Linda Guilala

El festival más independiente de Barcelona alcanza su vigésima edición como referente cultural de lo alternativo. Su consabida habilidad para programar artistas está fuera de dudas y su mejor baza sigue siendo el rescate y la reivindicación de imprescindibles formaciones que son el legado indie rock de los 80 y 90. Además, escogen sabiamente bandas nacionales que no suelen ser programadas en otros festivales. Sin duda alguna, al minifestival se va a descubrir o redescubrir, a reflexionar sobre el presente basado en el pasado, y sobretodo, se va a disfrutar aprendiendo. La función pedagógica de su programación a lo largo de sus 20 años merece una medalla institucional, por el rigor y su criterio artístico, y sobretodo, por el esfuerzo titánico de sus organizadores, no exento de sudor y lágrimas. Posiblemente es el evento musical más emblemático del año.

Repasemos los conciertos más destacados de esta edición.

Linda Guilala (Vigo)

El trío vigués ofreció una actuación vibrante y electrizante. El pasado año publicaron “Xeristar”, seis canciones memorables que crecen a cada escucha y que cuenta con un hit en toda regla como “Lo siento mucho”, canción de intensa melodía en clave shoegaze. Su pop ruidoso y narcótico sedujo por su aplomo y por un sonido que recuerda en no pocas ocasiones a My Bloody Valentine y Spiritualized. Cerraron su set con el tema “Carlos baila” del grupo Family. Este grupo merece un boca-oreja inmediatamente. Grupo revelación del minifestival.

The School (Cardiff)

Ocho músicos en el escenario incluyendo dos violinistas y una trompetista. Ecos de Camera Obscura y The Ronettes. Liderados por la seductora voz de Liz Hunt, el grupo de Cardiff ofreció un pase luminoso y muy vistoso; a través de estribillos cantables y buscando la complicidad del público con las palmas, su directo nos atrapó por su humildad y sinceridad mediante canciones como “Never thought I’d see the day” y “Valentine”, preciosas y edulcoradas en su justa medida, en el pase más festivo de este año.

The Close Lobsters (Glasgow)

La banda superviviente del llamado C86 (The Pastels, The Wedding Present, entre otros) demostró su contemporaneidad mediante un setlist más basado en sus últimas y nuevas composiciones que en recuperar algunos de sus temas más representativos. Sorprendió esta elección, pero canciones como “Now time”, o “New York City in space” del “Kunstwerk in spacetime” (Shelflife Records 2014) sonaron robustas e inspiradas.

Michel Cloup Duo (Tolouse)

El mejor concierto del año y una de las actuaciones más impactantes en los 20 años del minifestival. Michel Cloup y Patrice Cartier a la batería ofrecieron un concierto de rock acongojante, crudo e histórico. La forma de cantar de Michel –entre el spoken world y el hip hop, rayando a la declamación-, su desafiante guitarra, y el ritmo sincopado de la batería crearon un abrasivo magma sonoro hiriente y sobrecogedor. La densidad de sus composiciones -largas y repletas de recovecos- cobran en directo un sentido crepuscular, casi épico. La interpretación alucinógena de “Minuit dans tes bras, pt.2” de su último trabajo “Minuit dans tes brasy”, y “Cette colère” de “Notre silence”(2011) certificaron la grandeza del líder de Experience y Diabologum. La fuerza expresiva del Michel Cloup no tiene límites.

Tras semejante actuación, el noise pop de The Manhattan Love Suicides palideció sobremanera. Su pase fue breve (se les conoce por sus veinte minutos de reloj), tosco, y soporíferamente caótico.

Lo dicho, actuación antológica de Michel Cloup Duo y larga vida al festival!!

Òscar Blanch.

Fotografías Meritxell Rosell.