La Bien Querida
LA BIEN QUERIDA: Publica “Premeditación, Nocturnidad y Alevosía”, su cuarto álbum
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En todas las buenas películas de terror hay un pequeño giro final, una sorpresa que, hecha con la creatividad y la elegancia apropiada, puede dejarnos fijos en la butaca, con el gesto torcido y los ojos hundidos, impactados, sin capacidad de reacción. Algo parecido podemos decir que es el remate que LA BIEN QUERIDA da a la edición de los tres Maxi-Singles de edición limitada, “Premeditación”, “Nocturnidad” y “Alevosía”: un CD que incluye los temas de los tres maxis y que además descubre una portada que es la última pieza que completa el fresco realizado para adornar estos lanzamientos, y que deja a la vista una de esas piezas geométricas de perspectiva imposible. El truco final, el último gesto, la guinda de un pastel de sabor indescriptible.
Vistas las canciones que iban separadas en los diferentes vinilos como un conjunto, nos encontramos con una colección maravillosa. Un hit como “Poderes Extraños”, que abre el disco con un estribillo poderoso, y haciéndose dueño del territorio paranormal para un discurso metamusical, y al mismo tiempo tremendamente sugestivo y divertido. Las texturas grumosas de “El Origen Del Mundo”, uno de los temas que mejor deja adivinar la ya conocida obsesión de Ana Fernández-Villaverde por el amor y su fatalidad. Una edición que, aparte de salir al auxilio de aquellos que no disponen de reproductor de vinilo, ayuda a obtener una visión más sobria y compacta de una etapa en la carrera de LA BIEN QUERIDA, que sin duda va a dejar huella. La abrasión emocional de “Alta Tensión” y aquel “Ya no te quiero” que nos dejó literalmente desolados. El terror era esto. La batidora de influencias que cabe en “Disimulando”, bajo el auspicio de Joe Crepúsculo y la capacidad de David y Ana de dar cabida a todo tipo de sonoridades.
La contundencia de una gran canción como “Ojalá Estuvieras Muerto” que da paso al debate entre la vida y la muerte de “Encadenados”, donde un leve halo de espíritu pop nos devuelve algo de aliento. “Carretera Secundaria” podría poner sonido a una película de David Lynch, mientras que la mezcla de melancolía, evocación y tensión de “Crepúsculo” le haría ganarse un merecido hueco en “Drive”. La música, siempre la música: en el fondo todo este misterio iba un poco acerca de esto, como reza esa maravilla pop que es “Música Contemporánea”, otro de los grandes singles del disco (que tiene, y muchos). El viaje en espiral de “Vueltas”, hipnótica, psicodélica, juguetona y al mismo tiempo turbadora. Con “Geometría Existencial” eleva todavía más el nivel de tensión. Y llega el final, representado con “Muero De Amor”, una maravilla de lirismo y emoción, preciosa y mágica. No hay respuesta que buscar. Ahí están nuestros propios sentimientos, ellos son las respuestas que dibujan las preguntas de cada uno.
Así visto, todo esto que ha acabado dando lugar a “Premeditación, Nocturnidad y Alevosía”, el cuarto álbum de LA BIEN QUERIDA, parecía la gran jugada, una gran trama entrelazada y perfectamente planificada desde el principio. Y puede que lo sea. La gran pregunta del futuro probablemente sea la que más latente queda después de tantas que nos hemos planteado en este periplo, auspiciado por tres seises (el de octubre, el de enero y el de marzo).