La Opinión de Murcia [Es]: "Sigo pensando que la poesía acabará por matar el pop" [Entrevista]
Cooper: "Sigo pensando que la poesía acabará por matar el pop"
Álex Diez es especialista en pasar el negativo a positivo; de ahí el título de su nuevo disco
Tiempo, temperatura, agitación son tres parámetros clave que hay que tener en cuenta para llevar a cabo el revelado analógico de una fotografía. Cooper (Álex Diez) es especialista en pasar el negativo a positivo; de ahí el título de su nuevo disco, que refleja aspectos clave de su forma de entender la música y, cómo no, el mundo. En él, el leonés parece disfrutar de una nueva juventud que refleja en diez canciones que agitarán el bolo, harán vibrar los corazones de sus más acérrimos y sorprenderán a potenciales seguidores mañana en el WARM Up. Frescura, ímpetu, pasión y energía; el retorno del espíritu de la new wave actualizado y trasladado a nuestros días.
¿De dónde sale el título Tiempo, temperatura, agitación ? Me suena a ready, steady, go! ...
O a peace, love & understanding, ¿verdad? Son los tres parámetros a tener en cuenta cuando revelas una foto de manera analógica. Igual que cuando preparas un disco. Tienes que decidir si quieres que el disco sea un pelotazo de su tiempo o un disco que perdure a lo largo de los años; tienes que tener claro cuál es la temperatura a la que está tu corazón cuando compones, si hablas desde el frío o desde el calor y, sobre todo, tienes que buscar conmover, buscar la agitación del oyente.
¿Qué pinta la fotografía en esto?
Estaba leyendo un libro de Paco Gómez, Volverás a Antártida, y se me ocurrió rebuscar en el proceso del positivado. Todos los libros de Paco Gómez y de su editorial, Fracaso Books, son libros fotográficos. Y muy interesantes. Además mi chica es fotógrafa. Es una disciplina que me atrae, es inspiradora.
Se podría decir que existe una analogía entre hacer una foto y un disco. El revelado es pasar el negativo a positivo. ¿Esa es tu especialidad?
Sí. Yo he dicho en alguna ocasión que soy especialista en transformar lo negativo en positivo; de ahí el título. Grabar un disco, además, es un poco como revelar una foto: la obra ya está hecha, lo que toca es llevarla a un formato que sirva para darla a conocer, plasmar lo que ya está pensado y trabajado.
¿Qué podremos encontrar en Tiempo, temperatura, agitación ? ¿Prefieres el blanco y negro, que cantaban La Granja?
No, me gusta el tecnicolor. Creo que es un disco muy ágil, muy positivo y muy divertido. Creo que me ha sentado bien reencontrarme con el repertorio de Los Flechazos en la gira de Popcorner. Es muy Cooper, es muy yo, y a la vez es distinto, según dicen los demás, porque, si te soy sincero, yo siempre tengo la sensación de estar grabando el mismo disco una y otra vez. Y sin complejos. Me gustan las repeticiones. Mi vida se ha estructurado a base de segundas oportunidades.
¿El retorno del espíritu de la new wave se hace necesario en estos días de trap y reggaeton, o es un asunto de nostalgia?
No lo veo como cuestión de nostalgia, sino de afinidades sonoras. Me parece que la música hoy en día, más allá del trap o esos ritmos que comentas, es muy aburrida. Me parece muy poco excitante lo que escucho por la radio o en los coches de mis amigos más jóvenes. El péndulo está en el extremo opuesto a donde yo me siento cómodo, pero volverá por aquí cerca antes o después. No me gusta este meandro de monotonía y falsa poética actual. Y tengo la suerte de no tener que alinearme con ello, porque siempre he ido un poco a mi bola.
¿Cuáles son tus principales referentes de la new wave ?
Me gustan los Jam, los Buzzcocks, Elvis Costello y Blondie, sobre todo. También los Clash y los Undertones. Y mil grupetes de un solo single, que ya sabes que yo soy del Club 45. Me gusta la energía de la época; es lo que viví en mi primera juventud y me resulta fácil identificarme con ello. En este disco hay un aroma que recuerda a canciones de 'nueva ola'.
Me imagino que en la grabación de un disco también hay muchos momentos de soledad y de duda. ¿Los has tenido tú?
Sí; demasiados viajes a Madrid, demasiados kilómetros, demasiados tiempos muertos. Y sí que es un poco rollo tener que sacar adelante un proyecto en solitario como Cooper. Me he sentido bastante solo, sí. Dudas también, esas viejas amigas?
Ya eran melancólicas algunas letras de la primera etapa. ¿Esa melancolía se mantiene?
No hay letras melancólicas en este disco; hay otro tono, más distante, más desenfadado. No hay ninguna canción de amor en sentido estricto, y solamente hay un tema que pueda considerar 'personal'. No hablo de 'Mi Universo'; es un disco lleno de trucos.
¿Se pueden componer canciones ahora con la misma frescura que a los dieciséis? ¿Cómo llevas la pelea contra la madurez?
Estoy muy a gusto con mi papel. Escribo como un tipo de más de cincuenta años y soy capaz de proyectar ilusión por un nuevo comienzo, pero también de transmitir la angustia de un error. Sigo en mi batalla por esquivar la poética, porque sigo pensando que la poesía acabará por matar el pop. Pero hay unas cuantas frases en este disco de las que me siento bastante orgulloso.
Al empezar Cooper prescindiste de los teclados, quizás para transmitir la idea de que habías entrado en una nueva etapa, y en tu nuevo disco los recuperas. ¿Camino de vuelta?
La razón principal de que haya teclados en este disco es más de andar por casa: me voy de gira, y quiero seguir tocando El asiento de atrás, que tiene teclados. Si voy a llevar teclista, vamos a aprovecharlo y vamos a usar algunos sonidos nuevos para el disco. En cualquier momento el camino puede dar un giro y nos volvemos al cuarteto y a las guitarras. Pero ahora mismo estamos felices con esos colchones de órgano y piano.
La gira del 30 aniversario sirvió para cambiar un poco la percepción de lo que Álex Diez representa en la escena musical. ¿Notas ahora más interés por tu música?
Yo creo que cerrar siete festivales antes de que salga el disco ha sido posible gracias al éxito de la gira de Popcorner en el 2016. Sí que noto interés y buen ambiente ante la salida del disco y nuestra gira. Estamos preparados para darlo todo. A mí nunca me han beneficiado las cifras, pero, afortunadamente, la escena musical está llena de gente que tiene en cuenta otras cosas, además de los números.
Por cierto, ¿qué opinión tienes de todo este boom festivalero?
Hace unos cinco años yo ya certifiqué la defunción de la era de los festivales. Siento mucho respeto y no me cuesta contaminarme de la ilusión que pulso en los organizadores de eventos como el WARM Up o el BBK Live, y los disfruto al máximo, pero yo estuve en el primer FIB, el del velódromo y las 7.000 personas, y aquello era otra cosa.
Vuestra primera fecha es el sábado de mayo en el WARM Up. Siempre fue esta una plaza ganada. ¿Ya tenéis decidido el set list ?
¡Sí! No queremos dar mucho la lata, así que solamente tocaremos cinco canciones nuevas, y el resto serán hits. Lo pasaremos bomba. Y pienso estrenar mi nueva Rickenbacker turquesa, que está deseando sonar en Murcia.