El Salto [Es]: “Lo que yo hago es la música que se escucharía en un bazar en el año 3000”
Puto Chino Maricón: “Lo que yo hago es la música que se escucharía en un bazar en el año 3000”
Si eres suscriptor o suscriptora de la revista El Salto, te servirá esta información para saber de qué va Chenta Tsai: le encanta Visual 404, la sección más trash de Radical, y conoce el medio por esta entrevista a Clara te Canta, de la que es muy fan. Si no lo eres, te diré que en su cuenta de Instagram sus locos estilismos conviven con un “no es abuso, es violación” con la misma naturalidad con la que en su vida combina el vowel and bass con el violín. Cuando le pregunto qué le inspira, me da una ristra de referencias que hubieran sido indescifrables para esta señora que escucha PJ Harvey y Patti Smith sin la ayuda de mi amiga más folclórica y pop, Tania B. Martínez. A Chenta Tsai, Puto Chino Maricón, cuyo concierto este viernes en La Casa Encendida de Madrid forma parte del programa “Princesas y Darth Vaders” (del 1 al 3 de junio), tienes que quererlo por su tema Tú no eres activista o Marica Pika Pika. En sus conciertos lleva una botella de Cristasol (pero dentro hay agua, advierte) porque “hay mucha mierda que limpiar”. Vallecano hasta los 12 años, un día decidió empoderarse con un poco de teoría feminista y buenas dosis de militancia antirracista. Y este es el resultado. En tu Instagram, tus estilismos de chándal con un toque de Pontejos conviven con “no es abuso, es violación”. ¿Te ha molestado la sentencia de La Manada? ¿Puto Chino Maricón también es feminista? ¿Eres de World Pride o de Orgullo Crítico? ¿Quién es la gente de mierda? Toda la gente que nos oprime y que nos ha hecho sentir pequeñes en algún momento de nuestra vida. Pero esta canción no quiero que caiga en el victimismo, quiero que sea de empoderamiento. Por ejemplo, yo antes me sentía avergonzado por ser chino. Porque en la calle te miran, asocian ser chino con algo negativo, te llaman “chino de mierda”, en los trabajos llegaban a insinuar que como eres chino vas a cobrar menos... He perdido el hilo. ¿Empezamos? [Risas] ¿Quién es la gente de mierda? Etiquétate tú. Uf. Pues mira, me cuesta hasta etiquetar mi género, ¡como para etiquetar mi música! Pero yo digo que si hay que etiquetarla, es esto: música que se escucharía en un bazar chino en el año 3000. Esa es la ideología y el sonido. Algunas etiquetas que he encontrado sobre lo que haces son fast music o subnopop… Apunté subnopop porque creo que parte de tu marca personal es reapropiarte del lenguaje, como haces con putochinomaricón o feminazi. Yo tampoco estoy segura… Lo vuelvo a intentar: racializades, compañeres, puto-chino y feminazi. ¿Jugar con el lenguaje forma parte de lo que haces? ¿Entonces no dices bajar al chino? ¿Cómo le has dado la vuelta a eso? Por lo que cuentas, sufriste bullying. ¿Era bullying homófobo, racista o simplemente es que hay mucha gente de mierda? ¿Cómo se tomó tu familia este empoderamiento, esta ruptura? En mis conciertos, me emociona ver a gente que no pisaría un concierto en su vida. Hace poco toqué en Valencia, había dos personas enfrente que eran asiátiques, una de ellas era disidente sexual trans asiátique, y al acabar me dijo gracias por esta plataforma. Y yo flipando. Me dijo: “De verdad que has abierto un espacio para persones como nosotres”. Eso me enriquece. Me quedo con esas personas que vas conociendo, porque descubres que no estabas solo. Dios mío, ¡si hubiera existido Instagram cuando era joven todo habría sido tan fácil! ¿En quién te inspiras? En muchísima gente. Yo existo como una combinación de opuestos. Siempre me he sentido en la frontera de todo, por eso utilizo el pop como base, la letra y mi voz para reivindicar, que son opuestos porque el pop no se suele utilizar para cantar sobre lo irreverente. Entonces choca que utilices el pop para cantar Puto chino maricón, porque no es un género abierto a este tipo de enunciados. Yo existo en la frontera. Aparte de Marsha P. Johnson, me he metido a saco en el voguing, y me está dando clase Silvi ManneQueen. También me inspiran cosas muy mainstream como Charli XCX o Spice Girls, porque es el contenedor que utilizo, aunque sea con otro tipo de enunciado. Me inspira mucho la gente que ha sabido conjugar el lenguaje mainstream y el lenguaje considerado disidente, como Elene DeGeneres, Quay Dash o Grimes. Ella es la razón por la que escribo música, me encanta y es una de las pioneras en la producción. Mira, yo tenía un profesora que me daba clase, no te voy a decir qué asignatura. Y en una clase nos dijo que el pop y el rap no eran música. Y yo what the fuck, ¿cómo podemos ser tan puristas? Por eso hace poco en un concierto al lado libre para Radio3, al lado de mi conservatorio, pensé “voy a decir unas palabras a mi profesora desde aquí”. Y dije: “¡Que viva el pop!”, y le dediqué todas mis canciones, en especial Gente de mierda. ¿Cómo es ser millenial chino y gay?
Claro que sí. Se ha resuelto de una forma muy inhumana y muy poco considerada.
Soy aliado.
Descubrí el Orgullo Crítico el año pasado y encontré mi lugar ahí. Desde entonces he conocido a un montón de compañeres que además están en el 12N o en SOS Racismo. De hecho, estoy en SOS Racismo con la nueva presidenta haciendo un proyecto de cartografiar y denunciar las paradas racistas que ha habido en Madrid. Cuando me invitaron al Orgullo, yo hice una open call en Instagram en la que llamé a gente que no se sentía representada por el World Pride para molestar un poco en el escenario, porque ¿dónde están las mujeres trans o las lesbianas en el World Pride? Me tiraron un móvil en la entrepierna, pero yo lo recibí con orgullo: algo he hecho bien si ha molestado.
Vale, porque van a decir ¿este chino qué dice?
Todas aquellas personas que nos han oprimido, nos han hecho la vida imposible o nos han hecho sentir pequeñes. Pero en ningún momento quiero que esta canción caiga en el victimismo, sino en el empoderamiento.
¡Ay! Eso del subnopop es un poco capacitista. Yo sé que lo ha inventado Ojete Calor, que son unos genios, pero no me gusta ese término. Tampoco me gusta electro-disgusting, que es otra etiqueta que me han puesto. Parece que cuando cantas sobre temas que no sean el amor romántico o basados en la misoginia ya eres subnopop, o electro-disgusting.
Ah, claro. Pues me asocio más con la teoría queer, porque queer no tiene una carga negativa muy fuerte. Yo lo que hago es apropiarme de un insulto y quitarle la connotación negativa. Creo que no he respondido a tu pregunta.
[Más risas]
Totalmente. El lenguaje está muy vinculado al progreso, no solo en las políticas de identidad, y creo que es importante adaptarse. Igual lo que decimos ahora se caduca y en cinco años tenemos que reflexionar y buscar otros términos. Los bazares y los todo a cien hay quien los asocia con chino, y estas ideas son microrracistas y esto en cinco años se va a cambiar. Afroféminas tiene un artículo donde explica que mientras que la palabra negro tenga una connotación negativa van a utilizar afrodescendientes. La evolución del lenguaje es la evolución de la humanidad y de las políticas de identidad. Creo.
No, no, no. Antes lo decía, las cosas como son. Porque ser racializade no te quita el racismo y, quiera o no, he sido educado en un entorno occidental e inconscientemente también he sido machista y racista hacia mí mismo. Yo no me aceptaba como persona taiwanesa, me veía infrahumano. Porque yo aprendía de las calles, y de mis amigues, y lo que se me transmitía es: “Como tú eres chine, no eres atractivo, te van a explotar en los trabajos”. Me decían: “No vas a ser músico porque no tienes una imagen que vender y a nadie le interesa la vida de un chino”.
Estaba harto. Porque estaba viendo que el movimiento feminista estaba moviéndose y así, por ejemplo, en el especial de Nochevieja de José Mota dieron una plataforma al movimiento feminista (aunque un poco chunga y cuñada), mientras que no sentían ningún remordimiento en meterse con la comunidad china, y nadie decía nada. Por eso lo hice yo. Estaba harto, estaba cansado de vivir como una víctima, de bajar la cabeza y decir: “Soy un inquilino, estoy invadiendo vuestro espacio”. Y pensé: “Voy a aprender del feminismo y de mi entorno, y de La Manada negra, que es el bloque racial y migrante dentro del Orgullo crítico”. Aprendí muchísimo de elles porque están empoderades y me enseñaron mucho en cuanto a quererme a mí misme y, ¡mira qué básico!, a aceptarme y a considerar que mis sentimientos son importantes. Que cuando vaya por la calle y me llamen “puto chino de mierda” es normal que me ofenda. O que, cuando una persona me haga yellow facing, eso me tiene que ofender y eso es válido, porque había llegado a un punto en el que pensaba que eso era normal y tenía que comérmelo. Venía de estar harto, y no quería vivir más así, y dije: me voy a empoderar. Soy migrante, homosexual y disidente, y estoy completamente feliz con mi disidencia. A la mierda todas las opiniones y este racismo social e institucional que estoy viviendo y que viven muches de mis hermanes.
A ver, no quiero insultar a todo el mundo. Pero, jolín, es que hay muy poca educación respecto a las políticas de identidad, respecto a todo lo que es distinto a lo heteronormativo. Yo desde pequeño sabía que yo tenía una sexualidad disidente. A los tres años estaba enamoradísimo de un carnicero, y me lo decía hasta mi madre. Por eso me hizo gracia que mi madre se sorprendiera tanto cuando salí del armario, que fue hace poco. Yo era el único racializado en mi colegio y allí, si tú eras diferente, se metían contigo. Y sí, era jodido ser homosexual en el instituto en aquel entonces porque no había referentes en el mainstream y no había Instagram. Y de repente salía yo, que me ponía bragas o jugaba a las Bratz y me daba igual, y era un poco what the fuck, qué hace este chino.
La verdad es que al principio se lo tomaron muy mal, mi madre mucho peor. Imagínate: mi madre quemó unos huevos cocidos. ¿Es posible quemar unos huevos cocidos? No me habló en varios meses y, de repente, cuando vio que la gente me tomaba en serio, empezó a entender mi trabajo. Porque mi madre tenía miedo, no sabía lo que era ser homosexual y, en realidad, estaba deconstruyéndose también, porque también era de esa idea de estar colonizando un espacio que no es nuestro. Poco a poco fue deconstruyendo, y ahora, por ejemplo, va a restaurante españoles, cosa que antes o hacía: se va abriendo y me encanta que esto le esté abriendo la mente, no solo a mi familia, sino a otres muches personas recializades que han sido incomprendides.
No soy un ejemplo bueno porque muchas personas asiátiques que tienen una disidencia sexual no tienen mi plataforma. En Grinder o Tinder hay personas que especifican que no quieren quedar con asiátiques. Por eso creo que yo hablo un poco desde el privilegio, porque tengo una plataforma. Ser una persona racalizade mola porque estamos ganando más voz, pero a la vez es un poco chungo porque nos han dejado mucha mierda.
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