Art?culo concierto ac?stico Centro Cultural San Juan Bautista [Madrid]
Cooper, war on drugs, lukah boo, elvis perkins... en Madrid
Me quito el peso enorme de pereza de encima y el poco meritorio record de llevar más de dos meses sin escribir una línea en este blog para apuntar algunas cosas sobre los últimos conciertos que he visto en madrid. son solo cuatro. podían haber sido muchos más porque la oferta ha sido generosa para tipos como yo. pero unas veces el cansancio, otras los compromisos laborales y en alguna ocasión un resfriado de los que duran semanas, me impidieron acercarme a ver más conciertos.
Cooper estuvo actuando en el centro cultural san juan bautista, en arturo soria. un sitio no habitual para cooper ni para ningún grupo. este centro cultural ha programado de la mano de pop producciones un montón de conciertos interesantes durante los últimos meses. todo un lujo porque el centro cultural dispone de un auditorio de tamaño medio cómodo, bonito y con una acústica realmente buena. espero que puedan repetir el próximo invierno. la particularidad de este concierto de cooper es que fue acústico. álex y mario, guitarra en mano y micro al aire. dos acústicas y las voces no parecen a priori la mejor manera de escuchar a cooper. parte de su encanto reside en la energía de sus canciones. sin embargo, el concierto fue impecable y acertadísimo. decían no llevarlo casi ensayado. no obstante, parece que no era la primera vez que tocaban en este formato. tocaron una tras otra hasta casi veinte canciones. sin darle un especial toque por el hecho de no tener bajo, batería y amplis a los que enchufar la distorsión de los pedales de sus guitarras. y quizás aquí radica la clave de lo bien que les salió el concierto. porque aunque se echaba de menos la caña, se apreciaban mucho mejor otras cosas que normalmente en los directos se pueden perder como los coros de mario y sus arreglos a la guitarra. vuelvo a decir que mario es muy grande como escudero de álex. le hace unos coros perfectos y no falla una en las seis cuerdas. álex estuvo realmente simpático, comentando la jugada entre canción y canción, como suele, pero aquí recreándose en los silencios y las risas cómplices del público. y cantó muy bien. como siempre. me quedo con la primicia del single de su inminente nuevo disco: hyde park. y con la versión de allison, de elvis costello: de libro. una pena que no hayan podido o querido hacerla en castellano. me pregunto qué tal les habría quedado adaptada a nuestro idioma. las proyecciones de sus videos y fotos al fondo del escenario contribuyó para crear un ambiente mágico que disfrutamos todos de lo lindo. no sé por qué pero cuando introdujo una canción diciendo que la había hecho pensando en the concept de teenage fanclub, mi cerebro se fue al primer episodio de las 31 canciones de nick hornby, donde relata lo que sintió al escuchar a los escoceses tocar your love is the place where i come from en acústico en un sitio que imaginé muy parecido al centro cultural san juan bautista de madrid esta noche. no estamos tan lejos de sentir lo mismo los anglosajones y nosotros y mira que somos diferentes...
justo la noche en que el liverpool le metía cuatro chicharros a los de blanco, yo preferí meterme en la otrora sala arena de madrid, hoy conocida por el nombre de esa marca horribilis de cerveza que la patrocina. tocaba un grupo de la costa este americana que con solo un disco grande en su haber (y un primero hecho a base de compilar todo lo anterior a su LP de debut) ya se han ganado el respeto de la crítica más sesuda de ambos lados del atlántico: the war on drugs. no soy muy dado a ir a conciertos sin conocer bien bien a los grupos pero esta vez las ganas de escuchar un grupo de rock que tocara bien fuerte y que me hiciera salir del letargo en el que me estaba hundiendo por culpa de catarros y agobios laborales. así que me bajé a la arena. poco poblada esta vez, la verdad. no seríamos más de un centenar los que nos dimos allí cita. y de estos, pocos los que realmente hicieran caso al concierto como si hubieran pagado la entrada, por eso de que muchos estaban en la barra, bebiendo y hablando. nunca entenderé esto. ante este ambiente tan poco caluroso, the war on drugs hicieron un más que digno papel. antes de empezar el concierto, una horrible pantalla gigante a un lado del escenario te machaca recordándote los próximos conciertos de la sala. pensé que al empezar el concierto, la apagarían. pero no. al menos la primera media hora siguió recomendándonos ir a ver a grupos de toda índole, siendo, junto a las voces de los chicos y chicas de la barra, un elemento ideal para concentrarte en la música de estos tipos de pennsylvania. páis... el caso es que the war on drugs es un grupo de los que califico de intensos. quizás la mejor definición de los mismos podría ser ésta: imaginen a bob dylan girando, en lugar de con grateful dead o the band, con the jesus and mary chain o black rebel motrocycle club. cierras los ojos y te sumerges en canciones largas, de letras interminables recitadas por un bardo desgarbado y de voz particular que aporrea la guitarra eléctrica a veces o la acústica otras, casi siempre pasando el sonido que va de las pastillas al ampli por pedales que saturan la señal. un bajista de los de seguir las notas y poco más y un batería formidable que llena todos los huecos que puedan dejar sus dos compañeros. las canciones son a veces mejores, otras veces más coñazo. pero el problema del concierto es que la intensidad que generan a lo largo de las largas canciones termina no teniendo continuidad entre una canción y otra porque hacer parones largos que no se ven acompañados por los gritos de una entregada audiencia sino todo lo contrario. y ellos así mismos no parecen tomarse muy en serio. es una pena. el concierto duró una hora y veinte minutos. si hubiera durado cincuente y si hubieran enlazado las canciones unas con otras de manera un poco premeditada hubiera salido de la sala flipado. sin embargo, tal y como plantearon en concierto salí con una sensación agridulce por lo que podía haber sido y lo que fue. no obstante, compré su disco y he de reconocer que lo escuché un montón de veces hasta cansarme los días después del concierto: eso sí, a todo volumen. lo mejor de la noche estuvo en anfiel road, de todos modos....
Días más tarde, me acerqué de nuevo en viernes por la noche al centro cultural san juan bautista. esta vez, para ver de nuevo en acción a mi compañero en los happy losers: lukah boo. llegué cuando estaba tocando la mítica the girl who lives behind a glove y el guardia de seguridad me quiso hacer esperar a que terminara la interpretación para dejarme entrar: me pareció bien, por eso del respeto al artista, pero me pareció también raro, por eso de lo del poco respeto que se le suele tener a la interpretación de música pop. lukah boo hizo un concierto realmente entrañable. luego me confesó que había pasado unos nervios tremendos, pero de verdad que no se notó. si duro es defender las canciones en acústico más debe serlo si no tienes más arrope que el de tu guitarra y tu propia voz. que aquí los fallos son solo de uno mismo y no se pueden diluir entre los demás de la banda. y la verdad es que la interpretación de las canciones fue impecable. las de lukah boo en castellano (la gotas que se caen, contemporánea: clásicos instantáneos), las de lukah boo en inglés (in the north, hey boy), las versiones de los happy losers (happy losers, grown-up) o las versiones de otro grupos: winter de teenage fanclub o put the message in the box de world party. el concierto duró casi o más de una hora. guitarar y voz, ya digo. y fue la mar de entretenido. como en el concierto de cooper, lukah puso fotos al fondo del escenario. fotos de cosas que le gustan: grupos, ciudades, personajes. estuvo muy bien pero quizás nos hacía distraer la atención de la letras de las canciones o de las propias canciones. por una parte el invento funciona como ese elemento arropador que no tiene por no llevar banda pero por otra hace que a veces te quedes diciendo: coño, cheers... hubo incluso bises, por supuesto, y muchos aplausos de un público que estoy seguro está deseando que se haga realidad de una vez por todas el debut en disco grande de lukah boo.
Y lo más reciente de todo: elvis perkins en la sala el sol. no hará ni año y medio cuando el hijo del malogrado anthony perkins actuó en la sala moby dick. me lo perdí por un viaje de trabajo. su disco de debut, ash wednesday es una de las cosas más bonitas que descubrí el año pasado. desde la canción qe da título al álbum hasta el último corte. delicado, emocionante, poético. bien tocado, sencilla y efectivamente arreglado. un disco ultra recomendable para el que no lo haya podido escuchar. elvis perkins vuelve ahora a madrid a presentar su segundo disco largo: elvis perkins in dearland. no lo había podido conseguir todavía pero sí la entrada del concierto, que no quería quedarme si verle: me habían hablado maravillas de su paso por moby dick. iba un poco receloso, porque no sabía si me iba a encontrar una puesta en escena más cercana a los clem snide de su momento álgido o a algo más como lo del señor micah tostón p. hinson. gracias a quien sea, elvis perkins es una banda y no un solista que guste de tocar él solo en el escenario. y qué banda. tres multiinstrumentistas le cotejan y de qué manera. un batería que toca ocasionalmente la armónica, hace armonías vocales y en hasta dos ocasiones se levanta de su sillín para colgarse a los hombros un circense bombo y platillo que deja a la parroquia a sus benditos pies. un bajista que creo fue como deberían ser todos los bajistas del mundo: con los golpes de bajo precisos y justos y con un sonido de bajo maravillosamente conseguido. y que además hacía igualmente segundas voces y coros. y en un par de canciones, tocó el saxofón. y un teclista, guitarrista, trombonista y yo qué sé qué más cosas. todo esto para conseguir en el escenario un sonido impecable unido a la maravillosa guitarra del propio elvis. un sonido que a veces, en la partes más fanfarriosas, recordaba a esa otra maravilla del año pasado que es el disco de the felice brothers. sí, señor, creo que en directo pueden estar más cerca de que que the felice brothers debe ser en directo que de lo que eran los clem snide a los hacía mención al principio. qué sonido además: el primer golpe de timbal y bajo del concierto creo que ha sido el de mejor sonido en décadas en la ciudad de madrid. yo no sé si es que había tenido malas experiencias últimamente, pero de verdad que si quieren saber todos los técnicos de sonido del mundo cómo debe sonar una banda, deberían haber estado en el concierto del pasado martes en la sala el sol. felicité a josé lanot, que nunca sé si es el técnico de sonido o el pinchadiscos de la sala. y parece que es el técnico, porque emocionado me dijo que muchísimas gracias por mis halagos, sobre todo porque habían sufrido lo indecible para hacer sonar todos los instrumentos que estos tipos traían consigo y querían hacer sonar a la vez en un escenario tan pequeño como el de la sala el sol. de verdad que todos los elogios son pocos. así de gusto.
elvis perkins salió al escenario el sólo, a la izquierda del todo, donde no suele ponerse el líder en esta sala. y con unas pintillas que me hicieron dudar de si era él o era un segundo telonero: pelo largo lacio y gafas oscuras. el vivo retrato de paco umbral... pero en el momento en que abrió la boca para presentarse (y la abrió poco para decir cosas que no fueran cantar) todo quedo claro. el repertorio se basó casi por completo en el nuevo disco. un disco que por lo escuchado en el concierto es mucho más variado en registros, a veces más bluesy, a veces más rock, otras, de nuevo ese americana-soul que tanto recuerda a las primeras grabaciones de van morrison. a la primera escucha, me quedo con hey, una intensa y melódica pieza que pudiera recordar a los mejores momento de su disco de debut. de este último hizo por lo menos while you are sleeping, ash wednesday y all night without love. vaya tres hits. si algo he de poner en contra del concierto fue que para estar elvis tocando canciones que no tienen más de un par o tres de años, me parece demasiado prematuro el empezar a bobdylanizar, es decir, a empezar a cambiar la estructura, melodía, letras de las mismas... digamos que en ash wednesday fue donde más se notó el cambio. fue más rock. fue más como si la estuviera versioneando jeff buckley. y a veces uno quiere ver y escuchar en directo la interpretación como la del disco, sobre todo cuando la del disco es tan sublime como lo es en este caso. una noche de concierto realmente especial. un tipo al que auguro una carrera larga y directa al estrellato. porque además tiene presencia y antecedentes de esos que te pueden hacer salir en medios ajenos a la buena música pero que reportan descargas y ventas a miles de tus canciones. espero que todavía se le pueda seguir viendo en salas pequeñas como el sol y no pase como con wilco y las entradas a 80 euros de madrid.
Telonearon a elvis perkins, clovis, en formato reducido a dúo. llegué cuando estaban terminando. estaban haciendo una muy simpática versión del everyday de buddy holly: hace ya cincuenta años de ella. fino de hecho fue invitado por elvis perkins a subir a tocar con ellos una canción. y lo hizo sin haberla ensayado nunca jamás antes. con dos cojones, que se suele decir. y lo hizo muy bien. aunque ese bajo tan enorme y cogido tan arriba pareciera estar haciéndoselo pasar realmente mal. si la gente respetara al grupo telonero y se callara cuando tocan podría haber apreciado algo más de estas versiones, lou reed incluído. pero me temo que me fue difícil hacerme a la idea de qué tal lo hicieron. y es que la sala el sol estaba llena: se había colgado el cartel de entradas agotadas nada más abrirse la taquilla.
Cooper [Blog Diego A. Manrique]
foto: Archivo Elefant