Cola Jet Set

«La música me cura del estrés y me conserva»

NANDO CRUZ

BARCELONA

Se llama Joaquín Felipe Spada, aunque se le conoce como Felipe Fresón. A sus 53 años, disfruta como nunca reactivando grupos en los que ha tocado como Los Canguros y Los Fresones Rebeldes. Funcionario y padre de tres hijos, también acaba de lanzar el tercer disco de Cola Jet Set, El fin del mundo.

–¿Recuerda todos los grupos en los que ha tocado?

–Sí, claro. En Los Canguros, del 84 al 86. Hacia el 93 me enganché al Indie como fan y monté Los Fresones Rebeldes. Ah, pero antes puse en marcha Pepito Sex. Y antes toqué en Los Bretones. Y sin dejar Los Fresones estuve un año y medio en TCR. Y después monté Cola Jet Set. Ah, perdón, y desde el 97, en Les Tres Bien Ensemble. Y creo que ya está... Me metería en más grupos, pero no me queda tiempo. Aunque estos últimos tres o cuatro años estoy disfrutando como nunca.

–¿Por qué?

–Porque toco un poco mejor. En la reunión de Los Canguros he disfrutado mucho más que en la primera época. Entonces había celos, envidias... Ahora no tenemos nada que demostrar. Y con Los Fresones disfruté mucho en su época, pero en los últimos conciertos ya estábamos de mal rollo.

–De joven, como fan, ¿entendía que grupos que se habían separado porque no se aguantaban, años después se reuniesen?

–Eso nunca me ha preocupado. El grupo es del grupo, no de los fans. Y se separa y se rejunta cuando le da la gana. Por otro lado, antes querías hacer valer tu opinión en el grupo y ahora solo vamos a pasarlo bien.

–En los días de gran éxito de Los Fresones Rebeldes sería difícil mantener la calma.

–Claro, cuando tocas ante 5.000 personas y mueves un brazo y todos lo mueven, sientes que tienes poder mental. Soy un poco vanidoso y en aquella época me dejaba emborrachar un poco por esto. Aunque a la semana siguiente leías una crítica negativa y se te venía todo abajo.

–¡Y suerte que el éxito le llegó ya mayorcito!

–Pero aunque yo triunfase con 30 y pico años, mi estado mental era de 20. En esto soy un poco retrasado emocional o como le quieras llamar. Ahora, teniendo familia, quieras que no, algo he madurado.

–¿Un aliciente de la reunión de Los Fresones Rebeldes era ir de gira a México?

–No, eso salió después. Según nos explicaron, en el 2005, cuando el grupo ya no existía, las emisoras alternativas de allí empezaron a pinchar nuestra música y nos convertimos en un grupo de culto. Por eso fuimos a tocar al DF en diciembre del 2014 y se vendieron 600 entradas en seis horas, así que tuvimos que repetir al día siguiente. Luego fuimos al festival Vive Latino. Allí tocamos ante 7.000 u 8.000 personas y se sabían todas las canciones.

«Si no hago esto, ¿qué hago? Según mi mujer, dedicarme al cien por cien a la familia, pero no...»

–¿Ha habido fresonmanía en México?

–En un mercadillo nos reconocieron y nos pidieron fotos. Aunque, bueno, yo iba con ropa de trabajo: con mi camiseta a rayas. Pero allí nos ha pasado algo que nunca nos pasó en España: en los conciertos de Los Fresones nos pedían canciones de Cola Jet Set. En España siempre era al revés.

–¡En este tercer disco de Cola Jet Set no queda nadie del primero!

–¡Nadie! Y del segundo, solo dos: Alicia, la cantante principal, y yo.

–¿No le llama la atención que todos se descuelguen y solo quede usted?

–Nunca me quedo solo. Siempre que se ha ido alguien hemos encontrado sustituto rápidamente. Pero, si no hago esto, ¿qué hago? Según mi mujer, dedicarme al 100% a la familia, pero no... ¡Es que esto me gusta!

–¿La música le mantiene más joven?

–¡Sin duda! Incluso como oyente. Después de tres meses de estrés infernal he salido curado de un concierto. La música me cura los malos estados, me emociona, me tiene de buen humor y me conserva. Y si en alguna época no la he disfrutado tanto, he envejecido notablemente.

–Acabar ‘El fin del mundo’, a sus 53 años, con la canción ‘Lo mejor está por llegar’ suena a provocación.

–Esa canción recopila las verdades de la vida: que el tiempo es oro, que la nostalgia es mala... Eso ya me pasaba con los mods en la época del indie. Se pasaban el día hablando de los viejos tiempos. ¡Tienes que vivir en el presente!