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23/10/2017

Lumière Noire Musique [Es]: Entrevista a La Bien Querida: “Guitarra, bolígrafo, papel y David” "Fuego"



 

“Fuego” es una alacena llena de viandas pop. Cada una de ellas de su padre y su madre. Canciones concebidas individualmente que, lo mismo, te asaltan por rumbas, cumbias, electrónica new order (marca de la casa) o baladas pop de orquesta y de bellísima factura. La Bien Querida es ese ejemplo mágico que hace bueno el dicho aquel: “para emocionar no es necesario cantar con un vibrato huracanado, y como si no hubiera mañana”. Ana Fernández-Villaverde no canta y lo sabe, pero escribe canciones preciosas y también lo sabe, tanto ella como su partenaire, David Rodríguez, y una legión de fans que crece y crece con cada disco. Con este último elepé aseguran no haber tocado techo lo que nos alegra sobremanera ya que siguen aportando frescura pop, de voz delicada, a un panorama musical muy rico en propuestas pero algo anquilosado en proyectos, calcados unos de otros. Ana escribe al amor y sus consecuencias y David viste las canciones sin mirar de reojo; las diferencia y nos demuestra que es uno de los productores nacionales más en forma. Hoy hablamos con ella; con la voz de hoja de té en un bosque lleno de zapatos, cuadros, discos, un taladro…  

 

Pregunta: ¿Cómo os planteáis un álbum tan heterogéneo (Fuego) tras la conceptual trilogía (Premeditación, Nocturnidad y Alevosía)? 

Respuesta: Antes de empezar a trabajar siempre intento sorprender y que el disco nuevo no tenga demasiado que ver con el anterior. Quizá sea un poco tontería pero me lo planteo así para no aburrirme de la música, creo. En este teníamos claro que había que abrirse un poco a otras músicas, aunque sea como divertimiento.

¿Reunir en un mismo disco una rumba, una cumbia, una balada orquestada o la electrónica, no es cosa baladí. De eso solo Mecano eran capaces…

 

R: Mecano son palabras mayores… No sé si es bueno pero David, creo, acaba pensando últimamente más las canciones individualmente y trabaja menos los discos conceptualmente, como hicimos en “Ceremonia” y “Romancero”.  Será eso.

Háblanos del proceso de creación, del porqué de colaboraciones tan especiales

R: Yo hago las canciones a guitarra, bolígrafo y papel, en la cocina de mi casa, y David las produce y arregla. Seguimos funcionando igual. El método no ha cambiado.

Respecto a las colaboraciones, siempre quise hacer un dueto con J en un disco mío y creo que ahora era el momento porque, si lo hubiera hecho al principio, la gente habría pensado aún más que me estaba aprovechando de su nombre. Y a Joan Miquel Oliver, que es otro genio, le propusimos que hiciera un rap al final de “7 días juntos” porque lo admiro muchísimo Las demás colaboraciones son todo amigos.

¿Es “Fuego” un disco “popcostumbrista”? 

Es un disco de canciones de amor. Casi todo el mundo ha estado enamorado alguna vez y, quizá por eso, casi todos nos podemos sentir reflejados cuando se habla de las sensaciones que produce el amor. Quizá por ahí venga lo del costumbrismo

Ya desde la portada vemos cierto toque fetichista. Rodeada de objetos personales que arropan a la artista. Te sientes más cómoda con la cotidianidad que con el postureo…  

¡Hay tiempo para todo!

Los pies en la tierra, el corazón en las canciones…

Ya te digo: hay tiempo para todo. A veces hay que tener la cabeza en las nubes para trabajar una canción, me meto mucho, lo vivo a tope.

¿Además de al amor en quién, o en qué,  piensas cuando te pones a componer? 

Hago canciones buscando la canción perfecta así que, supongo, que a la primera persona a la que quiero agradar es a mí misma. Aún sigo buscándola. En todas las canciones hay una parte de realidad y otra de fantasía pero este es mi reino y no diré donde acaba la fantasía y comienza la realidad.

Diez años, después de grabar tu primera maqueta ¿Qué queda de la inocencia de 2007? 

Mi manera de trabajar no ha cambiado, la verdad. Yo creo que esa inocencia sigue ahí. Si no fuera así, me costaría seguir haciendo canciones.

 

Echo en falta muchos más nombres femeninos en la parte superior de los carteles de festivales de relumbrón de este país ¿Los festivales son cosa de hombres? 

Un poco sí. Los festivales, sobre todo rock, son muy machos.

¿Cosa de hombres y de los mismos nombres?

¡Ja! Al final, funcionan como empresas. Y es normal que toquen muchas veces los mismos grupos si son los que más gustan. Algo estarán haciendo bien.


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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