Corrientes Circulares [Es]: Crónica concierto Teatro del Barrio
Cooper: Una noche entre amigos
Crónica del concierto en el Teatro del Barrio (Madrid) del pasado 5 de abril de 2014.
Cooper no es un grupo al uso. Tienen algunas de las letras más elaboradas del pop en castellano y, de hecho, algunas de las canciones más bonitas del pop patrio. No tienen una legión de fans histéricos, tienen a sus fans, fieles algunos de ellos desde la época de Los Flechazos. Están presentes en festivales pero no ahogan con su presencia en cada cartel de cada cita festivalera. No hacen giras interminables pero los encuentras con cierta frecuencia, igual en sala que en la presentación de un libro. Por ello, pensar en un acústico de Cooper no es sólo sentarse en un teatro a escuchar canciones tranquilas (ni mucho menos) y nos los encontramos en un teatro que te avisa con letras grandes de que se puede acceder con bebida a la sala. Tampoco es lo usual. También nos gusta.
Con sold out desde un par de días antes del día C saltaron al escenario Alejandro Díez y Mario Álvarez, armados con sus guitarras y arropados con un fondo con proyecciones de los vídeos correspondientes a las canciones, comenzando la noche con Un Nudo En La Garganta. Saludos al respetable y una dedicatoria “a los que nos están con nosotros”, para Canción De Viernes. ¿Qué un teatro puede parecer algo un poco frío con el público sentado y las luces tan tenues? Para nada. Alejandro, en un improvisado monólogo con aventuras variadas de sus últimas presentaciones de libros (Editorial Chelsea, muy recomendables), consiguió crear un ambiente íntimo, de reunión de amigos en pocos minutos. Es momento para Alicia, canción que hacía tiempo que no tocaban, como nos contaron antes de sonar sus primeros acordes. Oxidado y Círculo Polar fueron las siguientes en el setlist, intercaladas con más anécdotas. A continuación, En El Sofá. Y sentados o no, en acústico y en eléctrico, Cooper nos hace bailar. Así, en este punto se empezaron a ver cabezas moviéndose al ritmo de la música.
Nos contó el leonés que la siguiente canción no suele estar casi nunca en su repertorio acústico, pero se la pidieron hace poco. Se trataba de Primer día, así queda preciosa y desde Corrientes Circulares, queridos Cooper, os pedimos que la toquéis en este formato a menudo. Hyde Park, uno de los himnos de Cooper, sonó a continuación, con dedicatoria al paso del tiempo incluida. ¿Cómo no vamos a bailar esto? Coros, palmas… y cuerpos que se mueven más allá del mero cabeceo desde las butacas. Y ese ambiente de historias que sonaban a confidencias que bien nos podía haber contado con una caña en la barra de un bar, o un café con magdalenas en una mesa camilla y que nos mantenía las sonrisas perennes.
El próximo 20 de mayo entrarán en el estudio para grabar los seis temas que van a formar su próximo EP que Elefant lanzará después de verano. La primera de estas canciones que pudimos escuchar (adelantándonos que en el disco va a sonar más guitarrera, con más fuerza), Bengala, trata sobre que, a veces, el amor es como los fuegos artificiales, luminoso, grandioso, pero dura demasiado poco. Aparecen y piensas ¡qué bonito! Pero en realidad es una baliza de socorro. Tras ella, la altamente coreada Cierra Los Ojos. Para continuar y antes de la canción de la chica que tendrá 20 años eternamente, Steph, Alejandro bromeó tocando una estrofa de Tómame o Déjame, de Mocedades (en una mezcla imposible y resultona, a su vez, con Without You de Harry Nilsson), “esta canción a veces la tocamos en las pruebas de sonido ¡qué caras ponían los del FIB!”. Para, posteriormente, perdernos por el aeropuerto con 747.
Fernando de la Flor, del grupo Gente Joven, contaba en una entrevista que su grupo hace “pop de merendero” y Alejandro nos contó que le gusta ese término, “El verano es algo mágico y esta canción suena a verbena”, para dar paso a otra de sus nuevas canciones: Entre Girasoles. Se acercaba el final con Mi Universo y Cerca Del Sol y el teatro se estaba convirtiendo en una fiesta. Alejandro Díez nos dijo que esperaba que quedara la sensación de que estaba siendo algo especial porque para él lo era. Y el colofón llegó con Arizona, momento en que la gente se puso de pie y bajó alrededor del escenario a bailar, como en un guateque, o en una verbena.
No hay concierto sin bis y no defraudaron con canciones míticas como son Seis menos diez y Ráfagas (que el público había pedido varias veces) y con la gente cada vez más apiñada a pie de pista. Para terminar, la noche continuó con una fiesta beat con Cooper a los platos y poco a poco nos fuimos yendo del teatro, dejando unas cuantas vespas aparcadas en la puerta y la sensación de haber presenciado una noche muy especial y donde cada canción iba dedicada a todos nosotros, uno por uno.
Fdo. Mamen García