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29/11/2015

Diario De León [Es]: Elefant Records reedita ‘Fonorama’, primer disco de Cooper, presentado en directo en una abarrotada Fnac.



 

PACHO RODRÍGUEZ | MADRID 29/11/2015

Lo siguiente que le tocaba, por así decirlo, vender a Alejandro Díez tras la disolución de Los Flechazos pasaba, casualidades de la vida, por la Plaza de la Tiendas, es decir, la de San Martín. Buen sitio para vender si no fuera porque es la plaza con menos tiendas de León. Pero ahí, en casa de Mario Álvarez, que vivía allí en aquellos tiempos, se estaba construyendo una historia musical que cumple tres lustros.

Cooper surgió hace ahora 15 años cuando Alejandro Díez se reinventaba tras el fin de su mítica banda mod. Junto a Mario Álvarez iniciaron una rutina que pasaba por ese punto. Pero ante esa escasez de coherencia (anécdota, sin más, de esta plaza de los bares), ambos iniciaron un camino perfecto que no ha sido nada residual en la carrera de Álex Díez.

El viernes, con motivo de los 25 años de Elefant Records, la compañía reeditó su primer disco, Fonorama, que celebra muchas cosas, pero, ante todo, es un canto a la alta fidelidad a la música, y a unas cuantas ideas sobre ella, que defienden con uñas y dientes en la compañía del berciano Luis Calvo. Y Cooper es uno de los mejores argumentos de Elefant.

La Fnac más céntrica de España se llenó en torno a esta celebración. Y fueron muchos los que se acercaron para también reeditar ellos por su parte, la devoción que sienten por el músico leonés.

Caían las canciones de Fonorama y Álex Cooper explicaba, por ejemplo, esa historia de la Plaza de las Tiendas, cuando él y Mario Álvarez quedaban todas las tardes después de comer para ensayar en la casa del segundo.

Así iban sonando Cuando duerme junto a mi, Vértigo... Y nos íbamos enterando de retrasos en citas, vuelos desastrosos con pérdidas de equipaje, vídeos imaginados por realizadores que debían pensar que iba han rodar Airbag (la película)... Anécdotas reales que alimentaban los sueños, anteriores y posteriores a aquel concierto de Bilbao que fue el primero. Porque Cooper nace en directo no en León sino en la bilbaína sala Azkena. Y Mario Álvarez lo recordaba después de tocar.

Caía Suzette y la gente recibía el regalo con ambiente de concierto no acústico. También en parte porque el guiño al pasado remite al futuro que será en 2016 ese todo (gira, disco y demás) que llevará el sugerente y elocuente título de Alex Cooper: 30 años viviendo en la era pop. Con dos acústicas y sus correspondientes voces quedaba claro que cuando hay verdad la belleza de las canciones siempre se impone.

Y aunque fue una tarde-noche de lo menos leonesa, casi con buen tiempo en Madrid, algo de la tierra se intuía cuando Álex Díez explicaba el germen de ese Cooper que soportaría el debate sobre si trasciende más que Los Flechazos como proyecto anterior. Porque, tal vez, el debe habría que ponérselo a la propia ciudad institucional, que tiene ahora la oportunidad de devolverle a León una del tamaño de este concierto que también será Álex Cooper: 30 años viviendo en la era pop.

Y hubo presencia de seguidores de Cooper de todos los tiempos, incluso algunos que no saben que lo serán. De muchos que llegaban a Callao como si lo hicieran al kilómetro cero del pop. Y sí, como no, de León. Tal es el caso de Rafa Álvarez, experimentado productor y realizador de televisión, siempre en el exilio. O Eduardo de Paz, en la capital por aquello del éxito de su hijo jugando al Curling. Todos en torno a esas canciones que surgieron en aquellas tardes en la Plaza de las Tiendas.


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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