La Bien Querida

Una romancera muy ‘indie’

El primer recuerdo musical de Ana Fernández-Villaverde es un disco de Manzanita que no paraba de sonar en casa cuando era niña. Su padre era cantante de boleros. Y aunque ella se hizo pintora (su especialidad son los murales de estilo clásico, el de los palacetes italianos del XVIII), era cuestión de tiempo que acabase dedicándose a la música. Porque podría decirse que lo llevaba dentro. Si no no se explica que esta bilbaína aprendiera a tocar la gui- tarra en dos meses y que con su primera maqueta, una desprejuiciada mezcla de flamenco, pop y rancheras, deslumbrara a medio país. «La verdad es que no tenía intención de formar ningún grupo, pero J de los Planetas me dijo que se me daba bien y que por qué no. En realidad el pop es sencillo, una vez que has aprendido los acordes. Y supongo que al llevar una vida bohemia lo de componer me salió natural. Al fin y al cabo, la música y la pintura salen del corazón, yo nunca las he visto demasiado alejadas entre sí. Fíjate en Kandisnky. A mí los cuadros me han inspirado muchas canciones», explica.
Ana es La Bien Querida, y aunque su disco de debut, Romancero (Elefant),sólo lleva dos meses en las tiendas, el número de visitas de su Myspace y su abultada agenda de conciertos demuestran que seguidores no le faltan. En Barcelona no se ha prodigado demasiado hasta la fecha, y eso que ahora está semiinstalada en Sant Feliu con David Rodríguez de Beef y La Estrella de David, con quien toca y ensaya (y algo más). Algo que se verá compensado en un par de semanas: el próximo jueves 28 será una de las encarga- das de abrir oficialmente el Primavera Sound (tocará en el escenario Rockdelux). «Tocar en directo me sigue poniendo nerviosa», confiesa Ana, «pero es como un reto. Me da corte pero me encanta, como les pasa a los actores tímidos. El Tranxilium ayuda, por eso», bromea. Definir su estilo no es fácil. Para empezar, ella odia que la encasillen. Y aunque da la sensación de que es la nueva niña mimada del indie español (además de J y de David, se rodea de nombres como Antonio Luque y Joe Crepúsculo), ella insiste en que la etiqueta indie es algo ridícula a estas alturas. «Es que es absurdo, es el público el que te elige a tí, y no al revés. Yo quiero llegar a todo el mundo, y escucho de todo: rancheras, tangos, flamenco, música folclórica, indie y mainstream. Me encanta el mexicano José Alfredo Jiménez, por ejemplo. Creo que es algo que, afortunadamente, ha cambiado en el panorama musical. Antes los grupos sólo escuchaban música indie, y por eso sólo se atrevían a cantar en inglés. Ahora vienen de ambientes diferentes y eso se nota en que no hay tantos prejuicios. Antes decir que te gustaba Julio Iglesias no estaba bien visto, y ahora da igual. Y eso es genial, hay que dejar influenciarse por todo».

«Antes decir que te gustaba Julio Iglesias no estaba bien visto, y ahora da igual. Eso es genial»

«La pintura y la música salen del corazón, nunca las he visto muy alejadas. Fíjate en Kandinsky»

DOMÈNEC UMBERT