Entrevista "Aeropuerto"
Cooper, enamorado de Londres y Lisboa
Texto: J.F. León
“Aeropuerto” es el nuevo álbum de Cooper, un puñado de nuevas canciones acompañan a las de sus últimos epés.
Alejandro Díez es un músico que tiene mal acostumbrados a sus fans, les mima. Quizá demasiado, porque ya casi nadie pone en la calle un epé cada pocos meses con nuevas canciones. Es un contacto constante que le agradecen. Pese a todo no abandona el larga duración, ya que a muchas de esas canciones les añade otras cuantas nuevas, con lo que el factor sorpresa se mantiene vigente. Es el caso de “Aeropuerto”, un disco que engancha precisamente gracias a algunas de sus nuevas canciones…
He de confesarte que me he enamorado de “Hyde Park”…
Juego con ventaja, porque Londres es una ciudad que le gusta a mucha gente, es una ciudad muy musical y muy pop. Muchos amigos me dicen que al ver el vídeo les entran ganas de volver, que me tenía que esponsorizar British Airways.
La letra, al igual que alguna otra, tiene un puntito nostálgico, no me malinterpretes, pero casi podría ser de los Flechazos. ¿Estás de acuerdo?
Es muy nostálgica, a diferencia de las otras de Cooper. Puede que haya algo de Los Flechazos en ese tema, pero sé que no la habría podido componer entonces… Pero sí, es muy mía.
Sin embargo en lo musical hay apuestas arriesgadas, o sorprendentes, como Lisboa…
Quería el sonido de una cajita de música, que entroncara con la belleza triste de un lugar que conoció mejores momentos pero que sigue siendo mágico. En el proyecto iba a ser solamente una pincelada, ni siquiera una canción, pero creció en el estudio.
En cualquier caso, parece que eres como el vino, que con los años ganas, bueno, me refiero a tus canciones. ¿Tienes algún secreto?
Yo estoy muy contento de algunas de mis canciones, y en cambio otras me parecen prescindibles. Pero no siempre mi opinión coincide con la de la gente, con el público que va a vernos, así que doy salida a la mayoría de las cosas que se me pasan por la cabeza con la esperanza de que a alguien le gusten. A pesar de lo anterior, tiendo a ser muy sincero con la música que hago: ni intento ser otro, ni cantar como otro, ni decir cosas que no piense.
Supongo que tienes asumido que tus fans no acojan tus álbumes con la misma expectación que los de otros grupos, porque en realidad el número de canciones nuevas que has ofrecido en “Retrovisor” y “Aeropuerto” es, más o menos, el mismo que en cualquiera de tus singles…
Los álbumes van dirigidos a un público más “generalista” que el de los epés. Hacemos un esfuerzo para que aquellos que ya tienen los epés disfruten con el disco grande, pero en realidad los álbumes son un peaje que hay que pagar cada cierto tiempo para que te hagan caso los medios menos especializados, para tocar en los festivales, para estar más en boca de la gente… Por lo menos contiene cuatro canciones más, un nuevo epé, como tú dices, y alguna sorpresa más. Y hay una segunda razón que para mí también es muy importante: los epés se descatalogan, pero espero que los álbumes de Cooper estén disponibles mucho tiempo. De esa manera las canciones siguen vivas. Yo he sufrido que los discos de Los Flechazos sean inencontrables, que no se reediten adecuadamente, y no quiero que vuelva a pasar.
La ventaja de tu forma de trabajo es que estás siempre activo, creando canciones, y así evitas dejar “los deberes” para el último momento…
Sí, siempre. Y además siempre tenemos excusa para dar conciertos, para salir de gira, para presentar algo nuevo si nos llaman. Yo estoy muy contento de cómo ha funcionado la estrategia de los epés… ¡Hasta hemos sido número uno siete semanas! (risas) Pero también reconozco que tal vez haya llegado el momento de plantearse un “gran” disco, de arriesgar un poco más.
Pero me temo que, en cualquier caso, lo de hacer epés es más bien un tema romántico que de disciplina, ¿no?
Lo romántico pesa mucho en Cooper: editar casi todo en singles porque es el formato pop que triunfó en los 60 y en tiempos de la new wave, ediciones en vinilo, una pista extra escondida de 55 minutos en el último epé con un concierto de regalo, singles de regalo en alguna gira con la entrada, discos de Los Flechazos que están a 30 euros en las ferias de coleccionismo y que nosotros vendemos a 5 euros en el puesto de merchandising de la gira, colaboraciones en recopilatorios de homenaje aunque los que lo editan no paguen ni la grabación… Pero creo que es un romanticismo compartido con Elefant, nuestro sello. Es una manera de hacer las cosas, tal vez demasiado artesanal para el gran público, pero espero que apreciable para los apasionados de esta historia.
Aunque luego, de repente, aparece una canción exclusiva en MySpace. Imagino que se trata de aprovechar las ventajas que ofrece vivir en el siglo XX, pese a que pueda chocar a alguien amante de la estética de cuarenta años atrás.
A mí me apasiona disfrutar de esas posibilidades, dar acceso a mi música a todo el mundo. Y me gusta mucho MySpace porque está muy dirigido a los amantes de la música. En realidad no somos punks, pero la ética del “háztelo tú mismo” está muy presente en el entorno de este grupo. Grabamos en el estudio del guitarrista, llevamos técnico de sonido propio que es un amigo y el otro socio del estudio, el roadie más de lo mismo, los vídeos los hacemos con Juan Zabriskie, que es amigo y un gran artista… Tenemos una gran capacidad de producción, de generar proyectos y poder realizarlos. Y los resultados son, al menos para mí, muy satisfactorios. No somos la Factory de Warhol, pero no nos podemos quejar. Y la escena sixties son como cualquier otra escena hoy en día: todos tienen facebook, myspace, foros propios…
Un buen amigo, que probablemente es tu fan número uno, dice jocosamente que ser mod ahora mismo es algo tan anacrónico como votar al partido carlista.
Pues yo creo que no. Los mods se han distinguido por saber adaptarse a las modas manteniendo el espíritu de su credo, y siempre sorprendiendo por su elegancia y estilo. Piensa que en el Londres del 64 el R&B era una moda, no solamente los mods lo escuchaban. Lo mismo pasó con el soul, el folk, porque aunque muchos mods lo nieguen, el 65 fue el año del folk en Inglaterra y los mods estaban allí (risas), tema para la polémica, me temo. Lo mismo pasa con el reggae, y más tarde el pub rock, porque los mods seguían a Dr. Feelgood, por ejemplo. Y podríamos seguir con el punk, la new wave, la psicodelia ochentera, el acid jazz, el sonido madchester, el pop indie, el brit pop, e incluso el hip hop. Luego están los mods puristas que aceptan que en los sesenta los mods originales cada semana cambiaban sus modas en música, ropa y estilo de vida, pero que no están dispuestos a hacer lo mismo ellos. Yo lo entiendo y me encanta, a mí también me ilusiona llevar la misma camisa que llevaba Pete Townshend de los Who en una foto del 65, pero yo soy yo y vivo mi vida, no la de otra persona. Toda esa historia de la “autenticidad” a mí me parece muy de rockabillies, la verdad, pues los rockers en los sesenta despreciaban a los mods por ser cambiantes, por no ser autenticos y seguir las modas. Por todo eso yo pienso que se puede ser mod ahora, y ser mod con 50 años, y romper mil reglas que para eso están, para ser rotas.
Más de uno ha trazado paralelismos entre tu carrera y la de Paul Weller. ¿Contento con la comparación con el modfather?
Un pelín harto.
Entiendo, pero, ¿qué te ha parecido su último trabajo? Porque parece que las opiniones en esta ocasión son bastante controvertidas...
No me gusta hablar mal de nada, y menos de un tío tan respetable. Si digo que no me gusta va a parecer que quiero marcar las distancias, y mi figura palidece ante un artista así. Pero su último trabajo, “22 Dreams”, me lo regalaron porque yo no me lo quería comprar, y no me ha gustado. Aun así le adoro.
Los artistas que empiezan siendo parte de un grupo a veces tienen el lastre de que la gente sigue echando de menos su grupo. No parece que sea tu caso, porque parece que mantuviste sin demasiados problemas a los fans que tenías de la etapa de Los Flechazos, ¿no crees?
No te creas, hay muchísima gente que prefiere a Los Flechazos. Yo acepto esto como una prueba de que son dos proyectos diferentes, para un público diferente y llevados a la práctica por dos personas diferentes, el Alex de 20 años y el de 40.
El Purple Weekend lleva años siendo una auténtica referencia a nivel mundial dentro de la escena sixties. Supongo que será todo un orgullo ser el padre de la criatura...
Muchísimo, es un gran festival. Yo lo disfruté desde dentro y ahora tengo la oportunidad de hacerlo desde fuera.
De las grandes bandas de los sesenta que han acabado pasando por el festival, ¿con que actuación te quedarías?
Qué pregunta más difícil… Los Remains estuvieron grandiosos, fue muy emocionante su concierto. Hace unos tres años me pillé el epé español que se editó en la época por una suma de euros que me avergüenza confesar, pero yo me lo merecía: después de popularizar “Don’t Look Back” aquí y de reunirlos tras 27 años de inactividad para que tocaran en un sitio como León: ¿quién se merecía ese disco más que yo?
Cooper [Heineken.es]
foto: Archivo Elefant
Cooper [Heineken.es]
foto: Archivo Elefant
Cooper [Heineken.es]
foto: Archivo Elefant
Cooper [Heineken.es]
foto: Archivo Elefant