Verlanga [Es]: "Ada" Canción a canción por Paco Tamarit
Bienvenidos a la República Independiente de San Francisco
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El pop en sus múltiples variantes anida en el cerebro de Paco Tamarit. Una máquina infalible a la hora de componer elegantes gemas en formato canción. Hits radiantes que van del sunshine pop al soft-pop, pasando por el folk más confortable, como el que pasea por el pasillo de su casa. Estribillos imposibles de dejar de tararear, coros que trasladan a otra dimensión, arreglos que embellecen lo sublime. Las seis canciones de “Ada”, el debut de San Francisco (nombre que Tamarit añade en su trayectoria a los de The Flauters, Serpentina o Señor Mostaza), editado por Elefant, son como un pequeño país del que no escapar nunca para hacer turismo. Este sábado, en formato acústico, se podrá degustar en Tulsa Café, dentro del ciclo Aperitiver. Antes, le pedimos que nos deconstruya, musicalmente, los temas de su debut discográfico.
Ada hoy se va a enamorar
Aquí encontramos guiños musicales a la canción “Our dream” de The Munx y el arreglo de guitarra del “Titubeas” de Pauline en la playa, que es un grupo ¡¡¡que me chifla!!! “Ada” es mi canción favorita de todas las que he hecho hasta ahora. La compuse mientras me adentraba en la paternidad primeriza; en esos momentos en que te quedas mirando embobado a tu bebé y tu cabeza se pone a mil por hora imaginando cómo será todo dentro de 15 años. Todas esas sensaciones están encerradas en la canción y, cuando mis hijos sean mayores, se rían de mí y decidan hacer su vida, la escucharé haciendo revivir estos años tan tiernos. Ha sido una especie de inversión. Un seguro de salud mental para la vejez. Musicalmente además, como es tan estándar, puede llevarse a cualquier terreno. De hecho, este sábado en Tulsa, pondré en la guitarra un eco corto, haciendo fingerpicking y, quitando todos los acordes de paso del estribillo, haré que parezca una canción de 1956.
Todos los besos del mundo
Una canción que le dedico a mi amigo Paul Bevoir. Y a sus hijas, Tilda y Pru, que son puro amor. Además de ser uno de mis compositores favoritos de todos los tiempos, es una persona con un corazón enorme. Compartimos un montón de filias musicales: la canción “Grocer Jack”, de Keith West; el “We can fly” de los Cowsills; Carole King y Jerry Goffing; los Carpenters… Grabé un par de guitarras para su próximo disco, que espero que salga pronto porque es enorme. Musicalmente esta canción tiene como referente la canción “Getting to know you”, versión de Sajid Khan, que me descubrió Don Sicalíptico, como otras mil, en una de sus maravillosas listas.
BSO
Lo primero que compuse de esta canción fue la pianola que se oye y que toca tan magistralmente Luis Prado y cuyos referentes cito directamente en la letra de la canción: “Cómic Strip”, de Serge Gainsbourg; “Time”, de David Bowie y “Rocky Raccoon”, de los Beatles. La parte anterior está más encerrada en el universo Brian Wilson, con esa melodía del bajo con delay corto de tres repeticiones, los arreglos algo psicodélicos, la nota “al revés” sonando como un zumbido durante toda la canción…
Una vaina bajo tu cama
Siempre he querido componer una canción que empezará con el clásico “pum pupum chan” del “Be my baby”, de las Ronettes. Casi todas las canciones que empiezan así, me chiflan: “Dont worry baby”, de los Beach Boys; “Just Like honey”, de The Jesus and Mary Chain; “La estatua en el jardín botánico”, de Radio Futura; “La niña más hermosa”, de La Casa Azul,… Está inspirada en la película “La invasión de los ladrones de cuerpos”. Vi la película de niño y me dejó muy marcado. En la parte noise central meto un trocito del doblaje en español de la peli.
Cartoon
La música de esta canción tiene mucho que ver con el “Go to the sunshine”, de los Harpers Bizarre, uno de los grupos que más me gustan del mundo. La modulación que se produce en el estribillo es la misma que encontramos en la cabecera de Verano Azul, otro top en mi vida. Carmelo Bernaola es un genio. Hizo la música de La Clave y de Verano Azul, que son melodías como antípodas. En medio de eso cabe el mundo. Lo gracioso de todo esto es que el colega considera estas Obras Maestras absolutas como música menor, cosas de encargo. Pasa lo mismo con Antón García Abril: “Sor Citröen”, “Crimen imperfecto”, “El hombre y la tierra”, “Anillos de oro”, “La colmena”… ¿Música menor? ¡¡¡No lo entiendo!!!
El lugar que te enseñé
Aquí el referente está clarísimo cuando la escuchas: Gilbert O’Sullivan. La melodía de esta canción la tengo desde hace décadas ya… Era una melodía guardada en un cajón, que Pablo Maronda toco con su varita mágica llenándola de vida y de sentido. Luego, haciendo un ejercicio de retorcimiento simpático, me pareció una buena idea que fueran los niños quienes aportaran “la voz de la experiencia”. El solo de órgano fue cosa de Carlos René, como la infinidad de arreglos que suenan a lo largo y ancho de todo el disco y que han hecho que suene infinitamente más moderno.