Elige un año:
t

09/02/2013

Rolling Stone [Es]: Reseña concierto Sala El Sol, Madrid [08-02-2013]



 

La Bien Querida reluce en la oscuridad

 

El tono electrónico y endurecido de 'Ceremonia' contagia los conciertos de la nueva gira de la bilbaína. Por Darío Manrique Núñez

 

La Bien Querida en un reciente concierto en Barcelona. FOTO: Alba Nàjera Carné

 

Lugar: El Sol (Madrid)

Fecha: 8 de febrero

Asistencia: 300 personas (lleno)

Hay momentos en la carrera de un artista en los que se impone un cambio. Puede ser al segundo, al tercer o al sexto disco, pero es algo que -a no ser que tu grupo sea AC/DC- ocurre. En el caso de La Bien Querida, ha sido a la tercera, y no ha sido una mudanza en la esencia de su música, sino en el envoltorio, que en el reciente Ceremonia tiene mucho de distorsión, oscuridad y electrónica. Y si en el álbum ese cambio es patente, mucho más en el directo.

Ana Fernández-Villaverde ya no se acompaña de un grupo al uso (guitarra, bajo, batería), ahora la escoltan su pareja y productor David Rodríguez a la guitarra (que echa humo de la caña que le da) y Frank Rudow a las programaciones y la percusión electrónica. Eso influye inevitablemente en la interpretación de temas de los dos primeros discos. Así, Queridos tamarindos prescinde de los vientos balcánicos que dominaban la grabación para convertirse en una canción igualmente efectiva, pero mucho más electrónica y aséptica. También pasa con Hoy, que ya no tiene violines morunos y sí una guitarra casi surf y una percusión post-punk muy marcada. 

Confesaba Fernández-Villaverde esta misma semana en una entrevista que al empezar a grabarCeremonia se dio cuenta de “que tenía que cambiar, porque me aburría”, pero que también tenía miedo a que su público no lo entendiera. A estas alturas ya sabe que no tiene por qué preocuparse: sus fans han entendido que aunque las canciones estén vestidas de manera diferente, siguen siendo composiciones de La Bien Querida, y por lo tanto melodía, letras y voz son las mismas. También contaba que en esta gira, en la que su misión es “meter caña”, su público se queja cuando le ponen la voz demasiado baja: “Lo que quieren es poder cantar”, señalaba. Y sí, la distorsión que le mete Rodríguez a la guitarra y la potencia de las bases rítmicas de Rudow (o las que de vez en cuando activa ella misma con un octapad) a veces dejan a la voz de La Bien Querida -que cada vez entona más y mejor, por cierto- en un cercano segundo plano, pero los decibelios y la agresión sonora se mantienen moderados. 

Las canciones más conocidas de Romancero (9.6, De momento abril) o de Fiesta (las citadas Hoy yQueridos tamarindos) fueron muy celebradas por los que abarrotaban El Sol, pero las que mejor resultado dieron con la formación actual fueron, lógicamente, las de Ceremonia: la muy Joy Division Pelea, las flamencas al estilo Planetas Hechicera (con un intenso final krautrockero) yAurora, Mil veces (que acaba con ruido electrónico casi industrial) o la maravillosa A veces ni eso, que con su base a lo New Order es la que más bailes levantó, incluso en David Rodríguez, que, muy vacilón, hacía “eses con la cadera”, como reza la letra. La actuación acabó con una Arenas movedizas muy dura y resultona. Para bises, una solitaria Sentido común, con Ana Fernández-Villaverde sola con la guitarra. Fue un buen final, aunque un poco brusco tras sólo 65 minutos de actuación. De todas formas, cien afortunados podrán comprobar en profundidad cómo funciona La Bien Querida en ese formato acústico el próximo miércoles en el Museo del Romanticismo de Madrid. Por ahora, se puede concluir que la nueva encarnación en vivo del proyecto de la bilbaína, más dura y oscura, casa muy bien con su reinterpretación de la canción española


 


 

 

 

 

 

 

 

 

En esta web utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios

Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información en nuestra Política de Cookies.

Aceptar