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07/10/2007

No podemos volver a casa



MIRAFIORI
No Podemos Volver A Casa (2006)

Creo que la escasez del tiempo libre es con toda seguridad el mal que a todos nos acecha en estos tiempos que corren, así que comprenderéis mi frustración al perder buena parte de esta soleada mañana de Domingo en preparar un artículo sobre el Ready, Steady, Go! de Holiday, artículo que alguien que tenga mejor memoria que yo recordará que ya fue escrito meses atrás. Frustrado y enfadado después de comprobar mi error, me he dirigido a la estantería de los discos dispuesto a encontrar rápidamente un disco que curase las heridas producidas por mi error. Primero cayó en mis manos Contando Historias de Cola Jet Set, grandísimo disco para el fan confeso de Los Fresones Rebeldes que soy, pero cuando ya regresaba camino del ordenador sentí como No Podemos Volver A Casa de Mirafiori me llamaba, y nunca ignoro la llamada de un disco, en realidad creo que cuando me acerco a las estanterías dispuesto a escuchar nuevas canciones no soy yo quién elige qué escuchar, puesto que rara vez voy con una idea en mente, así que la visión de todos esos lomos va surtiendo su efecto en mi cerebro hasta que uno determinado hace saltar algún resorte por ahí arriba y la elección queda hecha.

En cualquier caso la de hoy es una oportuna elección puesto que tarde o temprano el Lp de debut de Mirafirori debía pasar por aquí. Nunca he disimulado mi predilección por la música foránea, siempre resulta más fácil quedarse con el grupo inglés de turno puesto que, por mucho que parezca que ahora todos hablemos inglés, es un hecho que en este país el 90% de la población anda bastante justa de idiomas. Y yo, como el buen cosmopolita de pueblo que soy (ja!), pues me incluyo entre esa mayoría que ha de realizar cierto esfuerzo para entender lo que me quieren decir Little Name, por citar el último disco escuchado, así que muchas veces me relajo rebajando un listón que en el caso de los grupos que cantan en castellano siempre anda bien alto, por aquello de entender a la primera todas sus letras. De este modo son menos los discos o grupos esenciales nacionales, siempre sujetos a una injusta exigencia de la que otros andan eximidos. Indemnes de este juicio salen desde grupos o discos del pasado como los de Le Mans, La Buena Vida, Los Fresones Rebeldes, Los Caramelos, Meteoro….y del presente, como esa genialidad que es Parade o la sorpresa que No Podemos Volver A Casa de Mirafiori representó el pasado año.

Sorpresa, sí, puesto que para muchos (sospecho que la gran mayoría) Mirafiori fueron un nuevo grupo del pasado 2006 mientras que para otros el grupo de Nacho Fernández eran ya cosa del pasado, minúsculo proyecto aparcado y olvidado con el paso de los años. El tiempo ha pasado rápido y al saber del regreso de Mirafiori habrá quién haya comenzado a revolver entre montones de maquetas atesoradas en algún cajón, para darse cuenta de que muchas habrán sido víctimas de alguna mudanza para no ser encontradas nunca más. Por fortuna, quizás milagrosamente, mis copias de esas dos maquetas todavía se mantienen intactas y al rescatarlas sorprende comprobar cómo en el fondo han cambiado tan poco las cosas en Mirafiori, la belleza se mantiene, de igual modo que la esperanza hace acto de aparición en contadas ocasiones, conservando la música ese aire otoñal que la caracterizó desde el principio, fruto de las filias musicales de Nacho, de tono sospechosamente melancólico. Más tarde llegaría el debut para Annika, el sello del siempre afable Gregorio Soria, un Ep. de tres canciones, de título Cinco Minutos, en el que para desgracia de aquellos que habían disfrutado de las maquetas, tan solo se recuperaban un par de temas de éstas, quedando marginadas otras canciones igualmente reseñables. El disco obtuvo reconocimiento tanto a nivel de crítica como de público, lo cual no evitó que las vidas de nuestros protagonistas forzaran una pausa en la historia del grupo hasta hacernos pensar en la desaparición del mismo.

Mientras que para los cercanos a Nacho Fernández, Mirafiori seguía siendo un proyecto vigente, hay quienes pasamos a considerar como espejismos esas maquetas y Ep. y escuchamos incrédulos la noticia del regreso del grupo. Es así que un buen número de los que apreciaron en su día a Mirafiori hayan tardado un tiempo en acceder a este No Podemos Volver A Casa, e incluso hayan necesitado de un buen número de escuchas para volver a introducirse en el universo del grupo. Pero, una vez superado el periodo de readaptación a Mirafiori, uno no puede más que quedarse con la impresión de que nos encontramos ante una colección de diez canciones que están llamadas a ser recordadas y conservadas entre lo mejorcito del Pop independiente estatal de los últimos años. La calidez de antaño sigue ahí, los ambientes (esos Field Mice homenajeados/copiados con descaro en Hasta Que Vuelva) se mantienen inalterados. Habrá que añadir en esta ocasión una querencia cada vez más acusada por el Folk y los 60’s. Válida influencia y al menos más creíble que esa comparación con Family que el grupo siempre ha tenido que soportar, tan solo por el empleo de algunas programaciones y, quizás, por el lirismo de determinadas letras que en algún momento les pudo emparentar con el famoso disco (venido a menos, todo hay que decirlo) de los de San Sebastián. Cierto es que Luciérnagas, con esa acostumbrada historia de amores no correspondidos o al menos no alcanzados que a Nacho tanto le gustan, puede ser utilizada para una forzada comparación para la que, no obstante, es flaco argumento . Como decíamos esa faceta folk aparece en temas como Nosotros y Nuestros Abrigos, en la que una fugaz felicidad toca a su fin, o la encantadora Acto de Construcción, tema que no ha sido muy apreciado o comprendido y que en su delicadeza nos hace recordar el Indie Pop “sacro” de los británicos Carousel. Pero tanta intimidad no debe hacernos olvidar a los Mirafiori capaces de crear tremendas melodías, éstos son recordados gracias a “hits” potenciales (si el mundo fuera justo) como Agujeros En La Arena, de nuevo la incertidumbre que se torna desesperanza en el futuro, o la onírica En La Luna. El Efecto Bola De Nieve nos hace sonreír ante la claudicación, se abandona la esperanza y se confirma la derrota “Y es que el amor verdadero es imposible de alcanzar” “y es que el amor imposible es verdadero, de verdad” dicen, como si esa idea no sobrevolase todo el disco. El resto de temas mantienen la tónica y afortunadamente el gran nivel, cabiendo destacar El Idioma De Las Flores, pura cursilería o sublime encanto, aquí optamos por lo último, convirtiéndose este tema y su simbolismo en una de las piezas favoritas del disco.

Después de tan gran disco, ahora solo cabe esperar que Mirafiori no vuelvan a desaparecer de nuestras vidas durante cuatro o cinco años más. No Podemos Volver A Casa fue editado por Autopop, subsello de Elefant Records, y puede conseguirse directamente a través de la página web del sello madrileño.

Manuel Soleado

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Mirafiori [360? de Separaci?n]
foto: Archivo Elefant

 


 

 

 

 

 

 

 

 

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