Select year:
t

15/03/2018

Je Ne Sais Pop [Es]: Putochinomaricón: “Me interesa más magnificar el portátil que el violín, que me parece un cliché”



Putochinomaricón: “Me interesa más magnificar el portátil que el violín, que me parece un cliché”

Por  

 

 

“¿Eres JENESAISPOP?”, pregunta un chico al salir del metro de Antón Martín, donde hemos quedado hace media hora. “¿Eres PUTOCHINOMARICÓN?”, tendría que haber contestado en lo que podría haber sido la conversación más absurda en 1 kilómetro a la redonda. He quedado con Chenta Tsai en el centro de Madrid para hablar de su proyecto y también para concretar su participación en una nueva sección del site, en la que distintos músicos y personalidades hablarán de un tema del que sean expertos o fans. Ante la falta de sitio en los bares tranquilos de la zona -y media hora esperando a un artista da para mucha búsqueda- terminamos en un indio de la calle Atocha donde, por la hora que es (17.30), estamos solos. Chenta pide leche de soja y yo un té rojo con sacarina. No hay ni de lo uno ni de lo otro y juraría que los camareros -dos, uno para cada uno- flipan con nuestros temas de conversación, pero quizá solo sea mi imaginación.

 

Chenta Tsai llegó a España a los 6 meses, pero “para no liar” más su discurso, suele decir que nació aquí. Estudiante de música de Conservatorio de los 7 a los 21 años, en concreto violín (también tocaba el piano desde los 5), realizó luego la carrera de Arquitectura, terminando con Matrícula de Honor. Y después de años estudiando, ha creado un proyecto electropop llamado Putochinomaricón en el que se ríe de la adicción a las redes sociales, de falso activismo y también de sí mismo, además de luchar a favor de la causa LGBTI+ y reflexionar sobre apropiacionismo o roles de género. La solidez de su discurso y lo dinámico de sus hits y performances le han llevado a fichar por Elefant, donde edita mini LP el 20 de abril, o por el Sónar, donde pasará en junio. Este viernes 16 de marzo también actúa en Ochoymedio (Madrid) junto a El Último Vecino (últimas entradas disponibles en Ticketea). Cita imprescindible: no hay más que verle hacer voguing, pero hay mucho más. Para muestra, esta entrevista, una de las más interesantes que hayamos hecho jamás. Mañana habrá una segunda parte en la que nos hablará más del Conservatorio y de Arquitectura, pero sobre todo de Charli XCX, en una nueva sección llamada Meister of the Week.

Leí en septiembre que salía tu primer disco de manera inminente, pero solo ahora se anuncia su lanzamiento en Elefant. ¿Es el mismo disco?
Ese mes me llamó Elefant para sacar un mini LP y eso retrasó todo el proceso. Dejarles gestionar esto es un sueño. Las canciones están remasterizadas y hay una colaboración con un artista chileno llamado Ignacio Redard en ‘Tu Puta Vida Nos Da (Un Poco) Igual’. Tiene un proyecto llamado Día Cero, que son los ex La Ley. He añadido 3 canciones más, ‘El Test De La Bravo Y La Superpop’, de la que estoy haciendo el videoclip; ‘Remedio casero’, estilo ochentero pero llevado al trap, con Auto-tune, pero de una forma humana y sensibilizada; y luego ‘No quiero salir’, muy Justin Bieber. Son canciones de transición, estoy explorando los distintos caminos pop, porque siento que estoy evolucionando como artista, y huyendo un poco de lo que estuve creando hace un año.

¿Cómo has evolucionado, más en lo lírico o en lo musical?
Temáticamente no va a cambiar, porque mi vida es aburrida y canto sobre mi vida, es bastante normcore. En cuanto a lo musical sí he evolucionado, cada vez soy más interseccional con mis gustos y bipolar. Me gusta mezclar estilos que no tienen nada que ver. Ahora estoy obsesionado con el movimiento neo-gabber, sobre todo el polaco, como el colectivo Wixapol, y mezclar eso con el folk de Sufjan Stevens crea una explosión sónica muy interesante.

Eres un músico de conservatorio pero haces electropop. Eres violinista, pero no usas el instrumento para este trabajo, no eres Patrick Wolf, Owen Pallett…

 

 

Hay que reivindicar el electropop, el ordenador, Holly Herndon dijo en una conferencia de Red Bull que el portátil es el instrumento más elevado y personal que puede existir. Está impregnado dentro de ti, con él chateas con tu familia, navegas todos los días… Me interesa magnificar el portátil más que el violín, que me parece un cliché. Está sobrevalorado en mi opinión, aunque si me escucha mi profesor, me mata.

 

Entonces, ya no tocas el violín.
Acabé traumatizado del conservatorio. Es una disciplina muy dura y la pedagogía musical está muy mal hecha. No está actualizada. En el Conservatorio de Madrid no hay terapia, y creo que es muy importante para un artista. La técnica Alexander (que previene tensiones, dolores, malas posturas) no era asignatura obligatoria y conocer tu cuerpo y conocer tu mente es esencial para un artista. Está muy atrás la docencia musical. No he vuelto a abrir la caja del violín desde hace 3 o 4 años.

¿Te gusta tener los conceptos bien atados de todo? Lo digo por una referencia a Leonardo DiCaprio en el peinado de uno de tus vídeos.
A mí me encanta ser un artista TOC, como Stanley Kubrick, ves ‘Eyes Wide Shut’ muchas veces y sacas siempre cosas nuevas. Me encanta hacer referencias a mi cultura, a los últimos 20 años, dignificarlo y llevarlo a la actualidad.

¿Cuál consideras tu cultura?
Ah, buena pregunta. Es una mezcla. Tengo influencia de la cultura asiática pero como me he criado aquí, saco referencias de la cultura occidental. En realidad soy taiwanés, pero ahí hay un conflicto en el que no me quiero meter. Soy trilingüe y a veces me invento las palabras, pero en inglés está muy mal visto decir “oriental”, hay que decir “East-Asian”.

¿Y el interés por la cultura este-asiática viene por tus padres?
Mis padres me hablaban más de la historia de China. Ha sido todo investigación propia, sobre todo con la música, en casa de mis abuelos en Taiwan. También me gusta mucho lo pseudo-oriental, los bazares chinos son pseudo racistas, pero me encantan. Me encanta coger los elementos que identifican a los migrantes racializados y dignificarlos: la estética de menús de restaurantes chinos, las tipografías, los objetos que venden y elevar todo eso.

¿Por qué dices que son racistas los bazares chinos?
No, he dicho pseudo racistas. Ya de por sí llamar a los bazares simplemente “chinos” hay que empezar a cuestionarlo. Es un arraigo, “cosas baratas” está asociado a los “chinos”. Igual que tratar a las personas racializadas como si fueran infrahumanos. No me parece bien que Pablo Motos, que tiene mala fama con muchos colectivos, tenga una colaboradora asiática, y que sea paródico. Los cambios son muy lentos, son a largo plazo.

¿Hay un problema de falta de referentes, quizá?
Es el racismo estructural. Hay pocos referentes, pero cada vez más. Está el Colectivo Afroféminas, mujeres afrodescendientes reivindicando, el 12-N, SOS Racismo… Se están deconstruyendo muchos constructos, como en el feminismo.

¿Qué opina tu familia de tu música tras haber estudiado toda la vida violín?
Pero es que después de violín, me metí en Arquitectura, tengo Matrícula de Honor. Mi padre está muy enfadado: “Has estado 9 años estudiando, y esto podías haberlo hecho sin estudiar”. Pero yo le digo que para nada. Yo le justifiqué que los visuales, mi reivindicación… no serían lo mismo sin la Universidad. Salí del armario el año pasado, para que te hagas una idea de lo conservadores que son. Todo fue un portazo: “papá, soy maricón, tengo pareja, encima es blanco”… Son tradicionales y quieren que salga con una mujer china o este-asiática… Me llamo Putochinomaricón y no le hace mucha gracia. Siempre está con el deseo de que cambie el nombre.

¿Y tu madre?
Han tenido sus dificultades, pero me han apoyado mucho dentro de lo que cabe. Yo me he deconstruido muy rápido. Empecé a deconstruir mi vida, a darme cuenta de cosas obvias, como que tengo derecho a enfadarme porque me llamen “puto chino” por la calle, hace 2 años. Ha sido todo muy rápido. Ahora tengo insomnia todos los días. Me reprimía al completo y ahora muevo mi culo, estoy “shutting” en la calle y me da igual lo que digan sobre mí. Estoy orgulloso debajo de mi piel.

¿Igual esperan que dejes esto como dejaste el violín y la arquitectura?
Me encanta la música desde pequeño. La música será base de todo lo que haga, aunque termine haciendo exposiciones en el MOMA. Tampoco voy de pretencioso, pero Bowie era de todo, new-romantic, Ziggy Stardust… A lo mejor al siguiente (disco) me llamo Producto. Creo que me voy a llamar Producto, ya tengo un tracklist, he empezado a producir canciones. Me interesa cómo se trata a un artista como un producto. Veo a amigues que están pasando por una fase “soy un producto” que no me mola nada. Y me apetece visibilizarlo. Crear un Frankenstein, y a lo mejor en el tercer disco me llamo de nuevo Putochinomaricón.

Te aconsejarán todo el rato que te cambies el nombre…
Claro. Uno (un promotor) me dijo que quería que quitase “maricón” porque no quería que su fiesta fuera una fiesta de maricas. Ahora somos amigos. En mi primer concierto me censuraron el nombre, hay muchos conciertos que pierdo porque las instituciones o el ayuntamiento no entienden el concepto que hay detrás. Me llamo así como reivindicación. Ojalá me pudiera llamar Flores de Primavera pero esto es una forma de empoderarme. Es la teoría “queer”, coger la palabra “queer” y dignificarla. Todo mi trabajo gira en torno a dignificar cosas oprimidas o de mal gusto, infravaloradas, y llevarlas a la plataforma.

Bueno, has quitado ‘Marikapikapika’ del mini LP de Elefant…
Por estética. Yo soy este-asiático y el reggaetón no es este-asiático. No quiero que la gente piense que me estoy apropiando de una cultura. Ya no me identifica, la letra me encanta, igual la vuelvo a hacer con otra base.

Tengo ideas encontradas del apropiacionismo, entre las opiniones de Azealia Banks, C. Tangana o Niño de Elche…
Me estoy deconstruyendo. Igual hace un año dije que sí, y ahora digo que no. Estoy en bastantes grupos migrantes racializades, tengo compañeras que les molesta, y lo quiero respetar. Hay una diferencia entre apropiación y apreciación. Hay que asumir la lucha si asumes la cultura. No banalizar un estilo. Aprecio todas las culturas, pero intento no apropiarme. A mí me gusta el reggaetón y punto.

No es porque, por lo que comentas, la lucha del reggaetón no sea el machismo o la homofobia. 
No, hay muchas artistas reggaetoneras que reivindican, como Ms Nina.

Hablame del falso activismo, a raíz de tu tema ‘Tú no eres activista’. ¿Ya no es el activismo lanzarse a las calles como antes sino pasarte por Change.org y ya?
Realmente todas mis canciones son reflejos de la realidad de manera paródica. Yo también firmo en Charge.org. Intento ser activo pero no activista porque ahora mismo se está devaluando. Hay gente que usa muchos parámetros para ver si eres activista o no. Lo que hay que ser es genuino con tus principios en lo privado y lo público. Más que hacer un “statement”, con la canción quiero cuestionarlo. Las consecuencias de firmar una petición pueden ser nulas, pero sí creo que es importante salir y tomar la calle porque es nuestra y nos la están quitando.

¿Te sigue encantando Instagram como decías hace 6 meses? Porque esto de las redes va follado…
Es que me encanta, es tan banal… Lo uso justo porque nadie se espera que lo vayas a usar para reivindicar, para difundir. Conozco gente activista que lo rechaza un montón pero Ai Weiwei tiene Twitter, tiene Instagram y reivindica a través de eso. Hay que usar las redes de manera más responsable y dejar de lado la idea de que Instagram es capitalista. Hay que aprender dónde meterte, en lugar de montar un seminario que no está grabado y del que nadie se entera.

¿Tú eres pro-capitalista?
Yo asumo que vivo en la ciudad y que hay reglas en el juego, pero sí creo que se pueden desafiar. Hago fotos de un influencer y pongo un texto enorme hablando de racismo estructural. No todo es “ying o yang”, ¿qué pasa en el centro? Hay que mirar el movimiento LGBTI+ desde todas las perspectivas, como cuando me tiraron un móvil actuando en Sol (NdE: en el Orgullo). No solo quiero tocar en Caracol o en el Sónar, sino en un barrio obrero porque me interesa borrar los límites, crear un diálogo y un discurso.

¿Cómo es que te tiraron un móvil en la Puerta del Sol?
Me llamaron para tocar. Era mi tercer concierto. Fue bastante hardcore. Tenía 10-15 minutos, y monté una convocatoria con personas que no se sienten identificadas con el Orgullo, como las personas trans. Y siempre que hay trans es de un mismo perfil. También las mujeres lesbianas. Entre 10 personas reivindicamos el capitalismo rosa, la poca diversidad del propio Orgullo. Se nos olvida la lucha de Marsha P. Johnson, de Sylvia Rivera. La fiesta está muy bien, como decía Emma Goldman, “la revolución está muy bien, pero si se puede bailar”. Pero un día se nos puede quitar todo, no hay que bajar la guarda. Se ha banalizado mucho el Orgullo, por eso estuvimos en el escenario con estos principios. Y cantando ‘Gente de mierda’, alguien me tiró el móvil en la entrepierna (risas) Los guardias no hicieron nada, y en backstage lo que me llovió… El lema era “Ames a quien ames, Madrid te quiere” y yo: añadí “cuando te conviene”, porque si eres racializado no les importa.

Todo esto en mitad del Orgullo.
Había personas que no estaban ahí para reivindicar. Hay gente que le molesta que una minoría se sienta empoderada y use su plataforma para empoderarse. Y a mí me pasa. También están los de “no te creas tanto”.

No entiendo cómo alguien puede perder su móvil por tirártelo.
Se rompió, lo tiré entre el público y dije: “al gilipollas que me ha tirado esto, recogedlo”. Y me quedé tan a gusto. Bien merecido. Me siento orgullosa, porque he dicho algo que ha molestado. Si no molesta, tu revolución no es una revolución.

¿Llevas las críticas bien en base a esta última frase?
Me ha enseñado mucho Esty Quesada, Soy Una Pringada. Nos ha abierto puertas a todas. Ella me decía: “tú lo que tienes que hacer es molestar. Míralo como un triunfo”. Si yo fuera alguien que no lucha nada y tengo amenazas de muerte, entonces sí hay que ofenderse. Pero si tu discurso es reivindicativo, lo veo como una victoria. Aunque tengo días de mierda, porque somos humanas. Uno me comparó con Gangnam Style, y me molesta porque me asocia porque tiene los ojos rasgados. O cuando me censuran, no entienden el mensaje y me arrebata mucho, porque si no han visto mi mensaje es como que he hecho mal mi trabajo.

A veces hablas en femenino, otras no.
Sí (risas). Soy muy fluido con el lenguaje, a veces digo ella, él, elle…

También hay quien dice que hablar en femenino es apropiacionismo.
Este debate lo tuve hace unos meses. Me identifico como hombre cis, pero me siento desarraigado de las masculinidades, aunque también se está hablando de nuevas masculinidades y hay talleres. Pero empiezo a cuestionar mi propio género. Respeto a las mujeres que se ofenden, y por eso empecé a hablar en género neutro para ser más inclusive, y también porque hay mujeres que odian a los hombres gays que hablan en femenino. Pero yo no lo uso para banalizar ni para hacer parodia. Tengo otras amigas que me dicen: “usa el femenino, sobre todo cuando las mujeres son mayoría en una mesa”. Pero es verdad que todavía estoy buscando mi género, igual hay géneros de los que no se ha hablado todavía, “non binary”, “fluid” y yo estoy en un momento de reflexión sobre cuál es mi género.

He leído que tus referentes son La Casa Azul e Hidrogenesse. ¿Has tenido feedback de ellos?
¡Ay, por favor, les encanta! Me compartió Hidrogenesse ‘Tú no eres activista’ y casi me caigo. Mentiría si no dijera que mis influencias son casi todas anglosajonas, Charli XCX o Spice Girls con 6 o 7 años. Crecí con MTV US y todos mis referentes hablan en inglés, pero ellos han configurado la escena pop de España.

¿Qué escuchabas de adolescente?
Pasé por tantas fases, me encanta la idea de transformación, tuve fase emo, punk, pero siempre ligado al pop. Para mí el pop es música bien estructurada. Within Temptation, Evanescence, Busted, La Oreja de Van Gogh… Hidrogenesse y La Casa Azul me impresionaron mucho porque además de músicos eran artistas con ideología. Guille Milkyway es un perfeccionista, lo hace todo y tiene ese TOC, con su discurso…

¿Hay algún lugar donde te haga especial ilusión actuar? Aunque vas al Sónar y no sé si hay algo más arriba que el Sónar…
Te vas a reír, pero los sitios donde quiero tocar no son salas de conciertos. Mi gran sueño sería tocar en un bazar chino. Garajes, restaurantes… De hecho, para el nuevo año chino, iba a tocar en un bazar, pero no nos dejaron porque era mucho papeleo, y toqué en el Bar Barajas, que me encantó. Terminé bailando ‘Marikapikapika’ con Mariano, que es el dueño, un hombre que tiene su edad e ideologías, y que entiende mi mensaje… Eso sí que llena. Me encantan esos espacios descontextualizados, desde dentro del tejido social. Yo lucho contra el elitismo de decir “yo solo toco en sitios grandes”. Eso era la arquitectura, te metías en una burbuja intelectual y elitista, nunca te sumergías en el tejido social. Son los ciudadanos los que deciden.

¿Y en esos espacios puede haber más libertad de la que algunos, quizá con un pensamiento racista, nos esperamos?
Yo puedo hablar desde Taiwan, que va a ser el primero en legalizar el matrimonio homosexual, que no es la igualdad, pero es un paso. La gente sí está preparada y yo me dedico a ello como migrante racializado. Es algo que compartimos todes. Hay chinos, japoneses… que me escriben y me dan gracias por visibilizar algo que no tienen valor (de visibilizar). No sabían que existían estas plataformas, no había figuras migrantes racializades con ese discurso. Anclar una bandera y decir “esto es abierto, podéis entrar por aquí”, empodera mucho. En Usera hay muchos migrantes asiáticos que vienen de pueblos muy pequeños, la mayoría no saben escribir en chino ni hablan español. Sé que no debería, pero siento la necesidad de representar a toda mi comunidad, que sepan que hay un referente como a mí me hubiera gustado a los 7 años.


 


 

 

 

 

 

 

 

 

This website uses owner and from others cookies to improve ours services

If you continue visiting the site, we think you accept the use of them.
You can get more information into Cookies Policy.

Accept