I-D (Vice) [Es]: clase de 2018: la generación que conquistará la escena musical española
PUTOCHINOMARICÓN, 27 años, Madrid
¿Cómo empezaste a hacer música?
Aunque es cierto que siempre he hecho música —estudio música desde los ocho años y me licencié en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid a los 20—, empecé a producirla seriamente a los 25 bajo otro nombre (Twink).
Hacía música en [un] inglés de mierda a lo Pansy Division, queer punk, y vi que mi letra no era auténtica. La autenticidad es uno de los principios más importantes de un artista, y a los 26 decidí empezar desde cero y crear PUTOCHINOMARICÓN. En mi habitación, como muches otres, con una tarjeta M track audio, un micrófono AKG y el Ableton.
¿Cuál es tu proceso de trabajo?
Escribo música donde la suelo consumir, que es en los escenarios costumbristas del día a día: fregando, cocinando, en la ducha, paseando. Creo que las mejores canciones son aquellas que se escriben en un minuto (eso sí, tardo mucho en producirlas), porque son rápidas y suenan frescas, poco manoseadas y cero pretenciosas.
¿Cómo describirías tu estilo?
Pop pirateado que sonaría en un bazar chino del año 3000.
¿Cuál es tu proyecto soñado?
El proyecto lo estoy haciendo. Estoy muy agradecido y no podría imaginarme haciendo otra cosa. Eso sí; si se puede soñar, sería la sexta integrante de las Spice Girls y me llamarían "la Goth Spice".
De la escena nacional, ¿qué nuevos artistas nos recomendarías?
De músiques; REDARD, Las Chillers, Clara te Canta, Kaixo. De artistas plásticos y otres; Visual404, José Luis Algar y —aunque no sea una artista nueva y lleve una trayectoria larga— tengo que hacer una especial mención a Esty Quesada. Gracias por abrir y pavimentar el camino para artistas considerades "minorías" como nosotres.
¿Qué mensaje quieres compartir con el mundo a través de tus canciones?
Quiero motivar e inspirar fuerza y orgullo a las minorías a partir de mi música y mi arte, sea desde la ironía, el cinismo, la angustia, o la felicidad —para la comunidad LGTBIQA+, migrantes, racializades, mujeres...—. Ahora nos toca a nosotres hablar, y a les mayorías escuchar.
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