La Bien Querida
dod Magazin [Es]: "Fuego" [Crítica]
Un discazo, hablando claro. Pero es que en esta ocasión cualquier definición intelectual y rebuscada sería de mal gusto. Un discazo. Fuego (Elefant Records, 2017) son todos los artilugios que se ven en una noche de San Juan, un tirar la casa por la ventana literal, una lluvia de confeti de colores. No porque se trate de temas festivos y alegres, cosa que ya empieza a ser imprevisible ante la nueva faceta con la que reaparece un grupo, sino porque cada uno de ellos contiene un carácter propio. Un color, una nueva cosa. Encontramos de todo. Y no, no nos referimos a un repertorio hecho como cuando uno se lleva todas aquellas cosas dispares que ha descubierto que tenía en el trastero. Hay en cada sencillo una elección compositiva deliberada y cuidada. Con cariño. Con exigencia. Y eso explica que, aunque no te guste una copla, escuches la exuberante 7 días juntos y te guste. Sin esfuerzo, a la primera. Maravilla a los oídos.
La Bien Querida se ha atrevido a dejar su zona de confort más bien popera – siempre con el trasfondo del flamenco, por supuesto – y se ha atrevido a tantear en otros terrenos. Perdón, no a tantear, a saltar. A aterrizar. No hablamos de esa intuición tímida, protocolariamente correcta en el mundo de la música, de quién prueba un cachito a ver qué tal sabe. Fuego es comerse todo el pastel, con el don de saber cuando no sobrepasas el 100%. Y bien que se ha metido, en un pastel, pues ahora será difícil una continuidad cualitativa con un listón tan alto y tan sorprendente.
Si por un lado tenemos una rumba de diez con Muchachito y Jota (Los Planetas), las dos estrellas de sus ligas, en Recompensarte, podemos imaginar compartiendo escenario con La Casa Azul en Si Me Quieres A Mí. En el otro lado del movimiento alegre, la faceta dolorosa de voz reducida y guitarra acústica, de esa que permite sentir como el viento corta, es para Fuerza Mayor y Lo Veo Posible. Pero no todo es experimentación, al menos de un modo descarado, aunque nunca suficiente como para no reconocer a la bilbaína, única en el panorama nacional. Tenemos la marca de la cantautora forjada por los años, aquella que nada más empezar la canción nos hace pensar “esto suena a La BienQue”, en piezas de sintetizador popero como Dinamita, que se encarga de abrir el disco, engañándonos ante el viaje que empezamos a hacer y que no esperamos; se añaden a la etiqueta de esta rara avis Permanente y en Lo Veo Posible. Pero la pieza estrella, por conseguida, valiente y particularmente compleja, es sin duda el synth pop de eco metalizado, una embriaguez de New Wave que se marca con La Pieza Que Me Faltacon La Estrella de David.
Ya lo vemos en su portada: una disposición de elementos no azarosos pero que tampoco guardan una relación directa entre sí. Se trata de lo heterogéneo pero compartiendo un mismo espacio, abrazados por el mismo marco. Y eso es lo que encontramos en Fuego: muchos géneros, antiguos y modernos, pero posibles al ser emanados por la personalidad concreta de un(a) artista. Los une como reúne una diversidad estilística bajo una misma mirada y voz creativa. El sentido, la coherencia, lo tangente parten del mismo vientre. De la naturaleza del mismo vientre madre. De la misma mujer. Y esa es La Bien Querida.