochinomaricón
Hablamos con Chenta Tsai, el joven detrás de Putochinomaricón
El 'influencer' y estrella de Instagram es la cara visible de una nueva canción protesta. En octubre estrena ‘El test de la Bravo y la SuperPop’, single de su primer disco
Abro Instagram, deslizo hacia la izquierda la pantalla, y veo a Chenta Tsai frente al ordenador o el móvil, en un plano general algo escorzado. Casi siempre en su habitación y en la misma postura. Evita mirar directamente a cámara mientras despotrica sobre cualquier tema de actualidad que atente contra las minorías. Putochinomaricón es mi influencer favorito, tiene la mirada esquiva, la voz dulce y, sin apenas esfuerzo, consigue que su cuerpo exprese con naturalidad cuestiones que en boca de la mayoría quedan impostadas.
Tiene un disco que irá deslizando en redes poco a poco este otoño, y su siguiente single sale en octubre bajo el título de El test de la Bravo y la SuperPop. “Habla sobre el binarismo y cómo -como dice Eduardo Casanova- acabamos siendo un Frankenstein de lo que vemos y leemos. Estamos compuestos por algoritmos y todo se lo debemos a esos tests que nos decían si éramos más un zapato de Carrie Bradshaw o unos macarrones con queso de Mónica Geller”.
Es necesario que aprendamos a opinar menos, dejemos de vomitar clichés en muros de Facebook, arranquemos las columnas de opinión de las garras de hombres hetero de mediana edad y brindemos espacios a jóvenes cuyas reflexiones son en gran medida el reflejo de toda esa nueva generación que está por venir.
Contra el activismo en redes, vídeos grabados en formato Instagram. Háblame de tu tema Tú no eres activista.
Es una oda irónica a la gente que se auto-proclama activista, cuando en realidad su activismo se basa en compartir enlaces en Facebook que ni siquiera se molestaron en leer y dar su opinión desde una falsa moral sobre cuestiones de las que no tienen ni idea (y me incluyo aquí). Originalmente, la canción iba a durar 30 segundos. Me encanta la idea de que las canciones tengan estructuras similares al politono, canciones cortas para una generación rápida. Fast music, muy Warholiano. De hecho, la canción se podría entender perfectamente sin verso ni puente. Mi intención es subirla a Instagram, donde la linealidad no existe y todo el contenido se consume en bucle. Visualmente, también se adapta al formato estándar cuadrado de Instagram. El vídeo lo grabé todo con el móvil. Creo que la calidad pésima del móvil habla mucho sobre nuestra cultura, la cultura Aliexpress, en la que hemos decidido tener preferencia sobre la forma y la idea de un proyecto por encima de los medios técnicos.
¿Cómo fue el proceso de creación del vídeo?
El vídeo está hecho en mi habitación, con un set de telas y bordados de Pontejos (donde las dependientas ya me llaman “el payo limón”), tres bombillas led cutres de temperatura fría y mi móvil, que es una J3. En este sentido, la canción homenajea todos los grupos punks que escuchaba cuando era adolescente, al estilo riot grrrl, como Bikini Kill (Rebel girl), grupos punkpop como The Donnas, la película Ladies and gentlemen, The Fabolous Stains, o el grupo Shampoo. Estéticamente, también está inspirado en Leonardo DiCaprio en Romeo y Julieta, con su pelo partido por la mitad, y muestra influencias de la imaginería de los bazares chinos, esos estereotipos estéticos que se suelen tener hacia los este-asiáticos. El rojo y el amarillo los utilizo mucho porque son los colores tanto de la bandera de China como la de España.
Autoproduces todos tus vídeos.
Siento que, a pesar de no tener una calidad impresionante, resulta un producto más auténtico y artesanal porque es el reflejo fiel de las imágenes que veo cuando escribo las canciones. Cuando escribí Tú no eres activista, me imaginaba los típicos photobooths y cómo los amigos se aglomeraban para tomarse fotos chorras. Es una imagen tan teenager y descarada que me encanta. Ahora el photobooth se ha transformado el acto del selfie en casa, y pensé en cómo traer esa idea a la práctica de hoy.
Está claro que adoras Instagram.
Me fascina como plataforma. Creo que se ha convertido en un vertedero costumbrista. Subimos selfies practicando nuestras vidas mundanas: en el baño, probándonos ropa... El contenido de este videoclip quiere emular esa cotidianidad de la práctica de los selfies (no hay nada más repelente, fascinante y punk que hacerse selfies en público), magnificándolo de forma grotesca y artística. Esto no es nada nuevo, ya lo hacía Andy Warhol, pero siento que ahora su visión está cobrando más importancia que nunca porque su legado ha trascendido por completo la esfera del arte para estar presente en muchos detalles de nuestra forma y estilo de vida.
Los parámetros formales de esta nueva ola de pop cada vez son más asfixiantes, estéticamente todo es exactamente igual: mucho brilli, colores primarios, flúor y bodegones con objetos del todo a 100. El espectro y consumidores al que alude son todos los modernos y modernas cis, no específicamente los “transmaricas” o gente politizada a la que sueles eludir en tus letras. ¿Cómo llevas eso?
Lo curioso es que no tengo un target claro y específico. Me siguen personas que no se sienten identificadas con lo que sale ahora. Amantes del Tumblr y net art, gente que odia el purismo y todo lo banal... Puedo identificarme un poco como la caja de objetos en el que metes todo lo inclasificable y lo que queda raro al lado de la estantería donde está la colección de libros de Érase una vez. Creo que ayuda ser este-asiático, un inmigrante a quien no le suele dar el foco en la industria blanca de la música, porque no tienes ataduras a ningún género u estilo. ¿Qué género se le suele asociar a inmigrantes este-asiáticos en la industria musical blanca? No existen referencias. Por eso trabajo con libertad y con la hoja en blanco. A pesar de tener una melodía tradicional pop que podría sonar en Europa FM, la letra lo lleva al otro extremo. Me gusta ser mainstream en la estética sonora, pero alternativo en el contenido.
¿De dónde viene lo de “transmaricas”?
De una combinación de dos minorías que, junto al colectivo LBIQA+, siento que necesitan más exposición en nuestra comunidad y en el mainstream. Lo utilizo con el intento de ser más inclusivo, pero últimamente me estoy planteando seriamente cambiarlo porque los gais ya tenemos mucha exposición. Los Trans no tienen visibilidad alguna y la transfobia se palpa no solamente fuera de nuestra comunidad sino dentro, como pasa con el feminismo y las TERF. Pero hay artistas que he ido descubriendo, como Duna Haller, que van a ayudar a cambiar la percepción y discriminación tan injusta que existe hacia la gente trans. Por otra parte, siento que la plumofobia es otra cuestión que no se aborda lo suficiente (no estoy hablando sobre la homofobia, eso tiene muchísima visibilidad). Parece que para que la sociedad acepte tu orientación sexual, necesitas tener un físico y un comportamiento específico que emula lo que se considera masculino y oprime lo femenino y, de nuevo, a la mujer. Este sistema es una mierda, no dejamos de crear constructos culturales binarios como femmeo masculino, pasivo o activo. Parece que si no eres lo suficientemente masculino no eres aceptado como homosexual en la cultura y en la sociedad, y por tanto eres marica. Eres el culo de tu comunidad porque pasas de emular gilipolleces para ser aceptado en este mundo patriarcal. Ser afeminado no te hace menos hombre, te hace auténtico en lo que eres.
Las Bistecs contra el falocentrismo en la historia del arte, Samantha Hudson con su himno Burguesa Arruinada, Klari te Canta con la mejor canción del pasado verano... ¿A qué grupos te ves más cercano del panorama español?
Me encanta que el pop se esté renovando en cuanto a forma y contenido. Siento que el pop nunca ha tenido tradición de compromiso político porque estaba asociado a blancos acomodados, manipulados por la industria de la música. El pop no ha cambiado, lo que ha cambiado son las personas, los cerebros detrás, y también el proceso de producción. La transformación sucede en el medio y en las formas de hacer más que en el género musical, y siento que, siendo inmigrante dentro de la comunidad LGTBIQA+, mi forma de ver las cosas siempre fue política. Por todo esto, la política en mi letra no es forzada sino es cómo he visto siempre la realidad. Siempre digo que mi trabajo es un reflejo de nuestro mundo y sociedad actual. Un mundo donde un supremacista blanco transfóbico y anti-DACA puede ser presidente, donde a la gente le interesa más el Instagram de Kim Kardashian que por las políticas de inmigración o el cambio climático. La letra es paródica porque el mundo se ha vuelto una parodia. En el panorama español, me identifico con el trabajo de sellos como Austrohúngaro o Elefant Records. En cuanto a artistas, diría que Hidrogenesse y Guille Milkyway, porque no tienen miedo a ser transversales, reírse de sí mismos y ser músicos profesionales impresionantes con una sensibilidad innata hacia la melodía.
Por fin podríamos hacer un festival de nueva canción protesta en España. ¿Hay que salir de vez en cuando a la calle y dejar las stories de Instagram a un lado?
Sí, cien por cien. Creo que puede pasar algo parecido a lo que sucedió con la canción protesta, pero con un espíritu mucho más meta y multidimensional, rozando lo paródico. Por eso amo PC Music, personas con una capacidad musical alucinante que utilizan elementos extremadamente vulgares y pop como forma de protesta y burla. Y ahora están presentes en el mainstreamproduciendo para Charli y sonando por todos los rincones. Sophie, con su canción Lemonade, sonó en el anuncio de McDonald's.
¿Cómo fue tu primera toma de contacto con el directo en la fiesta del Orgullo?
La primera vez que pisé el Orgullo fue el año pasado y sigo sintiéndome como un pez fuera del agua ahí. Siento que se ha convertido en una verbena vacua, víctima del capitalismo rosa que representa casi a cualquier interés antes que a nuestra comunidad LGTBIQA+. Cuando Gaspar Blaya de Be Fresh Festivalcontactó conmigo para tocar en el escenario, dudé si debería tocar en un lugar donde no me sentía representado, donde suele verse de forma incluso despectiva a todo lo que no encaje con su canon. Pero, hablando los seguidores descubrí que para cambiar el sistema necesitabas entrar en el mismo. Gaspar me dijo que me daba cien por cien libertad para hacer lo que quisiera en el concierto y decidí hacer una convocatoria abierta a todos los que no se sentían identificados con el Orgullo, creando una “pasarela” LGTBIQA+ justo después del World Pride. El concierto se convirtió en un acto de reivindicación y resistencia, de lucha en contra del capitalismo rosa, el racismo dentro y fuera de la comunidad LGTBIQA+ y la poca visibilidad en el orgullo de personas que no son el hombre gay blanco de clase media-alta.